viernes, 30 de mayo de 2014

Paul: el Hombre Corazón de Hojalata ...



Promediando la lectura del libro “Desafiar la gravedad”, cuya autoría corresponde a Caroline Myss (lleva veinte años investigando en el campo de la medicina energética y la conciencia humana. Está especializada en ayudar a la gente a comprender las razones emocionales, psicológicas y psíquicas por las que su cuerpo ha desarrollado determinada enfermedad), me pareció muy acertada la idea de compartir una historia que -desde mi punto de vista- es sumamente conmovedora y -a la vez- aleccionadora. Una historia real que le ha sucedido a un ser humano, a un hombre de “carne y hueso”. Una experiencia enriquecedora, motivadora y que nos invita a profundas reflexiones. 



Como bien dice el título que precede al texto (páginas 109 a 113), es:



... La historia de Paul: una transformación hacia la salud interior y la riqueza



Paul era el típico chico de los años sesenta, alguien a quien le gustaba decir: <No me acuerdo de los sesenta, pero he oído que me lo pasé muy bien.> Irónicamente, Paul salió de aquello, se sacudió el residuo de las drogas y se convirtió en un hombre de negocios de éxito. <La tecnología informática es mi segunda naturaleza -decía-. Estaba en el lugar adecuado en el momento preciso, una vez y otra.> Paul convirtió su capital informático en capital inmobiliario y acabó siendo muy rico. <La vida era perfecta, pero como todas las historias perfectas, me preguntaba: “¿Cuándo se acabará la fiesta?” Y entonces me salió un tumor en el pecho. Ni siquiera sabía que pudiera salir un tumor ahí.>


El tratamiento de Paul incluía cirugía, quimioterapia y un período de recuperación considerablemente largo. Las pruebas indicaban que se había producido metástasis y, aunque los médicos esperaban que la quimio fuera capaz de conseguir que el cáncer remitiera, no había desde luego ninguna garantía de que fuera a hacerlo. Durante la convalecencia Paul empezó a evaluar su vida. Hasta entonces, todo le había salido según lo planeado o incluso mejor. Se había rodeado de los magos informáticos más brillantes, porque podía permitirse pagarlos y le encantaba su excentricidad. Todas y cada una de sus inversiones daban dinero, ya fuesen en inmuebles, ideas o personal administrativo. En lo único en lo que las cosas no le iban como una seda a Paul era en sus relaciones íntimas. Después de tres matrimonios fracasados, se encontró recuperándose de un cáncer en una casa vacía. A pesar de todo su éxito como mago de la informática y hombre de negocios, Paul era un fracaso completo en lo referente a los asuntos del corazón.



No respetaba en absoluto las emociones ni los sentimientos, para ser honesto. Me   irritaban y siempre me hacían sentir manipulado. Rememorando cómo había sido en los años sesenta, tenía vagos recuerdo de estar hablando siempre de mis sentimientos y poco más. Pero corté aquello en cuanto decidí que ya era hora de sentar cabeza, porque los sentimientos no producen beneficios sino que impiden tenerlos. Mi credo era que los sentimientos nublan el juicio y, si alguien se emocionaba, como todas mis ex esposas tenían que hacer para que les prestara atención, lo rechazaba tachándolo de histérico. Las sacaba de quicio. Ahora lo entiendo, pero también entiendo que trataba de mantener mi posición de figura de poder impenetrable. No soportaba que me consideraran vulnerable. Las mujeres son vulnerables, los niños son vulnerables, los empleados son vulnerables, pero yo no.



A veces hace falta el comentario acertado de boca de la persona adecuada en el momento preciso para que dé comienzo un profundo cambio. En el caso de Paul, fue Sam, un obseso de la informática, quien le hizo ese comentario. Le visitó una noche y le preguntó que cómo iban las cosas. <Bastante bien>, le dijo Paul, a lo que Sam respondió: <Eh, ¿porqué crees que te ha salido un tumor en el pecho? ¿Crees que es porque te sobra demasiado espacio ahí? Quiero decir que... eres como el Hombre de Lata de El mago de Oz, ¿verdad?>

