En ocasión de cumplir los primeros 50 años que
me encuentro transitando por este bendito planeta Tierra bajo la forma humana,
un entrañable amigo y antiguo compañero de estudio llamado Rubens, me ha
obsequiado con un libro titulado “El
Libro de Oro de Saint Germain”, que
pertenece a la Colección Metafísica de Conny Mendez (1898-1979).
En mi condición de asidua lectora de diversas
doctrinas, hace años que he abandonado el paradigma de la “intransigencia”. Esto
me ha llevado a una apertura mental que me permite disfrutar de todo tipo de
lecturas referidas a distintas experiencias y/o creencias, aún cuando mi
formación religiosa se define como Católica, Apostólica y Romana y cuyo máximo
representante es el actual Papa Francisco.
Debo reconocer que es la primera vez que llega
a mis manos alguna obra que trata sobre el legado espiritual de Saint Germain.
No obstante ello, reconozco que sí he leído bibliografía sobre metafísica.
En esta oportunidad quiero compartir con todos
ustedes, algunos textos que pueden leerse en las páginas 21 a 31. Son textos en
los que encuentro una gran similitud con la doctrina de Cristo; la cual me
resulta sumamente familiar por la razón que anteriormente les he comentado.
En dichas páginas, el libro afirma -por
ejemplo- que:
“…
Cuando Jesús dijo: <Yo Soy la
Resurrección y la Vida>, emitió una de las más grandes expresiones que se
puedan hacer.
Cuando El dijo <Yo Soy>, no se refería a la expresión exterior, sino a la Magna,
Maestra Presencia del Dios Interior, porque dijo repetidamente: <Yo de mi
ser propio no puedo hacer nada. Es el Padre nuestro, el <Yo Soy>, el que hace las obras>.
También dijo Jesús: <Yo Soy el Sendero, la Vida y la Verdad>, reconociendo así el
único Poder: Dios en Acción dentro de El.
También dijo: <Yo
Soy la Luz que ilumina cada hombre que viene al mundo>, anunciando cada
dicho de importancia vital con las palabras <Yo Soy>. Una de las formas más poderosas de liberar el poder de
Dios: Amor, Sabiduría, Verdad, y ponerlo en acción en la experiencia exterior,
es esa declaración <Yo Soy> en
todo y en cualquier cosa que se desee.
Ahora vamos a referirnos al dicho más poderoso de
todos, tal vez uno de los más grandes que haya sido lanzado a la experiencia
exterior por medio de la palabra: <Yo
Soy la
puerta abierta que ningún hombre puede cerrar>. ¿Tú no ves cuán vital es esto? Cuando llegues a
comprender plenamente esas afirmaciones magnas, te darás cuenta de la grandeza
de su alcance.
Cuando tú reconoces y aceptas plenamente el <Yo Soy> como la Magna Presencia de
Dios en ti, en acción, habrás tomado uno de los mayores pasos hacia la
liberación.
Ahora bien, fíjate en la afirmación. <Yo Soy la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar>. Si tú pudieras realizarlo,
tendrías la llave que te permite atravesar el velo de la carne, y llevando
contigo toda la conciencia imperfecta que hayas acumulado, la podrías
transmutar, o elevarla a esa perfección a la cual has entrado.
No podré más considerar demasiado la importancia de
meditar en el <Yo Soy> todo lo
más posible, como siendo la Magna
Activa Presencia de Dios en ti, en tu hogar, en tu mundo y en tus asuntos. Cada
respiración es Dios en Acción en ti. El poder de expresar tu pensamiento y tu
sentimiento es Dios Activo en ti. Como tú tienes libre albedrío, es asunto tuyo
calificar la energía que proyectas en pensamiento y sentimiento, determinando
cómo quieres que actúen para ti.
Nadie puede preguntar: ¿Y cómo es que yo hago para
calificar la energía? Todo el mundo conoce la diferencia entre lo destructivo y
lo constructivo en pensamiento, sentimiento y acción….”
“… Hace muchos siglos que se le repite a la humanidad:<No
se puede servir a dos amos>. ¿Por qué? Porque no existe sino una
Inteligencia, una Presencia, un Poder que pueda actuar, y esa Presencia es Dios
en ti. Cuando tú te vuelves a la manifestación exterior y crees en el poder de
las apariencias, estás sirviendo a un dueño falso y usurpador que sólo
encuentra una apariencia porque contiene energía de Dios, la cual está usando
mal.
Tu habilidad para levantar la mano y la vida que fluye
a través del sistema nervioso de tu cuerpo, es Dios en Acción. …”
“… Cuando camines por la calle, piensa por un momento:
<Esta es la
Inteligencia Divina y el Poder que me hace caminar, y ésta es la Inteligencia
que me dice a dónde voy>. Verás que ya no es posible que continúes sin comprender que cada
movimiento que hagas es Dios en Acción. Cada pensamiento en tu mente es Energía
Divina que te permite pensar. Ya que sabes que éste es un hecho indiscutible
(ya que no tiene discusión posible), ¿por qué no adorar y dar plena confianza,
fe y aceptación a esta Magna Presencia de Dios en cada uno, en lugar de mirar
la expresión externa que está calificada y coloreada por el concepto humano de
las cosas?
