En esta ocasión voy a abordar una
temática que -a simple vista- puede resultar carente de sentido para la mayor
parte de la gente. Voy a compartir el resultado de investigaciones y
experiencias en torno a “una persona psicópata”. Muchos de ustedes
llegarán -seguramente- a sorprenderse como alguna vez también yo he resultado
sorprendida.
Me parece importante comenzar con una
descripción de este tipo de personalidad. Para ello, me remito al más que
ilustrativo libro titulado “El complementario y su psicópata” del
experto en la materia, Dr. Hugo Marietan, quien se ha dedicado -desde hace más
de quince años- al estudio de esta particular relación, y que es reconocido
como una autoridad mundial en este tema. Una lectura que nos ayuda a descubrir
-como bien dice en la contratapa- que “... El psicópata, del que se habla
aquí, no es el asesino serial, ni el violador, ni aquellos cuyos actos figuren
en la sección policial de los periódicos, sino que se investiga el mundo de los
psicópatas cotidianos, aquellos que sin estridencias, están a nuestro
alrededor. Marietan los llama cotidianos porque puede ser una pareja, un padre,
un hijo, un jefe o cualquier personaje allegado del espectro social...”.
En las páginas 87 a 94, podemos
encontrarnos con un resumen de los rasgos que presenta una persona “psicópata”:
“... A) Satisfacción de necesidades
distintas
* Vivencia de expansión de la libertad
interior: El rango de libertad interior del “normal” es acotado, por presión
social o por inhibición propia. El psicópata tiene un rango mucho más amplio, a
tal punto que muchas veces da la impresión de que su lema es: <todo es
posible>. Un rango de libertad acotado no le permitiría satisfacer sus
necesidades especiales ... Todo límite que se le imponga en oposición de sus
propósitos será vivenciado como una traba “injusta”, que generará una intensa
frustración. La frustración es el punto débil del psicópata, es donde pierde el
control de sus acciones y, en consecuencia, comete errores.
* Creación de códigos propios: Los
códigos son los andamiajes donde se construyen los valores. Valoramos de
acuerdo a nuestros códigos, nuestra ética. El psicópata comparte la mayoría de
los códigos con el “normal”, por eso es que se mueve adaptadamente en una
comunidad y no es fácil detectarlo mientras no accione psicopáticamente. Pero,
a su vez, genera códigos propios que le permiten justificar sus acciones
tendientes a satisfacer sus necesidades especiales ... El psicópata conoce la
normativa general y se comporta de acuerdo con ella mientras no lo obstaculice
en sus planes. Si esto ocurre, busca la manera de sortear las normas
“inconvenientes” según su criterio ... Al actuar de acuerdo a sus códigos, es
decir, justificadamente a su criterio, no siente ese displacer interno por sus
acciones que se llama culpa. Lo que está muy lejos del concepto falaz de “no
sienten culpa”, ya que se sienten culpables cuando transgreden sus propios
códigos ... Defensa aloplástica: implica colocar la responsabilidad de los
resultados desfavorables en los otros y el entorno, para evitar las
consecuencias y el asumir su participación ... Cuando el psicópata transgrede
sus propios códigos se siente culpable, convirtiéndose en acusador, juez y
verdugo de sí mismo. Y el castigo que se inflige suele ser muy superior al que
le administrarían los no psicópatas. Puede llegar a la autosupresión o a
colocarse en una situación en la que sabe que será atrapado o ultimado.
* Repetición de patrones conductuales: La
necesidad recurrente lleva a la repetición de las mismas acciones tendientes a
satisfacerla. No se repite porque si. El observar la repetición sin analizar lo
anterior, llevó a la creación de uno de los mitos de la psicopatía: <no
aprenden con la experiencia>. En la consumación del acto psicopático hay un
estilo, una forma, un “cómo hacer”. No es algo improvisado, impulsivo o
azaroso. La mayoría de estas acciones son pensadas, planeadas y permanecen en
latencia hasta que se den las condiciones del “cómo hacer” para consumarlas. El
mito del acto psicopático impulsivo es más cliché que una realidad. Sello
psicopático: Es el estilo, la manera de la acción psicopática, que determina el
“perfil psicopático” y que, bien estudiado, permite prever las acciones futuras
del psicópata.
* Necesidad de estímulos intensos:
... En función de las necesidades
especiales el psicópata puede involucrarse en acciones de alto riesgo. También
su megalomanía y su omnipotencia, al creer que nada peligroso le puede ocurrir
... Se aburren con facilidad, y necesitan estímulos intensos ... Los psicópatas
viven el “hoy”, con desprecio del pasado e indiferencia hacia el futuro. Esto
no impide que se fijen metas a largo plazo, y vayan paso a paso en pos de ella,
neutralizando todo escollo que se le interponga, de manera astuta o violenta,
según las circunstancias. Uso de drogas: El psicópata frustrado, resentido,
puede tomar este camino para intentar un re-equilibrio interno. Otros se
estimulan con drogas para impulsarse a la acción ... Aspecto lúdico: Este es
uno de los rasgos menos citados en la literatura; sin embargo, en muchas de las
acciones psicopáticas se lo observa. El apostar; el creer (apelación a lo
mágico) que el resultado de sus acciones psicopáticas saldrán de acuerdo a sus
deseos, o que podrá zafar de situaciones riesgosas. Este toque de ingenuidad es
otro de sus puntos débiles ... En algunos psicópatas existen rasgos perversos o
francas parafilias, y pueden llegar al incesto, pero en otros estos rasgos no
están presentes. Otros le otorgan al sexo un rol muy secundario.
