martes, 11 de septiembre de 2012

Psicopatía o cuando Dios juega a las escondidas ...


En esta ocasión voy a abordar una temática que -a simple vista- puede resultar carente de sentido para la mayor parte de la gente. Voy a compartir el resultado de investigaciones y experiencias en torno a “una persona psicópata”. Muchos de ustedes llegarán -seguramente- a sorprenderse como alguna vez también yo he resultado sorprendida.

Me parece importante comenzar con una descripción de este tipo de personalidad. Para ello, me remito al más que ilustrativo libro titulado “El complementario y su psicópata” del experto en la materia, Dr. Hugo Marietan, quien se ha dedicado -desde hace más de quince años- al estudio de esta particular relación, y que es reconocido como una autoridad mundial en este tema. Una lectura que nos ayuda a descubrir -como bien dice en la contratapa- que “... El psicópata, del que se habla aquí, no es el asesino serial, ni el violador, ni aquellos cuyos actos figuren en la sección policial de los periódicos, sino que se investiga el mundo de los psicópatas cotidianos, aquellos que sin estridencias, están a nuestro alrededor. Marietan los llama cotidianos porque puede ser una pareja, un padre, un hijo, un jefe o cualquier personaje allegado del espectro social...”.

En las páginas 87 a 94, podemos encontrarnos con un resumen de los rasgos que presenta una persona “psicópata”:

“... A) Satisfacción de necesidades distintas

* Vivencia de expansión de la libertad interior: El rango de libertad interior del “normal” es acotado, por presión social o por inhibición propia. El psicópata tiene un rango mucho más amplio, a tal punto que muchas veces da la impresión de que su lema es: <todo es posible>. Un rango de libertad acotado no le permitiría satisfacer sus necesidades especiales ... Todo límite que se le imponga en oposición de sus propósitos será vivenciado como una traba “injusta”, que generará una intensa frustración. La frustración es el punto débil del psicópata, es donde pierde el control de sus acciones y, en consecuencia, comete errores.

* Creación de códigos propios: Los códigos son los andamiajes donde se construyen los valores. Valoramos de acuerdo a nuestros códigos, nuestra ética. El psicópata comparte la mayoría de los códigos con el “normal”, por eso es que se mueve adaptadamente en una comunidad y no es fácil detectarlo mientras no accione psicopáticamente. Pero, a su vez, genera códigos propios que le permiten justificar sus acciones tendientes a satisfacer sus necesidades especiales ... El psicópata conoce la normativa general y se comporta de acuerdo con ella mientras no lo obstaculice en sus planes. Si esto ocurre, busca la manera de sortear las normas “inconvenientes” según su criterio ... Al actuar de acuerdo a sus códigos, es decir, justificadamente a su criterio, no siente ese displacer interno por sus acciones que se llama culpa. Lo que está muy lejos del concepto falaz de “no sienten culpa”, ya que se sienten culpables cuando transgreden sus propios códigos ... Defensa aloplástica: implica colocar la responsabilidad de los resultados desfavorables en los otros y el entorno, para evitar las consecuencias y el asumir su participación ... Cuando el psicópata transgrede sus propios códigos se siente culpable, convirtiéndose en acusador, juez y verdugo de sí mismo. Y el castigo que se inflige suele ser muy superior al que le administrarían los no psicópatas. Puede llegar a la autosupresión o a colocarse en una situación en la que sabe que será atrapado o ultimado.

* Repetición de patrones conductuales: La necesidad recurrente lleva a la repetición de las mismas acciones tendientes a satisfacerla. No se repite porque si. El observar la repetición sin analizar lo anterior, llevó a la creación de uno de los mitos de la psicopatía: <no aprenden con la experiencia>. En la consumación del acto psicopático hay un estilo, una forma, un “cómo hacer”. No es algo improvisado, impulsivo o azaroso. La mayoría de estas acciones son pensadas, planeadas y permanecen en latencia hasta que se den las condiciones del “cómo hacer” para consumarlas. El mito del acto psicopático impulsivo es más cliché que una realidad. Sello psicopático: Es el estilo, la manera de la acción psicopática, que determina el “perfil psicopático” y que, bien estudiado, permite prever las acciones futuras del psicópata.

* Necesidad de estímulos intensos: ...  En función de las necesidades especiales el psicópata puede involucrarse en acciones de alto riesgo. También su megalomanía y su omnipotencia, al creer que nada peligroso le puede ocurrir ... Se aburren con facilidad, y necesitan estímulos intensos ... Los psicópatas viven el “hoy”, con desprecio del pasado e indiferencia hacia el futuro. Esto no impide que se fijen metas a largo plazo, y vayan paso a paso en pos de ella, neutralizando todo escollo que se le interponga, de manera astuta o violenta, según las circunstancias. Uso de drogas: El psicópata frustrado, resentido, puede tomar este camino para intentar un re-equilibrio interno. Otros se estimulan con drogas para impulsarse a la acción ... Aspecto lúdico: Este es uno de los rasgos menos citados en la literatura; sin embargo, en muchas de las acciones psicopáticas se lo observa. El apostar; el creer (apelación a lo mágico) que el resultado de sus acciones psicopáticas saldrán de acuerdo a sus deseos, o que podrá zafar de situaciones riesgosas. Este toque de ingenuidad es otro de sus puntos débiles ... En algunos psicópatas existen rasgos perversos o francas parafilias, y pueden llegar al incesto, pero en otros estos rasgos no están presentes. Otros le otorgan al sexo un rol muy secundario.

