Hace unos días me encontraba de camino al trabajo, meditando como lo hago habitualmente en el trayecto de ida y vuelta cuando, de repente, unas preguntas afloraron en mi mente ¿el diablo existe realmente?. De ser así ¿qué forma real tiene? Dice la tradición cristiana que para llegar al Cielo, Jesús primero descendió a los infiernos. Si para llegar al Paraíso o al Cielo -como quieran llamarlo- fuera preciso tomar la firme decisión de vivir una vida prescindiendo de las creencias humanas que nos limitan y no nos permiten vivir como Seres Humanos creados a imagen y semejanza del Dios creador de todo ¿podría decirse que ese conjunto de creencias limitantes es el infierno tan temido y el diablo el custodio de ellas? ¿Podría
decirse, entonces, que ese angel caído -comúnmente conocido como el diablo- custodia
las puertas del Paraíso reteniendo en su reino a quienes se nieguen a consagrar sus vidas a la Verdad y al Amor en lugar del miedo?. Quizás, algunos creyentes formados en la
religión católica apostólica romana puedan interpretar que esta última
pregunta raya la herejía, pero para mí está muy lejos de ser así.
Entiendo que en nuestro tránsito por este bendito planeta Tierra es inevitable que nos crucemos con el diablo o que estemos en alguna ocasión sentados a la mesa junto a él. Tal vez, cuando cedemos a la tentación de conducirnos irresponsablemente, inconscientemente, egoístamente sea el momento en que nos encontramos con este personaje siniestro, cara a cara. Gracias a Dios, lo cierto es que gozamos de libre albedrío para decidir no seguir sus propuestas por más placenteras que nos parezcan. Dicen por ahí que "quien se acuesta con el diablo, es inevitable que despierte en el infierno". Imagino que muchas veces habrá recaído sobre algún Ser Humano la comparación con ese personaje tan nefasto: yo misma he escuchado hablar a una persona refiriéndose a otra en los términos "es un diablo".
En alguna oportunidad, leí en un libro sobre el descubrimiento de un científico que investigaba la composición y funcionamiento del cerebro de un animal. Había identificado dos zonas bien definidas en el cerebro que denominó "infierno cerebral" y "paraíso cerebral". Según este estudioso del tema, el área del "paraíso cerebral" era mucho más extensa que la del "infierno cerebral". La misma concepción acerca de la estructura del cerebro, aplicada a los Seres Humanos podría llevarnos a interpretar que si con nuestro "libre albedrío" eligiésemos utilizar la parte del cerebro denominada "paraíso cerebral", nuestra vida se convertiría en un vedadero "Paraíso" a diferencia de quienes eligiesen vivir en un verdadero "infierno". Obviamente, esta elección estaría detereminada por los pensamientos/creencias positivos o negativos con los cuales, mediante su libre albedrío, cada Ser Humano decidiera conducirse en la vida diaria. El diablo -seguramente- sería el portero del "infierno cerebral", lo cual me lleva a pensar que por oposición resultaría -a su vez- también custodio ó guardián del "Paraíso" pues nadie podría entrar en él si el diablo consiguiera sumarlo a sus huestes, reteniéndolo en su reino infernal por propia decisión humana.
En alguna oportunidad, leí en un libro sobre el descubrimiento de un científico que investigaba la composición y funcionamiento del cerebro de un animal. Había identificado dos zonas bien definidas en el cerebro que denominó "infierno cerebral" y "paraíso cerebral". Según este estudioso del tema, el área del "paraíso cerebral" era mucho más extensa que la del "infierno cerebral". La misma concepción acerca de la estructura del cerebro, aplicada a los Seres Humanos podría llevarnos a interpretar que si con nuestro "libre albedrío" eligiésemos utilizar la parte del cerebro denominada "paraíso cerebral", nuestra vida se convertiría en un vedadero "Paraíso" a diferencia de quienes eligiesen vivir en un verdadero "infierno". Obviamente, esta elección estaría detereminada por los pensamientos/creencias positivos o negativos con los cuales, mediante su libre albedrío, cada Ser Humano decidiera conducirse en la vida diaria. El diablo -seguramente- sería el portero del "infierno cerebral", lo cual me lleva a pensar que por oposición resultaría -a su vez- también custodio ó guardián del "Paraíso" pues nadie podría entrar en él si el diablo consiguiera sumarlo a sus huestes, reteniéndolo en su reino infernal por propia decisión humana.
En general, el concepto de "pecado" se ve asociado con la creencia en la existencia del diablo. Si recuerdo bien, la palabra "pecado" tiene una raíz etimológica que remite a la idea de "errar" ó "no acertar en el blanco". Si ello resulta ser así, simplemente con afinar la puntería mediante la reflexión/meditación/oración, cualquier desvío podría ser corregido y daríamos siempre en el blanco. Con el correr de los años y la práctica, el daiblo terminaría desapareciendo de nuestras vidas y ya nadie recordaría su nombre; mucho menos hablaría de él o lo invocaría.
La lucha entre el bien y el mal es una creencia tan antigua como la existencia del Universo mismo. Miles y miles de años aún no han podido cerrar esta brecha que consume tantas energías humanas, día tras día. El Amor y el miedo, siguen siendo enemigos acérrimos -al menos- en la mayoría de las creencias y culturas. Infierno y Paraíso parecen destinos inevitables para cualquier "Ser Humano" que transite por este "valle de lágrimas" como algunos denominan a nuestro planeta. Y yo me sigo preguntando: si Dios es el Ser Supremo ¿puede algo o alguien tener existencia fuera de El?. Dicen que la luz se percibe gracias a la oscuridad y que el calor se percibe gracias al frío. Quizás, la existencia del diablo sea sólo una creación mental que ha elaborado el Ser Humano para poder descubrir la presencia de Dios.
Sea como sea, creo que hay un sólo camino. Creo que la Vida es Eterna. Creo que el nacimiento y la muerte son los contrarios. Creo que la Vida es una energía renovable que vive creando constantemente. Es la Creacióm misma. Es Dios mismo (o como quieran llamarlo). Desde mi punto de vista, es importante vivir permanentemente atentos a esto. Evitar que nuestra mente se contamine con creencias y/o pensamientos que son falacias inventadas por el ego. Particularmente, en esta tarea me ayuda la meditación, la oración, la reflexión y la bibliografía de los Sabios -contemporáneos o no- que nos transmiten sus enseñanzas y experiencias. Me considero una persona que en su búsqueda permanente de la felicidad, ha comprenddido que somos mucho más de lo que creemos ser, de lo que nuestros antepasados nos dijeron que somos. Creo que somos pura energía en constante re-creación; somos el "Ser" que da origen al "Todo" y que se manifiesta en "infinitas partes". Creo que "Todo es Uno". Creo que "Todos somos Uno". Y si así resulta ser, la pregunta es ¿son reales las supuestas diferencias que nos separarían por raza, cultura o cualquier otra división que se haya inventado?. Somos una gran hermandad de "Seres Humanos" que se llama "Humanidad". El Universo es nuestra morada. Sepamos disfrutarla y cuidarla. Gocemos de todo lo que la madre Tierra nos ofrece, en una amplia variedad de especies de todo tipo. El Paraíso puede estar más cerca de lo que creemos. Tal vez, estemos caminando sobre él...
Bendiciones.