Luna que alumbras
sombrío pesar,
lamentos escuchas
que vienen y van,
llenando las horas
al compás del tic tac,
semejan las olas
rompiendo en la mar.
El ruido incesante
del llanto sin par,
es un redoblante
batiendo a rabiar.
La mirada es sutil
y de agobio inundada,
su fuerza es senil,
pronta a ser devastada.
La vida se agota
de tanto que espera;
hay sabor a derrota
que no se supera.
Del sueño despierta,
durmiendo son años,
la muerte es incierta
y acecha de antaño.
Tristeza, añoranza,
feroces cautivas,
la Fe y la Esperanza
aún siguen vivas.
Fulgores del Alma
su llama está activa,
va en busca del alba
que al fin la reviva.
La aurora se enciende,
el sol se levanta,
y el Alma sonriente
encuéntrase en calma.
Bendiciones.
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