Paul empezó a oír mentalmente la canción If I Only Had a Heart [Si por los menos tuviera un corazón] una y otra vez, no podía sacársela de la cabeza. Se preguntaba si así era como lo veía la gente, como un hombre sin corazón, un autómata. Cuanto más reflexionaba acerca de ello, más cuenta se daba del pavor que le producían sus emociones y acercarse a los demás. Su definición de poder se fundamentaba en ser una <computadora humana>. Al cabo de pocos días, Paul comunicó a su equipo que necesitaba pasar algún tiempo solo. Descolgó el teléfono y se dedicó a reflexionar sobre una pregunta: <¿Cómo me siento respecto a mi vida?> Se dio cuenta de que se sentía solo, vacío y de que le daba pavor morir solo. Me dijo:



Nunca olvidaré ese momento. Miraba el mar por la ventana, pensando en el hecho de que era posible que no me quedara mucho de vida. Miré la casa -mi gran casa provista de todas las comodidades imaginables- y pensé: <Nada de todo esto puede ayudarme ahora.> De repente me sentí como si me estuvieran dando una segunda oportunidad para convertirme en una clase de persona diferente, para volverme humano de nuevo... o quizá por primera vez. No sé explicarlo de otro modo. Empecé a llorar de pena. Los recuerdos de todos los sentimientos dolorosos de mis matrimonios me invadieron como un ataque de náuseas. Vi las caras de mis ex esposas, todas ellas intentando salvar nuestro matrimonio. Me di cuenta de cuánto me querían, aunque de por qué lo hacían... ¡no tenía ni idea!
La culpa que sentí casi me ahoga. No podía dejar de llorar, lamentándome por la facilidad con la que había cometido abusos entonces y el modo en que había racionalizado mi comportamiento. Me había permitido hacer todo lo que me daba la gana, porque yo era quien ganaba mucho dinero y pagaba las facturas. Podía decirles: <Si no te gusta lo que hay, lárgate.> Y, por supuesto, lo hacían. Y luego yo me decía que me daba igual, porque alguien con dinero siempre puede encontrar otra compañera. Pero no puedes volver a encontrar siempre el amor, ni a alguien que esté a tu lado cuando el cáncer te invade.



Durante ese período de silencio, Paul  ideó un nuevo plan de vida. Decidió contratar a otro presidente para la compañía. Así tendría tiempo para preguntarse: <¿Hacia dónde voy de aquí en adelante?> Entre otras cosas, Paul se volvió más accesible y más respetuoso con su personal. También se volvió más respetuoso con la vida en general, pasando a verla no como algo que estaba a su servicio sino como algo a lo que sería grato servir para recuperar la salud. Paul se dedicó más a descubrir su vida interior de lo que se había dedicado a la tecnología y la diagnosis informáticas.



En la actualidad está más sano que nunca, y sus relaciones también son saludables. Paul considera el mundo un lugar al que aportar y no del que tomar, un lugar para vivir la belleza y lo asombroso, no sólo un lugar de posibles ventas. No podría haber imaginado nada de eso antes de enfermar; habría estado fuera del alcance de su capacidad de análisis racional. Paul sigue siendo un hombre de éxito en lo material, porque ha descubierto que para llevar una vida llena de sentido no hace falta hacer voto de pobreza, pero hacer cosas por los demás es ahora una parte tan importante de su vida profesional como lo era antes ganar dinero: Me dijo:



Detesto decir esto, pero no me parezco sólo al Hombre de Hojalata, también me parezco a Scrooge. Tengo la sensación de que me enseñaron mi posible futuro y me dieron la oportunidad de sanar, pero para eso tenía que convertirme en una persona generosa y cariñosa. Ahora pienso en ello constantemente, porque si ésas eran condiciones para que sanara, ¿qué dice eso acerca de la esencia del universo? ¿Es el universo -es Dios- esencialmente amor? Para mí, la respuesta es que sí, y ésa es la mayor verdad <más allá de la razón> que extraigo de mi experiencia personal. ...”

Esta es sólo una de las magníficas historias que contiene el libro. Además de toda una serie de enseñanzas que nos acerca Caroline, esta obra nos invita a “recuperar la Perfecta Salud”. Recomiendo su lectura, al igual que la de cualquier otro libro de esta “Gran Maestra” de nuestro tiempo. Una verdadera garantía de “Sabiduría”. Cada página de sus escritos nos “trasmite Vida y Vida en abundancia”.



Bendiciones.





jueves, 22 de mayo de 2014

Viajes y turismo: en esta ocasión, al encuentro con el Bien-Estar ...