La expresión exterior de vida no es sino un constante
y cambiante cuadro que la mente exterior ha creado, presumiendo ser el actor
verdadero. De modo que la atención está constantemente fija en la apariencia
externa que sólo contiene imperfecciones, y lo cual ha hecho que los hijos de
Dios hayan olvidado su propia Divinidad, teniendo de nuevo que regresar a ella.
…”
“… Si los hijos de Dios aprendieran a dar, únicamente
por el gozo de dar, sea amor, dinero, servicio o lo que fuera, la expresión
externa no podría carecer de una sola cosa. Sería imposible.
Lo desafortunado en la humanidad, que ha causado tanto
egoísmo y condenación sin precedentes entre una y otra persona, es la
insistencia en la posesión personal de las maravillosas bendiciones de Dios. No hay sino un Amor actuado, una
Inteligencia, Poder y Sustancia en cada individuo, y eso es Dios. …”
“… Si en cada acto de personalidad se le diera pleno
crédito y poder a Dios únicamente, ocurrirían transformaciones increíbles en
aquel que así le entrega todo el crédito a quien le pertenece.
Raramente se ha logrado comprender la oferta y la
demanda. Positivamente hay abundante y omnipresente oferta, pero la demanda
tiene que ser estipulada antes de que la ley del Universo le permita surgir a
la expresión y uso del individuo.
El individuo, ya que tiene libre albedrío, debe hacer
la petición o la demanda conscientemente y con plena determinación, y ya verá
cómo no puede dejar de expresarse, no importa lo que sea, siempre que el
individuo mantenga una conciencia resuelta y sin debilidades. La siguiente
afirmación sencilla, usada con sincera determinación, le traerá al individuo
todo lo que él pueda posiblemente desear: Yo Soy la gran opulencia de Dios hecha visible en
mi uso ahora y continuamente. …”
“… Es la Magna
afirmación de Jesús: <Yo Soy la
Resurrección y la Vida>. Esta afirmación no solamente purifica el
pensamiento, sino que es la fuerza elevadora y ajustadora más poderosa que se
puede usar para la corrección de lo que es la más grande de las barreras a la
altura del logro espiritual. Todo el que empiece a sentir el impulso interior
de corregir esta condición, y que use la afirmación continua y firmemente,
elevará esta maravillosa corriente de energía hasta el punto más alto del
cerebro, como fue originalmente proyectado. El individuo sentirá su mente
inundada con las más maravillosas ideas, con abundante poder sostenedor, y con
habilidad que sale a la expresión y uso para bendecir a toda la humanidad. …”
“… No hay sino una
sola manera de liberarse de algo negativo, y es que después que tú sepas el
error que tienes que superar, quitarle tu atención exterior completamente,
fijándola firmemente en la mencionada afirmación.
Cualquier
condición de la experiencia externa que uno desee superar, lo puede lograr con
el uso de esta afirmación, así como también para cambiar el flujo de la energía
mal dirigida. …”
“… El deseo de Luz
y Verdad es la Presencia de Dios en el deseo, proyectándose hacia la acción.
Para lograr iluminación, usa esta frase: <Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero
saber y comprender>. …”
“… En el mismo
momento en que tú expresas <Yo Soy la
Resurrección y la Vida>, inmediatamente surge toda la energía de tu ser
hacia el centro de tu cerebro, que es la fuente del ser individualizado. Yo no
podré jamás ponderar demasiado el poder de esta afirmación. No hay límites para
lo que puedes hacer con ella. Fue la que usó Jesús en sus más grandes pruebas.
Debes saber que
cuando tú decretas algo constructivo, es Dios el que te está impulsando a
actuar. Es lo más tonto del mundo preguntar: <¿Y tu has comprobado esto en
tu propia experiencia?> Porque cada individuo tiene que comprobarlo por sí
mismo, o no le significará nada hasta que él mismo haga la prueba.
El sentimiento lleva
consigo cierta visión coexistente. Uno, a menudo siente la cosa con tal
claridad que verdaderamente la ve desde la posición interna.
A medida que
entras en el estado ascendido, se manifiestan simultáneamente el pensamiento,
el sentimiento, la visión y el color.
El sonido
armonioso es tranquilo. Es por esto que la música más deleitosa es aquietante
en sus efectos, mientras que la música ruidosa es enteramente opuesta. …”
Por mi parte, creo que es absolutamente poderosa y certera la expresión
utilizada por Jesús -y que nos dejó como legado- que reza: <Yo Soy la Verdad, el Camino y la Vida>. Los invito a cada
uno de ustedes a que comprueben en su experiencia personal, el poder sanador y
liberador de ésta afirmación. En lo que me concierne, y teniendo en cuenta lo
que dice un antiguo refrán: “es cuestión de creer o reventar”, yo elijo “creer”.
Y ustedes: ¿qué eligen? …
Bendiciones.
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