A
poco de terminar con la lectura del libro titulado “Desapegarse sin
anestesia” – Cómo soltarse de todo aquello que nos quita energía y bienestar
y cuya autoría corresponde a Walter Riso (cursó estudios universitarios
de psicología, se especializó en terapia cognitiva y obtuvo una maestría en
bioética; alterna el ejercicio de la cátedra universitaria con la publicación
de textos científicos y de divulgación de diversos medios), una vez más me
encuentro motivada a compartir con todos ustedes, algunos textos que -a mi
entender- son una verdadera fuente de sabiduría de la cual nutrirse,
fundamentalmente en los tiempos actuales; tiempos en donde puede observarse una
profunda crisis existencial por la que transita gran parte de la humanidad.
Como dice en la contratapa del libro “... Cuantos más apegos dejes caer por
el camino de la vida, más cerca estarás de encontrarte a ti mismo. Si
consideras que algo o alguien es indispensable para tu felicidad, tienes un
grave problema: estás a la sombra de un amo. Y no me refiero al aire que
respiras, la comida que te alimenta o el sueño que te repone, sino a muchas
necesidades de las cuales podrías prescindir sin que tu supervivencia emocional
y psicológica se viera afectada de alguna manera. No importa la fuente del
apego, llámese fama, poder, belleza, autoridad, aprobación social, internet,
juego, moda o pareja, la adicción psicológica hará que tu existencia sea cada
día más insalubre: te arrodillarás ante ella, le rendirás pleitesía y vivirás
en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relación
dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer,
seguridad
o un dudoso sentido de autorrealización.
En Desapegarse sin anestesia,
Walter Riso explica en qué consiste el apego y sus causas, proporciona las
claves para enfrentarlo y prevenirlo sin perder la pasión por alcanzar nuestros
sueños y metas personales. Con un sugerente cruce entre psicología cognitiva y
filosofía oriental, Riso nos invita, por medio de un lenguaje claro y
accesible, con ejemplos y casos concretos, a fortalecer la independencia
emocional y crear un estilo de vida más libre y saludable. ...”
Desde
mi punto de vista, lo que el autor ha titulado <Declaración de autonomía
afectiva: “Usted no es mi felicidad”> podría considerarse como una
definición de los vocablos “apego y desapego”. En las páginas 132 y 133, Walter
nos dice:
“...
Lee esta pequeña reflexión y mientras lo haces imagínate que te estás
dirigiendo a la persona
de la cual dependes. Recuerda simplemente que si consideras que alguien es
responsable de tu felicidad, tratarás de poseerla para que no te falte nunca.
Lo siento, pero usted no es mi felicidad.
No, no lo es y por eso me libero. Me niego a poner mi vida emocional en sus
manos. Si usted fuera mi felicidad, su ausencia sería mi acabose y viviría en
el filo de la navaja. No quiero intentar <adueñarme> de usted, no va
conmigo, no me interesa. Mi bienestar y mi autorrealización dependen
básicamente de mí, lo demás contribuye, ayuda, pero el proceso interior que va
configurando mi auténtico ser no vendrá de afuera, no será prestado. Es
cuestión de principios y de estética. No solo quiero mejorar, quiero hacerlo
con la inspiración del artista, como una obra de la cual me sienta satisfecho.
¡Qué pesado es hacerse cargo de la dicha de otro! ¡Qué tarea tan difícil, por no decir imposible!.
Prefiero
respirar por mí mismo, andar sin muletas y ser como soy. No quiero pertenecer a
usted, ni que usted me pertenezca. Andemos juntos, si nos apetece, pero no
seamos <el uno para el otro>, por favor. El bienestar psicológico o el
intento de ser feliz requiere de un compromiso personal e intransferible. No
es algo que nos regalen, se compre o se posea por decreto: es intransferible. Y
como yo no estoy en venta, y espero que usted tampoco lo esté, tenemos la
oportunidad de ser libres. Usted no define mi existencia ni yo la suya, de ser
así, no podríamos vivir el uno sin el otro. Usted no es mi felicidad,
afortunadamente, ni yo soy su amo y señor. La mejor relación que podemos tener
es no pertenecernos. El que no posee al otro lo respeta, y eso es belleza,
ternura y desapego. ...”
Antes de finalizar este
compartir, quiero acercarles una “Proclama en defensa
de la identidad personal”, la
misma que Walter nos propone en la página 119:
“...
El apego intentará definirte o engatusarte, te entregará un disfraz que no te
pertenece con la esperanza de que te lo pongas. Por eso debes estar atento a
que ningún deseo desvirtúe tu singularidad y defender lo que en verdad eres. La
proclama que te propongo consta de cinco puntos.
- No dejaré que nada ni nadie desvirtúe mi verdadera naturaleza. Prefiero mil veces sufrir la pérdida de un apego a dejar de ser yo mismo.
- La espontaneidad será mi amiga e intentaré a través de ella tener acceso a lo que soy, sin evasivas ni autoengaños.
- Revisaré cada valor que me inculcaron, cada deber que me impusieron y cada culpa que padecí. Dejaré que lo bueno permanezca en mí y echaré fuera lo que me lastima o no me conviene.
- No imitaré a nadie. Serán mi opinión y mi parecer los que guíen mi conducta.
- Intentaré ser auténtico y honesto en cada acto de mi vida, tratando de alinear lo que pienso, siento y hago. ...”
En
cada uno de nosotros, la PERFECCION anida en lo más intimo. En cada uno de
nosotros, el AMOR es el punto de partida y de llegada. En cada uno de nosotros,
la VIDA se despliega en todo su esplendor. En cada uno de nosotros, la
CONCIENCIA adquiere diversas formas de manifestarse. En cada uno de nosotros,
la ETERNIDAD sostiene nuestra existencia.
Me
sumo a la consigna: “desapegarse sin anestesia”. E invito a quienes quieran
intentarlo, a sumarse también ...
Bendiciones.
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