martes, 15 de enero de 2013

El Guerrero Pacífico


En esta ocasión -transcribo para todos ustedes- los textos que hacen las veces de introducción y prólogo del libro titulado “El Guerrero Pacífico” y cuya autoría pertence a Dan Millman (mientras llevaba a cabo sus estudios en la Universidad de California, en Berkeley, Dan Millman, fue campeón del mundo de gimnasia en trampolín y participó en todas las modalidades internacionales. Durante los últimos quince años, ha enseñado gimnasia, danza, artes marciales, yoga y otras formas de entrenamiento psicofísico en Stanford University, U. C. Berkeley y en Oberlin College. Sigue escribiendo, enseñando y dando conferencias en todo el país).


(páginas 9-10)“... Llevado recientemente a la pantalla y transcurridos ya más de 25 años desde que fuera editado por primera vez, El guerrero pacífico se ha convertido en todo un clásico de la literatura de superación personal. Dan Millman nos enseña en esta obra que lo importante no es la excelencia en las técnicas para dominar el cuerpo o la mente, sino el amor que abre todas las puertas y que nos libera de las actitudes rígidas que nos condicionan al miedo y la tensión.
Todos los medios terapéuticos utilizados en la actualidad, desde la psicología humanista o transpersonal hasta los métodos de equilibrio físico, emocional, mental y espiritual, tienen como finalidad enseñar a quienes lo deseen a vivir libres de la tiranía del ego y a ser capaces de no identificarse con ese ser social creado por la educación y las circunstancias externas.
El guerrero pacífico ilustra ese aprendizaje de manera agradable y con frecuencia humorística. Muestra cómo cada uno de nosotros puede triunfar en su vida interior, es decir, no considerarse como una víctima de los acontecimientos, sino comprender que somos los artífices de nuestra felicidad o de nuestra desgracia. En definitiva, el mundo que nos rodea no es otra cosa que el reflejo de nuestros estados de conciencia. En el camino del desarrollo, en el que vamos de descubrimiento en descubrimiento a fin de vivir de una manera cada vez más armoniosa con nosotros mismos y con el mundo, este encuentro con Dan Millman puede ser un momento precioso. Su aventura constituye un ejemplo notable, para llegar a ser un guerrero pacífico capaz de afrontar las realidades comunes, y también las menos comunes, con valor, determinación y serenidad. En este libro, que podemos situar a mitad de camino entre Richard Bach y Castañeda, un Sócrates de los tiempos modernos, extraordinario e inolvidable, se nos abren las puertas de la sabiduría. Recordemos en esta ocasión la máxima del Sócrates de la antigüedad: <Conócete a ti mismo y conocerás el mundo>. Esta máxima ha sido y es, en todas las épocas de la historia, el mejor medio para quien quiera desarrollar su salud, su bienestar y su alegría de vivir. ...”

(páginas 11-12)“... Todo comenzó en el mes de diciembre de 1966, que supuso el inicio de una serie extraordinaria de sucesos en mi vida. Me encontraba en tercero de carrera en la Universidad de California, en Berkeley. Un día, a las tres y veinte de la mañana, en una gasolinera abierta durante toda la noche, conocí a Sócrates (no me dijo su verdadero nombre, pero tras haber pasado un momento con él aquella noche, le llamé instintivamente como el antiguo sabio griego: el nombre le gustó y se quedó con él). Ese encuentro fortuito, junto con las aventuras que siguieron, iban a cambiar mi vida.
Los años que precedieron a 1966 habían sido felices para mí. Educado por unos padres llenos de amor en un medio equilibrado, había ganado el Campeonato del Mundo de Trampolín, viajado por Europa y recibido ya grandes honores. La vida me había dado numerosas recompensas, pero no paz ni satisfacción duraderas.
Hoy me doy cuenta de ello. Pasé de alguna forma todos esos años durmiendo, soñando que estaba despierto hasta mi encuentro con Sócrates, que se convirtió en mi mentor y en mi amigo. Antes había creído que una vida de calidad, de alegría y de sabiduría constituía mi herencia natural de ser humano y que se me concedería automáticamente con el paso del tiempo. Nunca había sospechado que tendría que aprender cómo vivir, que necesitaría dominar algunas disciplinas y maneras de ver el mundo antes de despertarme a una vida sencilla y feliz.
Sócrates me mostró mis errores comparando mi camino con el suyo, el camino del guerrero pacífico. Siempre se reía de mi existencia seria y problemática, para llevarme a ver con sus propios ojos, a través de su mirada de sabiduría, de compasión y de humor. Y perseveró hasta el día en que comprendí lo que significaba vivir como un guerrero.
A menudo me quedaba con él hasta altas horas de la madrugada, escuchándole, discutiendo y terminando por reírme con él muy a mi pesar. Aunque esta historia está sacada de mi aventura, no por ello deja de ser una novela. El hombre al que llamo Sócrates ha existido realmente. Pero tenía una manera tal de perderse en el mundo que a veces me resulta difícil decir cuándo y dónde se eclipsaba para dejar sitio a otros maestros y a otras experiencias. He tomado algunas libertades en los diálogos, así como en algunas secuencias. También he sembrado la historia de anécdotas y de metáforas para subrayar las lecciones que Sócrates deseaba verme transmitir.
La vida no es un asunto individual. Una historia y sus lecciones no tienen utilidad si no son compartidas. Por lo tanto, decidí honrar a mi maestro compartiendo contigo, lector, su sabiduría y su humor penetrante.
Guerreros, nos llamamos guerreros. Combatimos por la alta virtud, por las grandes causas, por la sabiduría suprema, y por ello nos llamamos guerreros. ...”

Una lectura -en mi opinión- altamente recomendada. Un film que cuenta con las actuaciones magistrales de Nick Nolte, Emy Smart, Scott Mechlowicz, Paul Wesley y Agnes Bruckner (entre otros actores y actrices) y que -a mi entender- debería ser de proyección obligatoria en las escuelas y universidades, formando parte de la educación como cualquier otra materia y/o disciplina, motivo de estudio y capacitación.

Y ante cualquier duda, acuda a ...

Guerrero, S.A.
Sócrates, Prop.
Especialidades
Paradoja, Humor y Cambio
¡Urgencias solamente!


Bendiciones.

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