Es la intención de este compartir, acercarlos -una vez más- a la lectura de algunos textos cuya autoría corresponde a un “Gran Maestro” de nuestro tiempo: nada más y nada menos que al Dr. Deepak Chopra (ha escrito más de veinticinco libros que se han traducido a treinta idiomas. En 1999, la revista Times seleccionó al doctor Chopra como uno de los cien principales Iconos y Héroes del Siglo, describiéndolo como “poeta-profeta de la Medicina alternativa”). Garantía de calidad y excelencia. Sabiduría de Vida. Genio incomparable. 

En su libro titulado “Viaje hacia el bienestar” – Despertar la sabiduría que hay en usted, Deepak nos recuerda -como bien dice en la introducción- que: “Las revelaciones son visiones interiores y cambian nuestras vidas. La mente cósmica nos susurra en los espacios silenciosos entre nuestros pensamientos y hay un repentino saber que nos transforma. Las visiones son mutaciones en conciencia que pueden cambiar radicalmente nuestros cuerpos físicos y alterar nuestra experiencia del mundo. Cuando nos llega una visión no es verbal, no está estructurada lingüísticamente, es una sensación de conocimiento repentino y es liberador, porque sin palabras sabemos que es verdad. Luego, este conocimiento se pone en palabras y las palabras refuerzan el conocer que ya ha ocurrido. Espero que las palabras expresadas en las siguientes páginas le recuerden la verdad que ya le es conocida.”

Podrán encontrarse, también, con recordatorios como los que a continuación paso a transcribir:


  • "La salud perfecta, pura e invencible es un estado que hemos perdido. Si  la recuperamos, recuperamos el mundo."

  • “La salud no es solo la ausencia de enfermedad. Es una felicidad interior que debe ser nuestra en todo momento, un estado de bienestar positivo.”

  • “Todos necesitamos ser sanados en el sentido más elevado haciéndonos perfectos en mente, cuerpo y espíritu. El primer paso es advertir que eso es posible.”

  • “Para crear salud se necesita un nuevo tipo de conocimiento basado en un concepto más profundo de la vida.”

  • “La salud y la enfermedad están conectadas como variaciones de una melodía. Pero la enfermedad es una variación equivocada, una distorsión del tema.”

  • “La materia es un momento cautivo en el espacio y el tiempo, y por ver el mundo y el Universo de modo materialista, hacemos que los aspectos cautivos del Universo adquieran demasiada importancia.”

  • “En una enfermedad seria o que pone en peligro la vida puede haber muchas capas de desequilibrios que ocultan las profundidades donde existe la sanación.”.

  • “Antes del arte de la Medicina viene el arte de creer.”

  • “Somos las únicas criaturas de la Tierra que podemos cambiar nuestra biología con lo que pensamos y sentimos.”

  • “Usted cree que vive en el mundo, cuando en realidad el mundo vive en usted.”

  • “La realidad existe porque estamos de acuerdo en que es así. Cuando la realidad se modifica, el acuerdo cambia.”

  • “El punto que Arquímedes buscaba -un lugar donde pararse para mover el mundo- existe en realidad. Está dentro de nosotros, oculto por la película fascinante pero equívoca del estado de vigilia.”

  • “Nadie ha encontrado jamás un nuevo mundo preocupándose por él.”

  • “En vez de crear enfermedad conscientemente, podríamos estar creando salud conscientemente.”

  • “Donde la naturaleza va a crear estrellas, galaxias, quarks y leptones, usted y yo vamos a crearnos a nosotros mismos.”

  • “Tal como lo ve en este momento, su cuerpo es la imagen física, en 3-D, de lo que piensa.”

  • “Llevamos dentro una farmacia que es absolutamente exquisita. Produce la medicina indicada, en el momento preciso, para el órgano correspondiente, sin efectos secundarios.”

  • “No podemos aprisionar la mente en el cerebro. La mente está en cada célula de nuestro cuerpo y también se extiende a todo el Universo.”

  • “Cuando la mente está en paz, despiertan energías internas que hacen milagros por nosotros, sin ningún esfuerzo consciente de nuestra parte.”

  • “Una mente quieta es todo lo que necesita.”

  • “Un viejo adagio indio dice: <Si quiere ver cómo eran sus pensamientos ayer, mire su cuerpo hoy. Si quiere ver cómo será su cuerpo mañana, mire sus pensamientos hoy>.”

  • “Un cambio de conciencia es el primer cambio.”