B) Cosificación de otras personas
Cosificar consiste en quitarle al otro
la jerarquía de persona. El otro es considerado un objeto. La cosificación
permite explicar varias de las acciones de los psicópatas. Son egocéntricos,
manipuladores, utilizan a los demás para conseguir sus propios objetivos ...
Todo psicópata trabaja, siempre, para sí mismo. Cuando da es porque está
manipulando o espera recuperar esa “inversión” ... Suelen hiper valorar su
potencialidad para conseguir objetivos. Los hay francamente megalómanos, donde
el <todo es posible> se les aparece sin impedimentos ... Tienen una
habilidad especial para captar la necesidad del otro. Es una mirada en el
interior de “la cosa” para saber sus debilidades y obrar a partir de ellas para
manipularlo ... Poseen una gran habilidad para el manejo de la otra persona,
para lograr que actúe de acuerdo a su voluntad. Aquí el psicópata puede
distinguir entre lo que manifiesta lógicamente la otra persona y lo que
irracionalmente desea hacer. Una de las capacidades del atípico es la captación
de las necesidades del otro. Seducción: Es una relación bidireccional entre el
psicópata y el otro, donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las
apetencias del otro. Es decir, el psicópata propone el contrato y el otro lo
firma. Mentiras: La mentira es una herramienta más en el arsenal psicopático
para conseguir sus fines. Es cualitativamente distinta a la mentira de un
“normal”. Actuación: Actuar es mentir con el cuerpo. Los psicópatas son actores
natos. Fascinación: Alteración de la conciencia ligeramente inferior a la
sofrológica, producida por el psicópata a determinadas personas. Coerción:
Relación unidireccional entre el psicópata y el otro, donde intervienen
presiones instrumentales, físicas o psicológicas que impiden optar al otro ...
Utilización del otro como medio de subsistencia. Aquí el psicópata realiza la manipulación necesaria para conseguir sus fines, pero sin
presionar demasiado, como actúa un parásito en su relación con el huésped ...
El psicópata establece un tipo de relación para captar al otro y conseguir un
objetivo. Y una vez logrado, se desprende del otro sin el menor miramiento o
consideración. Como una herramienta que no usa más ... Poseen escasa o nula
repercusión emocional ante el daño causado al otro por los hechos psicopáticos.
Permanecer indiferente ante el dolor ajeno, no implica que, fuera de las
acciones psicopáticas, no se muestre sensible hacia mascotas y objetos ...
Pueden ser impiadosos, hacer padecer, dañar severamente a otros, sin
repercusión emocional displacentera ... Permanecen impasibles u obran fríamente
ante situaciones de alta tensión en las que un “normal” se paralizaría,
descontrolaría o accionaría inadecuadamente.
C) Acto psicopático grave
Estos actos son lo suficientemente
contundentes como para que cualquiera, sin tener conocimientos especiales sobre
el tema, los califique con un término equiparable al de psicópata aquí
utilizado. Tormenta psicopática. Homicidio brutal. Masacre. Violaciones
y asesinatos en serie. Otros actos asociales graves. Perversiones sexuales. Parafilias. Incesto....”
En mi experiencia personal de encuentro
con personas psicópatas, perversas, esquizoides (separan la forma del
contenido), egocéntricas narcisistas -entre otras personalidades afines-
descubrí que hay una forma de “autocuración” para los "complementarios" (sin descartar la consulta médica
y/o posterior tratamiento, que cada uno pueda efectuar, con un especialista en
la materia) que radica en buscar la “unión de los opuestos” o “el orden implicado
en el caos”, es decir: traspasar la oscuridad que habita en toda personalidad
con escasez de luminosidad, hasta llegar a ese punto diminuto de luz
(prácticamente imperceptible) que se encuentra en su interior y desde allí
expandir mi luz, en unión con la suya. De ese modo, como nada escapa a la
acción de Dios (o como quieras llamarlo de acuerdo con tus creencias), busco la
Divinidad que se encuentra en cada persona. Ese oasis en el que estoy
totalmente a salvo. Ese paraíso que se llama “AMOR”. Dios es “AMOR” y bien
sabemos que “EL AMOR ES MAS FUERTE”. La única forma de vencer a
la oscuridad es a través de la Luz Divina. Esa que habita en cada uno de
nosotros. Esa que habita en lo más profundo de nuestro SER.
Espero, de corazón, que este compartir sea
de ayuda para todos aquellos que necesiten ser rescatados, para todos aquellos
que necesiten vencer a la oscuridad, para todos aquellos que -como el ave
fénix- deseen renacer de entre sus cenizas ...
Bendiciones.
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