Miro al cielo en la noche
evocando algún recuerdo;
la memoria descorre el velo,
en sus pliegues... yo me pierdo.
Viejas ansias hoy regresan
aunque el tiempo ha transcurrido,
la ilusión mantienen presa
resistiéndose al olvido.
Sabe Dios por qué retornan,
quizás nunca se hayan ido.
Nuevas ansias han nacido
anunciando los fulgores
anunciando los fulgores
que preceden mi camino,
son testigos que presagian
los vaivenes del destino.
los vaivenes del destino.
La vida se despliega
con matices de colores;
canto y rio a borbotones
ahuyentando a la tristeza.
Como un niño se sorprende
con la magia de las cosas,
asimismo me conmueven
las personas amorosas.
La inspiración se despierta
arrasando toda pena;
la intuición apura el paso,
el sol duerme en mi regazo.
Me sostiene la esperanza
con su fuerza y su entereza;
no hay lugar para flaquezas,
no hay espacio para el llanto.
La razón su voz acalla.
El dolor da vida al alma.
La nostalgia se evapora.
La pasión troca en aurora.
Al amar me crecen alas
que mis sueños agigantan
en la paz del corazón.
Gracias doy y no me canso.
Creo en Dios: es mi remanso.
Miro al cielo en la mañana
evocando algún recuerdo;
la memoria corre el velo,
en sus pliegues... yo me encuentro.
Bendiciones.