B) Cosificación de otras personas

Cosificar consiste en quitarle al otro la jerarquía de persona. El otro es considerado un objeto. La cosificación permite explicar varias de las acciones de los psicópatas. Son egocéntricos, manipuladores, utilizan a los demás para conseguir sus propios objetivos ... Todo psicópata trabaja, siempre, para sí mismo. Cuando da es porque está manipulando o espera recuperar esa “inversión” ... Suelen hiper valorar su potencialidad para conseguir objetivos. Los hay francamente megalómanos, donde el <todo es posible> se les aparece sin impedimentos ... Tienen una habilidad especial para captar la necesidad del otro. Es una mirada en el interior de “la cosa” para saber sus debilidades y obrar a partir de ellas para manipularlo ... Poseen una gran habilidad para el manejo de la otra persona, para lograr que actúe de acuerdo a su voluntad. Aquí el psicópata puede distinguir entre lo que manifiesta lógicamente la otra persona y lo que irracionalmente desea hacer. Una de las capacidades del atípico es la captación de las necesidades del otro. Seducción: Es una relación bidireccional entre el psicópata y el otro, donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro. Es decir, el psicópata propone el contrato y el otro lo firma. Mentiras: La mentira es una herramienta más en el arsenal psicopático para conseguir sus fines. Es cualitativamente distinta a la mentira de un “normal”. Actuación: Actuar es mentir con el cuerpo. Los psicópatas son actores natos. Fascinación: Alteración de la conciencia ligeramente inferior a la sofrológica, producida por el psicópata a determinadas personas. Coerción: Relación unidireccional entre el psicópata y el otro, donde intervienen presiones instrumentales, físicas o psicológicas que impiden optar al otro ... Utilización del otro como medio de subsistencia. Aquí el psicópata realiza la manipulación necesaria para conseguir sus fines, pero sin presionar demasiado, como actúa un parásito en su relación con el huésped ... El psicópata establece un tipo de relación para captar al otro y conseguir un objetivo. Y una vez logrado, se desprende del otro sin el menor miramiento o consideración. Como una herramienta que no usa más ... Poseen escasa o nula repercusión emocional ante el daño causado al otro por los hechos psicopáticos. Permanecer indiferente ante el dolor ajeno, no implica que, fuera de las acciones psicopáticas, no se muestre sensible hacia mascotas y objetos ... Pueden ser impiadosos, hacer padecer, dañar severamente a otros, sin repercusión emocional displacentera ... Permanecen impasibles u obran fríamente ante situaciones de alta tensión en las que un “normal” se paralizaría, descontrolaría o accionaría inadecuadamente.

C) Acto psicopático grave

Estos actos son lo suficientemente contundentes como para que cualquiera, sin tener conocimientos especiales sobre el tema, los califique con un término equiparable al de psicópata aquí utilizado. Tormenta psicopática. Homicidio brutal. Masacre. Violaciones y asesinatos en serie. Otros actos asociales graves. Perversiones sexuales. Parafilias. Incesto....”

En mi experiencia personal de encuentro con personas psicópatas, perversas, esquizoides (separan la forma del contenido), egocéntricas narcisistas -entre otras personalidades afines- descubrí que hay una forma de “autocuración” para los "complementarios" (sin descartar la consulta médica y/o posterior tratamiento, que cada uno pueda efectuar, con un especialista en la materia) que radica en buscar la “unión de los opuestos” o “el orden implicado en el caos”, es decir: traspasar la oscuridad que habita en toda personalidad con escasez de luminosidad, hasta llegar a ese punto diminuto de luz (prácticamente imperceptible) que se encuentra en su interior y desde allí expandir mi luz, en unión con la suya. De ese modo, como nada escapa a la acción de Dios (o como quieras llamarlo de acuerdo con tus creencias), busco la Divinidad que se encuentra en cada persona. Ese oasis en el que estoy totalmente a salvo. Ese paraíso que se llama “AMOR”. Dios es “AMOR” y bien sabemos que “EL AMOR ES MAS FUERTE”. La única forma de vencer a la oscuridad es a través de la Luz Divina. Esa que habita en cada uno de nosotros. Esa que habita en lo más profundo de nuestro SER.

Espero, de corazón, que este compartir sea de ayuda para todos aquellos que necesiten ser rescatados, para todos aquellos que necesiten vencer a la oscuridad, para todos aquellos que -como el ave fénix- deseen renacer de entre sus cenizas ...

 Bendiciones.


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