jueves, 25 de junio de 2015

¿Temor o Humildad?: una elección radical ...




En esta ocasión, quiero compartir con todos ustedes, un comentario de Santa Faustina Kowalska -llegó a mi a través del grupo "Unidos en el Amor a Jesús"- y que fue extraído de su diario:

“¿Por qué tener miedo?
Navega la barca de mi vida
Entre las oscuridades y las sombras de la noche,
Y no veo ningún puerto,
Estoy a la merced del mar profundo.

La más pequeña tempestad podría hundirme,
Sumergiendo mi barca en el torbellino de las olas,
Si no vigilaras sobre mi Tu Mismo, oh Dios,
En cada momento de mi vida, en cada instante.

En medio del estruendo de las olas
Navego tranquilamente con confianza
Y, como una niña, miro adelante sin temor,
Porque Tu, oh Jesús, eres mi luz.

Todo alrededor es horror y espanto,
Pero mi paz es más profunda que las profundidades del mar
Porque quien está Contigo, Señor, no perecerá
Me lo asegura Tu amor divino.

Aunque alrededor hay muchos peligros,
No los temo, porque miro el cielo estrellado.
Y navego con denuedo y alegría,
Como corresponde a un corazón puro.

Pero sobre todo, únicamente
Por ser Tu mi timonero, oh Dios,
La barca de mi vida navega tan serenamente
Lo reconozco en la más profunda humildad".

Para quienes no conocen su historia, a continuación les acerco una breve reseña que extraje del sitio denominado Wikipedia:

Helena Kowalska, es conocida como Santa María Faustina Kowalska (25 de agosto de 1905-5 de octubre de 1938) y es llamada "Apóstol de la Divina Misericordia". Fue una religiosa católica, nacida en Polonia. Escribió un diario con más de 600 páginas en el que plasmó todos los mensajes que supo recibir de Jesús. Relató encontrarse en una fiesta con su hermana Josefina y mientras bailaba ver a Jesús parado junto a ella, lleno de llagas y con un mensaje para ella: -Helena, hija Mía ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de Mi lado?. Entonces, abandonando la fiesta, cuenta haberse dirigido a la catedral de San Estanislao de Kostka. Y allí, pedir al Señor que le dijera qué debía hacer. Dice haber orado, pedido perdón y luego haber escuchado las siguientes palabras: -Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento. Semanas después de entrar al convento escribe haber tenido tentaciones de abandonar, pero que nuevamente el Señor se presentó en su celda pidiéndole que no lo hiciera.

El 22 de febrero de 1931, Sor Faustina relata tener la primera revelación de la Divina Misericordia estando en su celda. Según cuenta en su diario, entres otras cosas Jesús pidió que pintasen una imagen suya. Debido a esta petición, el pintor Eugenio Kazimiroski realizó un retrato siguiendo las instrucciones de Sor Faustina. Dicha imagen fue presentada y venerada públicamente en Lituania, entre el 26 y el 28 de abril de 1935, siendo la primera imagen pintada del Señor de la Misericordia. Posteriormente, Adolf Hyla -en agradecimiento por los favores recibidos- pintó una imagen que se hizo famosa en todo el mundo.

Santa Faustina esciribió un diario en el que recogió los mensajes que recibió de Jesús. De aquí surgió la devoción a la Divina Misericordia. Esta devoción considera que la principal prerrogativa de Jesús es la misericordia y que es la última tabla de salvación. Se accede a la misericordia por la confianza. Esta devoción está integrada por el mensaje de la Divina Misericordia, la Coronilla de la Divina Misericordia, la Imagen de la Divina Misericordia, la Fiesta de la Divina Misericordia y hora de la misericordia (las 3 de la tarde).

En los últimos años de la vida de Sor Faustina, se vieron incrementados sus padecimientos interiores de tinte espiritual y las dolencias de su cuerpo: contrajo tuberculosis, lo cual afectó sus pulmones y su sistema digestivo. Falleció a los 33 años de edad.