  • “No puede haber sanación sin compasión. Motiva inherentemente al cuerpo y despierta el deseo de ponerse bien.”

  • “El plano maestro para la perfecta salud está en su interior. Es usted.”

¿Qué más podría agregarse a semejante demostración de “Sabiduría”, “Plenitud de Vida”, “Elevado estado de Consciencia”?. Simple y sencillamente: “chapeau” Deepak, “chapeau” con todas las letras ... ¡¡¡Gracias por existir!!!


Bendiciones.
 




martes, 20 de mayo de 2014

Aprendices del Amor ...


“Encontrar el amor allí donde parece que el amor no está…”: así finaliza el prólogo del libro titulado “La sabiduría de las emociones 2”, cuya autoría le pertenece a Norberto Levy (médico psicoterapeuta, graduado con Diploma de Honor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Desde hace años explora de un modo sistemático, en la clínica y en la docencia, los mecanismos de la autocuración psicológica). Si el primer libro de su autoría que leí (“La sabiduría de las emociones”) me pareció sencillamente magnifico, este otro me resultó doblemente magnifico. Sin duda alguna, Norberto demuestra ser un muy experimentado profesional. En mi opinión, la suya es una trayectoria que merece ser resaltada por su labor dentro del ámbito de la psicología; materia que -evidentemente- domina a la perfección. Contando la Humanidad, actualmente, con grandes avances tecnológicos en ámbitos más relacionados con temas informáticos o científicos -entre otros rubros por así decirlo-, me ha resultado sumamente interesante encontrar -por primera vez- que un profesional de la psicología nos hable de la aplicación de “nanotecnologías” a cuestiones que responden a manifestaciones psíquicas que son el caldo de cultivo para el nacimiento del sufrimiento y la enfermedad. Para que el lector/a que no conoce la definición de “nanotecnología” tenga un acercamiento a la misma, les comento que -como bien nos alecciona Norberto- “… se llaman nanotecnologías a las técnicas que operan sobre unidades muy pequeñas, a niveles del tamaño del átomo, para producir allí las transformaciones que influyan sobre vastos sistemas…”.

Hoy quiero compartir con todos ustedes, un texto que encontrarán en el capítulo 5 y que lleva por título “Acerca del amor”. Estoy convencida que a todos les resultará más que interesante saber ó recordar que:

(páginas 81 a 84)

“…La amorosa presencia recíprocamente disfrutada es el mayor recordatorio del paraíso en la tierra, y es también el mejor aliento para que el empecinado intento del amor de hacerse humano nos entregue a nosotros, pequeños y heroicos aprendices de esa partitura, la bendición de percibir, aunque sea en instantes, la belleza de la sintonía que nos empeña.

¿Es posible definir el Amor?

En su dimensión más vasta llamamos “Amor” a la energía que sustenta al universo y lo hace funcionar. Es ese principio cohesivo que enlaza y articula todo lo existente.

Es aquello que nombraba Goethe cuando decía: <He visto el Amor que mueve al sol y las demás estrellas…>

Desde este punto de vista Dios y Amor son sinónimos, y así como es imposible abarcar todos los atributos de Dios, también es imposible definir completamente al Amor a través de conceptos. Por lo tanto lo que haremos aquí es aproximarnos a esa calidad de energía como el dedo que señala a la luna. Sabe que la apunta pero que no es ella.

Para acercarnos al amor en la dimensión humana tal vez podamos comenzar observando simplemente nuestras manos. Cómo se relacionan entre sí mientras realizan las tareas del día: ponerse la ropa, abrochar un botón o preparar un café. Todas las tareas. Observarlas con detenimiento y mirar la relación. Allí hay ayuda recíproca, ajustes continuos, acoplamientos precisos, sentido de equipo… Esa es la cooperación del amor.

Este es por supuesto el plano biológico, pues en cada nivel el amor adopta la forma que le corresponde a ese plano. En el nivel personal, por ejemplo, el amor se manifiesta básicamente como respeto, solidaridad y cuidado, y según la circunstancia podrá ser amor pasional, fraternal, paternal o religioso, entre otros.

Sea cual fuere la forma, la trama esencial de la experiencia del amor es la que surge del reconocerse como dos partes distintas de la misma unidad mayor. Lo mismo que ocurre, automáticamente, entre las dos manos.

Expresado con otras palabras: el Amor es la memoria que la Unidad tiene de sí misma en la diversidad.

