jueves, 17 de enero de 2013

El Agua como Propiedad Emergente ...

En esta ocasión, y como en tantas otras, vuelvo a compartir con todos ustedes, parte del texto de un libro cuya autoría corresponde al Dr. Deepak Chopra.

Con su habitual sencillez y claridad para transmitir los conceptos que tan bien ha aprehendido, Deepak nos invita a transportarnos al ámbito de las “propiedades emergentes”. En su libro titulado “El libro de los secretos” (el cual ya he terminado de leer) en las páginas 133 a 136,  este Gran Maestro (el Doctor Chopra es autor de más de 50 libros traducidos a casi 40 idiomas; es una autoridad internacional en las disciplinas de superación, espiritualidad, medicina cuerpo-mente y desarrollo humano) nos alecciona respecto a la diferencia que existe entre un “cambio” y una “transformación”. Y lo que es más novedoso aún -al menos para mi- nos habla de las “propiedades emergentes”, concepto que me resultaba totalmente desconocido.

Espero que disfruten de su lectura tanto como yo lo hice ...

“... La alternativa de ser conscientes o no nos lleva a la posibilidad de la transformación. Nadie discute que la vida es cambio. Pero ¿es posible que, mediante la simple modificación de su conciencia, una persona provoque una transformación profunda y no sólo un cambio superficial?. Transformación y cambio son dos cosas distintas, como puede verse en los cuentos de hadas. La pobre chica a quien su malvada madrastra obliga a permanecer en casa fregando el suelo mientras sus hermanastras van al baile no se supera asistiendo a la escuela nocturna. Es el toque de una varita mágica el que transporta a Cenicienta instantáneamente al palacio como una criatura completamente transformada.
Según la lógica del cuento de hadas, el cambio es demasiado lento, demasiado gradual, demasiado prosaico para satisfacer los anhelos simbolizados por la rana que sabe que es un príncipe o por el patito feo que se convierte en cisne. Hay más de un elemento fantástico en el toque de magia que ofrecerá instantáneamente una vida libre de problemas. Y más importante aún: esta fantasía encubre la manera en que ocurre la verdadera transformación.
La clave de la transformación auténtica es que la naturaleza no avanza paso a paso. Da saltos cuánticos todo el tiempo, y cuando lo hace, no realiza una simple combinación de viejos ingredientes. Algo aparece por primera vez en la creación, una propiedad emergente (*). Por ejemplo, si analizamos el hidrógeno y el oxígeno, son ligeros, gaseosos, invisibles y secos. Hizo falta una transformación para que esos dos elementos se combinaran y crearan agua y, cuando esto ocurrió, surgió un conjunto completamente nuevo de posibilidades, siendo la más importante, desde nuestro punto de vista, la vida misma.
La humedad del agua es un ejemplo perfecto de propiedad emergente. En un universo sin agua sería imposible obtener humedad mezclando otras propiedades existentes. Las mezclas sólo producen cambios; no son suficientes para transformar. La humedad surgió en la creación como algo completamente nuevo. Cuando lo analizamos con atención, resulta evidente que cada enlace químico produce una propiedad emergente. (Ya he mencionado el ejemplo del sodio y el cloro, dos venenos que cuando se combinan producen sal, otro elemento básico de la vida). Tu cuerpo -que enlaza millones de moléculas cada segundo- depende de la transformación. Los procesos de respiración y digestión, por nombrar sólo dos ejemplos, se valen de la transformación. A la comida y al aire no simplemente se les revuelve sino que se les somete exactamente a los enlaces químicos necesarios para mantenernos vivos. El azúcar extraída de una naranja viaja al cerebro y sirve de combustible a un pensamiento. La propiedad emergente en este caso es la novedad del pensamiento: jamás en la historia del universo se habían combinado moléculas con ese resultado. El aire que entra por tus pulmones se combina de mil maneras para producir células que nunca han existido tal como existen en ti; y cuando utilizas oxígeno para moverte, tus músculos realizan acciones que, por muy similares que sean a las de otras personas, son expresiones tuyas únicas.
Si la transformación es la norma, la transformación espiritual es una extensión de lo que la vida ha estado haciendo todo el tiempo. Aunque sigas siendo quien eres, puedes dar un salto cuántico en tu conciencia, y la señal de que ese salto ha sido real será alguna propiedad emergente nunca experimentada en el pasado.

 Propiedades emergentes espirituales

    Claridad de conciencia
    Cognición
    Veneración por la vida
    Ausencia de violencia
    Ausencia de miedo
    Integridad

Estas pueden considerarse transformaciones espirituales porque ninguna puede obtenerse simplemente recombinando viejos ingredientes del yo. Al igual que la humedad del agua, cada una aparece como por alquimia: la escoria de la vida diaria se convierte en oro. ...”


(*) el resaltado es de mi autoría

Antes de finalizar este compartir, quiero invitarlos a que se animen a practicar el “arte de la alquimia” en sus Vidas. Todos estamos llamados a ser “alquimistas”. Intenten incorporar, aprehender y disfrutar de la maravillosa experiencia de transformación que se produce cuando reconocemos que cada instante en nuestras vidas, alberga “magia” en su seno. La VIDA (así con mayúsculas) es la recompensa que se obtiene cuando nos adentramos en el auto-conocimiento; cuando trascendemos las fronteras del miedo, cuando nos abrimos al AMOR ...

 
Bendiciones.


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