Transcurridos 27 años desde su muerte, se inició el proceso de canonización, gracias a dos casos de sanaciones milagrosas: uno acaecido en Massachusetts a la Sra. Maureen Digan y el otro debido a la sanación de una condición congénita del corazón del Padre Pytel en el día del aniversario de la muerte de Sor Faustina, el 5 de octubre de 1995.

El 18 de abril de 1993, en ocasión de celebrarse la Fiesta de la Divina Misericordia (coincidente con el segundo Domingo de Pascua), el entonces Papa Juan Pablo II, declaró beata a Sor Faustina. Y el 30 de abril de 2000, segundo Domingo de Pascua y Fiesta de la Divina Misericordia, fue canonizada.

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Bendiciones.



domingo, 21 de junio de 2015

Adivina, adivinador: ¡cuidado! las interpretaciones pueden engañarnos …



Continuando con un compartir anterior, donde les comentaba que me había topado con unas páginas sueltas, lo suficientemente amarillas como para deducir que se trataba de los restos o vestigios de lo que -tiempo atrás y seguramente- había sido un libro, les acerco -en esta oportunidad- el texto de un cuento que me ha parecido un tanto tragicómico, pero que -no obstante- puede conducirlos a una muy útil reflexión. 

Y dice así:

“Un caballero despidió el mes pasado al criado. Otro se presentó, y el amo le dirigió el discurso siguiente:

- Mira, hijo: a mí me gusta hablar poco, y quiero que a media palabra que diga se me entienda y se me adivinen los pensamientos. Así, cuando te diga: - Voy a afeitarme, debes entender que quiero agua, jabón, la navaja bien limpia, el navajero, la tohalla y todo lo que necesita un hombre para afeitarse. Y como te digo para esta operación, así para todo lo demás.

Así lo hacía el criado y el dueño estaba muy contento. Pero el otro día se sintió indispuesto: llama el criado, y le dice que está malo y que avise al médico. A pesar de que el médico vivía cerca, el criado tardaba en volver. Al fin, al cabo de tres horas, entra y dice a su amo:

- Ya está ahí todo.

- ¿Qué es todo? - preguntó el amo. - Ya podrías haber venido antes.

- Señor, come usted me ha dico que le adivine los pensamientos, he hido a buscar el médico, y el Viático, y un escribano, y los sepultureros, y la caja, y el hábito, y ya quedaban enganchando los caballos en un carro muy malo para que le lleven a usted. Y usted me dirá si quiere que vayan pobres de San Bernardino.”

Esta transcripción que cuenta con los que podrían denominarse algunos “errores de ortografía” (no he querido modificar el texto original), en mi opinión, nos presenta una situación que puede llegar a acontecernos en el cotidiano vivir.
  • ¿Cuántas veces urgidos por la prisa o por el desinterés, pretendemos hablar poco y que nuestro prójimo inmediatamente nos entienda por completo como si pudiera estar dentro de nuestra mente y adivinar nuestros pensamientos?
  • ¿Cuántas veces nos quejamos luego de los mal-entendidos que ello pueda generar y hacemos únicos responsables a nuestros interlocutores?
  • ¿Cuántas veces nos arrepentimos de haber callado algo que de haberlo manifestado en tiempo y forma, nos hubiera evitado el desperdiciar una oportunidad maravillosa de mantener un verdadero encuentro con nuestro prójimo?

A veces, la cultura del “touch and go”, se cuela en todas nuestras relaciones y en todos los ámbitos de nuestra vida. Parece que todo es “prisa” y “aceleración”. La “urgencia” se impone frente a la “importancia”. Invertimos las coordenadas y en lugar de “ser” – “hacer” – “tener” queremos “tener” – “hacer” y por último “ser” … Nos identificamos con la materia en lugar de dedicarnos a vivir desde el Espíritu, que es donde reside nuestra “Verdadera y Unica Identidad”. 

Tal vez en este tiempo, sea imperioso cuestionarnos: ¿realmente estamos “VIVIENDO LA VIDA” o “la vida nos está viviendo”? …


Bendiciones.