¿Cómo está presente esa memoria de la Unidad en la dimensión humana?

Evidentemente entre las personas no resulta tan fácil. La conciencia individual de cada uno parece borrar el reconocimiento de que somos partes de la misma unidad y solemos percibirnos sólo como individuos separados, extraños, y en ocasiones, además enemigos. En ese marco la llama del amor queda temporariamente oscurecida y ésa es precisamente la tarea humana: vivir una serie de experiencias que, por caminos muy diversos, van ayudando a recuperar de un modo conciente el mismo reconocimiento que, en forma automática, ya tienen las manos en tanto partes del mismo cuerpo. Es decir, alcanzar a reconocer, con el corazón y la mente, que los seres humanos también somos células integrantes y, además, concientes, del gran organismo universal…”

(página 85)

“… ¿”Qué vínculo hay entre el amor, la inteligencia y la sabiduría?

La inteligencia es la capacidad de resolver problemas. El tipo de problemas que pueda resolver definirá cuál es la inteligencia que tengo: si es filosófica, matemática, química, corporal o musical, etc.

Si utilizo mi inteligencia en química para producir armas que destruyen a mucha gente, tendré una inteligencia química pero no una inteligencia que comprenda la cualidad unitaria que subyace en todo lo vivo y el rol complementario que cumplen todos sus componentes. La sabiduría es, precisamente, el conocimiento vivencial profundo de dicha unidad.

Dicho de otro modo, la sabiduría es el amor hecho autoconciencia. Es la energía de amor convertida en concepto, conocimiento, enseñanza….”

(páginas 86 a 87)

“… ¿Qué relación hay entre el “amor propio” y el amor?

Lo que llamamos “amor propio” u orgullo es una forma distorsionada de intentar compensar la falta de amor hacia uno mismo. Si me descalifico y me reprocho en exceso, como ocurre, por ejemplo, en ese diálogo imaginario entre los impulsos y la mente, ambos componentes terminan viviendo en un estado de maltrato crónico, como en “carne viva”. Por lo tanto no tienen resto para absorber las frustraciones cotidianas y demandan un trato externo que compense el maltrato interior. Si en esas condiciones alguien me dice por ejemplo que algo de mí no le gusta, entonces <desborda la copa>, me siento muy herido, me ofendo, me tenso y me cierro. A esa actitud la llamamos orgullo. Desde afuera lo que se ve es que ante <cualquier cosa> me ofendo y me cierro, y eso, por supuesto, molesta a los demás. Si uno ingresa en el estado interior que produce a la respuesta orgullosa se ve otro escenario completamente distinto: en esencia, sensación de minusvalía.

¿Amar es dar?

Esa es una definición tradicional del amor que es parcial y produce confusión porque asocia el amar a una acción y uno puede comprender mejor la calidad de esta energía cuando comprende que no es una acción particular sino una forma de llevar a cabo cualquier acción. Por lo tanto hay un dar amoroso y también un recibir y un pedir amoroso. Cuando formulo mi necesidad y mi pedido de un modo que tiene en cuenta al otro y reconoce respetuosamente su derecho a decir que no, ése es un pedir amoroso.

Esta ampliación conceptual nos ayuda a comprender que tanto la actitud emisora como la receptiva pueden ser realizadas amorosamente. Es decir que el amor no es patrimonio de ninguna de ellas en particular….”

¿Qué más podría agregarse ante semejante nivel de “consciencia”?. No caben dudas -desde mi punto de vista- de que Norberto puede muy bien aleccionarnos respecto de lo que significa la “Sabiduría de las emociones”. Una exposición clara y accesible a cualquier lector/a.

Hoy los invito a que se acerquen a la lectura de este libro o de cualquier obra de este autor. Pueden estar seguros de que se verán ampliamente favorecidos con su experiencia y con todos los conocimientos que nos transmite.

Una llamada de atención para quienes deseen “expandir su nivel de consciencia”; para quienes manifiesten interés genuino en “desarrollar todo su potencial como seres esencialmente perfectos”; para quienes se encuentren en la “búsqueda de la felicidad” o para quienes simple y sencillamente “sientan curiosidad por descubrir nuevas facetas de su personalidad”.

Espero que hayan disfrutado de este compartir, tanto como yo.


Bendiciones.

miércoles, 7 de mayo de 2014

En Armonía con el Infinito ...


