martes, 3 de abril de 2012

El Milagro del Agua


Masaru Emoto es investigador y conferencista japonés, internacionalmente reconocido. Es doctor en medicina alternativa. Ha impartido seminarios alrededor del mundo, a través de los cuales difunde un mensaje de paz, producto de sus estudios de los cristales de agua.

En su libro “El Milagro del Agua”, nos pone al corriente de sus descubrimientos, al tiempo que nos invita a tomar conciencia de nuestro verdadero SER. A lo largo de los años, ha fotografiado innumerables cristales formados en el agua congelada, exponiéndola primero -con frecuencia- a palabras escritas. Las distintas muestras le han permitido comparar los resultados obtenidos entre los cristales congelados que se formaron al exponer el agua a palabras tales como “alegría”, “felicidad” o “paz” y los que se formaron al exponerla a palabras tales como “idiota”, “odio” o “furia”. La energía de las palabras quedó plasmada en la forma de los cristales de agua congelados. Los cristales más bellos, por su aspecto simétrico o bien formado,  fueron aquellos cuyas palabras denotaban emociones y/o sentimientos positivos, tales como “paz”, “felicidad” y “alegría”; por el contrario, los cristales que fueron expuestos a palabras cuya energía denotaba emociones y/o sentimientos negativos (“furia”, “odio” o “idiota”) se presentaron deformes o irregulares.

Si consideramos que nuestro cuerpo contiene un 70% de agua, es fácil deducir que albergamos la misma energía en nuestro cuerpo que la de las palabras que pronunciamos y/o escuchamos a diario. Los cristales más bellos, nos dice Masaru, resultaron ser aquellos que provenían del agua expuesta a las palabras “amor y gratitud”. También nos dice que “la forma más importante de energía que tenemos en esta tierra es la capacidad de amar a alguien pura y totalmente, así como sentirnos inmensamente agradecidos cuando alguien nos rescata cuando estamos al límite de la desesperación. Estas son fuerzas esenciales en nuestras vidas”. Al exponer el agua a las palabras “amor y gratitud” en forma conjunta, el resultado que se obtiene (los cristales son los más bellos) nos indica -como dice Emoto- que “la forma más grande de energía resulta de la armonía entre la energía de dar y la de recibir”, ya que el amor está señalando la energía que damos a otros y la gratitud nos habla de la energía que recibimos de los demás.

Sumamente interesantes resultan las reflexiones de Masaru cuando se cuestiona: “si el tipo de agua no determina la belleza de los cristales, ¿qué es lo que influye en su formación?. La respuesta es la vibración. Las palabras son una forma de vibración. Las palabras nos traen la buena fortuna y la mala fortuna. El amor y la gratitud crean la armonía que encontramos en la naturaleza. Esta armonía es una fuerza tan poderosa que fácilmente va más allá de nuestra capacidad de entendimiento. Aún cuando parece que vemos el caos en los detalles, el efecto final es el de la armonía. Por lo tanto, cuando se rompe el equilibrio entre el amor y la gratitud, a pesar de que no experimente un resultado inmediato, los efectos negativos finalmente lo alcanzarán. El dolor y la tristeza comúnmente aparecen. Hay momentos cuando, debido a la falta de amor y gratitud, la armonía de toda la raza humana se vuelca en caos al ocurrir desastres naturales tales como terremotos o tsunamis.”

Al igual que Emoto, quien en su libro nos invita a “explorar el poder de las palabras y la vibración, así como la energía del amor y la gratitud”, los quiero invitar a todos a convertirse en verdaderos portadores de la felicidad (producto del amor y la gratitud) y a llevar el mensaje a toda la humanidad.





Bendiciones.

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