Hace algunos años, Rubens, un querido amigo y ex compañero de estudio, me regaló un libro de inestimable valor. Su titulo es “En armonía con el infinito” y su autoría corresponde a Rodolfo Waldo Trine. Para que el lector y/o la lectora de este compartir puedan tomar conciencia de la talla de este impresionante autor, transcribo -a continuación- el texto que figura en la contratapa del libro. Desde mi punto de vista, lo que allí viene expresado, es suficiente carta de presentación para quien merece -en mi opinión- ser considerado un “MAESTRO DE VIDA”: “El autor de este libro, uno de los primeros que iniciaron en Estados Unidos la llamada <literatura estimulante”>, aunque en un plano de elevación muy distinto a lo que se entiende generalmente por tal concepto, nos da a través de los diversos capítulos de esta obra un inspirado vislumbre de lo que debe abarcar la vida moral del individuo. Nos habla con la profundidad de un filósofo y la intuición de un místico de la Causa Suprema del Universo; el Secreto, la Fuerza y los Efectos del Amor; de la Sabiduría e Iluminación Interior; de la Abundancia de todas las cosas; de la Ley de Prosperidad; etc. Todo aquél que desee superarse en la vida no debe dejar de leer esta obra.”

Mientras me encontraba cuidando a mi padre días atrás (quien se hallaba internado en un hospital debido a un accidente cerebro-vascular -del cual se está recuperando más que satisfactoriamente-), sentí la inspiración de compartir el texto que podrán leer -acto seguido- y que se encuentra en las páginas 28 a 33:

“… PLENITUD DE VIDA, SALUD Y VIGOR DEL CUERPO

Dios es el Espíritu de infinita vida. Si de ella nos hacemos partícipes y nos abrimos por completo a su divino flujo, se reflejará en la vida orgánica más de lo que a primera vista  parece. Es evidente que la vida de Dios está exenta de todo mal por su propia  naturaleza; por lo tanto, no puede padecer mal alguno el cuerpo donde esta vida entre libremente y del cual libremente fluya.

Hemos de reconocer, por lo que a la vida física se refiere, el principio de que toda vida surge de dentro a afuera; principio expresado por la inmutable ley que dice: <Tal causa, tal efecto; así lo interior, así lo exterior>. En otros términos: las fuerzas del pensamiento, los estados de la mente, las emociones: todo influye en el cuerpo humano.

Alguien dirá: <Oigo muchas cosas referentes a los efectos de la mente en el organismo, pero no puedo creer en ellas>.

¿Cómo no? Cuando os dan repentinamente una mala noticia, palidecéis, tembláis y tal vez os sobreviene un síncope. Sin embargo, por el conducto de la mente os ha llegado la noticia.

Un amigo, en las expansiones de la mesa, os molesta con alguna inconveniencia que lastima vuestro amor propio. Desde aquel momento perdéis el apetito, aunque hasta entonces hayáis estado alegres y decidores. Las mortificantes palabras del imprudente amigo os han afectado por conducto de la mente.

En cambio, ved a ese joven que arrastra los pies y tropieza con los más leves obstáculos del camino. ¿Cómo así? Sencillamente porque su mente es flaca, porque es idiota. En otros términos: la debilidad de la mente es causa del cuerpo. Quien tiene la cabeza firme, tiene también firme los pies; y quien no tiene seguras las ideas tampoco podrá asegurar los pasos.

De nuevo os veis en inopinado aprieto. Estáis temblando y vaciláis de miedo.

¿Por qué no tenéis fuerza para moveros? ¿Por qué tembláis? ¡Y todavía  creéis que la mente no influye en el organismo!

Os domina un arrebato de cólera. Pocas horas después os quejáis de fuerte dolor de cabeza. ¡Y todavía os parecerá imposible que las ideas y las emociones influyan en el organismo!

Hablaba yo del tedio con un amigo, quien me dijo: <Mi padre es muy propenso al tedio>. Yo le respondí: <Vuestro padre no está sano ni es fuerte, vigoroso, o robusto y activo>. Y entonces pasé a describirle más por completo el temperamento de su padre y las conturbaciones que le asaltaban. Míróme él con aire de sorpresa y dijo: -¿Conoce usted a mi padre? -No, le respondí. -Pues entonces, ¿cómo puede usted describir tan minuciosamente el mal que le aflige? -Usted acaba de revelarme que su padre es muy propenso al tedio y con ello indicaba la causa; yo me contraje a relacionar con esta causa sus peculiares efectos al describir el temperamento del enfermo.
                                                                                                                       
El miedo y el tedio obstruyen de tal modo las vías del cuerpo, que las fuerzas vitales fluyen por ellas tardía y perezosamente. La esperanza y el sosiego desembarazan las vías del cuerpo de tal suerte, que las fuerzas vitales recorren un camino que rara vez el mal puede sentar la planta.

No ha mucho tiempo revelaba una señora a un amigo mío, cierto grave mal que padecía. Mi amigo, coligiendo de ello que entre esta señora y su hermana no debían ser las relaciones muy cordiales, después de escuchar atentamente la explicación del mal, miró fijamente a la señora y con enérgico aunque amistoso acento le dijo: “Perdonad a vuestra hermana”. La señora, sorprendida, respondió: “No puedo perdonarla”. “Pues entonces -replicó él- guardaos la rigidez de vuestras articulaciones y la croniquez de vuestro reuma”.

Pocas semanas después volvióla a ver mi amigo. Con ligero paso acercóse ella a él y le dijo: <Seguí vuestro consejo. He visto a mi hermana, y la he perdonado. Volvemos a estar en buena amistad. No sé cómo es que desde el día en que nos reconciliamos fue haciéndose menos tenaz mi dolencia, y hoy ya no queda ni rastro de aquellos alifafes. Mi hermana y yo hemos llegado a ser tan excelentes amigas, que difícilmente podríamos estar mucho tiempo separadas>. Otra vez sigue el efecto a la causa.

Hemos comprobado varios casos, como, por ejemplo, el de un niño de pecho que murió al poco tiempo de haber tenido su madre un gravísimo disgusto mientras lo amamantaba. Las ponzoñosas secreciones del organismo, alterado por la emoción, habían envenenado la leche de sus pechos. En otras ocasiones parecidas, no llegó a sobrevenir a muerte, pero la criatura tuvo convulsiones y graves desarreglos intestinales.

Un conocido fisiólogo ha comprobado muchas veces el siguiente experimento: En un gabinete de elevada temperatura colocó a varios individuos acometidos por emociones diversas, unos por el miedo, otros por la ira, algunos por la tristeza. El experimentador recogió una gota de sudor que bañaba la epidermis de cada uno de estos hombres y por medio de un escrupuloso análisis químico pudo conocer y determinar la peculiar emoción de que cada cual estaba dominado. El mismo resultado práctico dio el análisis de la saliva de cada uno de aquellos individuos.

Un notable autor norteamericano, discípulo de una de las mejores escuelas médicas de los Estados Unidos, que ha hecho profundos estudios de las fuerzas constructivas del organismo humano y de las que lo destruyen y descomponen, dice:
<La mente es el natural protector del cuerpo… Todo pensamiento propende a multiplicarse, y las horribles imaginaciones de males y vicios de toda clase producen en el alma lepras y escrófulas que se reproducen en el cuerpo. La cólera transforma las propiedades químicas de la saliva en ponzoña para la economía del organismo.

<Bien sabido es que un repentino y violento disgusto no sólo ha debilitado el corazón en pocas horas, sino que ha producido la locura y la muerte. Los biólogos han descubierto gran diferencia química entre la transpiración ordinaria y el sudor frío de un criminal acosado por la profunda idea del delito; y algunas veces puede determinarse el estado de ánimo y de la mente por el análisis químico de la transpiración de un criminal, cuyo sudor toma un característico tinte rosáceo bajo la acción del ácido selénico.

Sabido es también que el miedo ha ocasionado millares de víctimas, mientras que por otra parte el valor robustece y vigoriza el organismo. La cólera de la madre puede envenenar a un niño de pecho.

Rarey, el famoso domador de potros, afirma que una interjección colérica puede producir en un caballo hasta cien pulsaciones por minuto. Y si esto ocurre en un pulso tan fuerte de un caballo, ¿qué sucederá en el de un niño de pecho?

El excesivo trabajo mental produce a veces náuseas y vómitos. La cólera violenta o el espanto repentino pueden ocasionar ictericia; un paroxismo de ira tuvo muchas veces por efecto la apoplejía y la muerte y en más de un caso, una sola noche de tortura mental bastó para acabar con una vida.

La pesadumbre, los celos, la ansiedad y el sobresalto continuados propenden a engendrar la locura. Los malos pensamientos y los malos humores son la natural atmósfera de la enfermedad, y el crimen nace y medra entre los miasmas de la mente>.

De todo esto podemos inferir la verdad capital, hoy científicamente demostrada, de que los estados mentales, las pasiones de ánimo y las emociones tienen peculiar influencia en el organismo y ocasionan cada cual a su vez una forma morbosa particular y propia  que con el tiempo llega a ser crónica.

Digamos ahora algo sobre el modo de realizarse esta nociva influencia. Si una persona queda momentáneamente dominada por una pasión de cólera, perturba su economía física, lo  que con verdad pudiéramos llamar una tempestad orgánica, que altera, mejor dicho, corroe, los normales, saludables y vivificantes humores del cuerpo, los cuales, en vez de cooperar al natural funcionamiento del organismo, lo envenenan y destruyen. Y si esta perturbación se repite muchas veces, acumulando sus perniciosas influencias, acaba por establecer un especial régimen morboso que a su vez llega a hacerse crónico. Por el contrario, los efectos opuestos, tales como docilidad, amor, benevolencia y mansedumbre propenden a estimular saludables, depurativas y vivificantes secreciones. Todas las vías orgánicas quedan desembarazadas y libres y las fuerzas vitales fluyen sin obstáculo por ellas, frustrando con su enérgica actividad los ponzoñosos y nocivos efectos de las contrarias.

Un medico va a visitar a un enfermo. No le receta medicina, y sin embargo, sólo por la visita mejora el paciente. Es que el médico llevaba consigo el espíritu de salud, la alegría del ánimo, la esperanza, e inundó con ellas la alcoba, ejerciendo sutil, pero poderosa influencia en la mente del enfermo. Y esta condición moral, comunicada por el médico, obró a su vez en el cuerpo del paciente sanándolo por mental sugestión.

Así conozco
que cuanto es apacible y placentero
mantiene de consuno cuerpo y alma;
y la más dulce emoción que el hombre siente
es la esperanza;
bálsamo y licor de vida a un tiempo
que el espíritu calma.

Algunas veces hemos oído a personas de salud quebrantada decirles a otros: <Siempre que usted viene me siento mejor>. Hay una razón científica que corrobora el adagio: <La lengua del sabio es salud>. El poder de la sugestión, en cuanto a la mente humana se refiere, es el más admirable y curioso campo de estudio, pues por su medio se pueden actualizar poderosas y sorprendentes fuerzas.

Uno de los más eminentes anatómicos contemporáneos nos decía que, según experimentos efectuados en su laboratorio, el organismo humano se renueva por completo en cosa de dos años y parcialmente en muy pocas semanas. ¿Quiere usted decir con eso -le pregunté yo- que el organismo puede pasar de una condición morbosa a otra salutífera por virtud de las fuerzas internas? –Ciertamente -respondió él- y aún más, éste es el método natural de curación. El artificial es el que se vale de drogas, medicamentos y otros agentes exteriores. Lo único que hacen las medicinas y drogas es remover obstáculos a fin de que las fuerzas vitales actúen más libremente. El verdadero proceso de la salud debe llevarse a cabo por la operación de las fuerzas interiores. Un cirujano de universal renombre declaró no ha mucho a sus colegas: <Las generaciones pasadas menospreciaron o no conocieron la influencia del principio vital en la nutrición del organismo, y la casi exclusiva fuente de sus estudios y el único arsenal terapéutico que tuvieron fue la supuesta acción de la materia en la mente. Esto contrarió las tendencias evolucionistas de los mismos médicos, resultando que todavía son rudimentarios en la profesión de la medicina los factores psíquicos. Pero al brillar la luz del siglo XIX, la humanidad emprendió su marcha en busca de las ocultas fuerzas de la naturaleza. Los médicos se ven hoy obligados a estudiar psicología y a seguir los pasos de sus precursores en el vasto campo de la terapeútica mental. Ya no es tiempo de aplazamientos ni vacilaciones ni escepticismos. Quien vacile está perdido, porque el mundo entero se ve impelido por el progreso. …”

Creo, personalmente, que poco y nada queda por agregar a semejante “SABIDURIA DE VIDA”. Espero que la lectura de este texto, sirva de “inspiración” a toda persona que desee fervientemente “VIVIR UNA VIDA PLENA”.
 

Bendiciones.