viernes, 29 de agosto de 2014

Mi Querido Viejo ...


En tu andar cotidiano
hoy de paso cansino
aún, oculto, en los años
percibo al Soplo Divino.

Nadie sabe la hora,
ni conoce bien el día
en que el cuerpo que moras,
ya no albergue más Vida.

Dolor en el Alma
para quien siga vivo;
uno ya se adelanta,
otro aún es cautivo.

Las palabras nos sobran
si el entorno enmudece,
sólo quedan las obras
cuando el cielo oscurece.

Juventud y belleza
un divino tesoro,
van gestando grandeza
en su cuna de oro.

Ya no son esos años
los que marcan tu tiempo,
más allá de los daños
es tu cuerpo, aún, tu templo.

Soy tu apoyo viviente
en tus días de otoño,
ayer fuiste simiente
cuando yo era un retoño.

Mientras fui chiquilina
muchas veces me distraje;
de tu férrea disciplina
aprendí a tener coraje.

Me convertí en adulta,
fui quitándome las culpas,
hice miles de preguntas,
fueron menos las disculpas.

Te juzgué y fui juzgada,
hasta que caí en la cuenta
de la trampa disfrazada,
bajo el traje de una afrenta
el orgullo se escondía,
la batalla me ganaba
¡cuán herida me sentía!
al Corazón, poco escuchaba.

La distancia arreciaba,
las rencillas nos vencían;
la Vida así desperdiciaba
¡toda el Alma me dolía!.

Fue Dios el que intervino
con su mano poderosa,
allanando los caminos,
y mis plegarias, fervorosas.

Los momentos compartidos
agradezco hoy a la Vida,
los que aún no hemos vivido
los ansío cada día.

Cuando debas partir
será un día de Gloria,
es al nacer y al morir
que se forja nuestra historia;
más allá de tu partida
continúa mi camino,
peregrina de esta Vida,
labradora de un destino.


Bendiciones.

jueves, 21 de agosto de 2014

Papa Francisco I: un Santo en Vida ...


Elegí este título para un nuevo compartir, porque estoy convencida de lo que afirmo: Su Santidad, el Papa Francisco I, es -desde mi punto de vista- un Santo en Vida. ¡Ojalá todos podamos alcanzar semejante nivel de evolución de consciencia; semejante grado de Sabiduría!.

Mientras tanto y por ahora -sólo por ahora- personalmente me siento conforme con mi camino de oración y de entrega a Dios; a la vez que continúo el arduo peregrinar por este bendito planeta Tierra, creciendo espiritualmente hasta que llegue mi momento de partir.

Para ello, me ayudan los consejos y reflexiones de personas como el Papa Francisco I, cuando dice que:

“La Iglesia existe precisamente para comunicar esto:
la Verdad, la Bondad y la Belleza <en persona>”

“Que el Señor los bendiga, que la Virgen los proteja. No se olviden de esto ¡el Señor no se cansa de perdonar! Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”

“No debemos tener miedo de la bondad ni de la ternura.
El odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida”

“No dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”

“Caminemos juntos todos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño, cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden a los niños, cuiden a los viejos”

“No se dejen robar la esperanza que nos da Jesús, no sean nunca hombre ni mujeres tristes, un cristiano jamás puede serlo. Nunca se dejen vencer por el desánimo”

“Que no haya odio, que no haya pelea, dejen de lado la envidia, dialoguen entre ustedes, que este deseo de cuidarse vaya creciendo en el corazón y acérquense a Dios”

“Aprendamos a mirar hacia lo alto, hacia Dios, pero también hacia abajo, hacia los demás, hacia los últimos”

“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños”

“No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario”

“Debemos mantener viva en el mundo la sed de lo absoluto, sin permitir que prevalezca una visión de la persona humana unidimensional, según la cual el hombre se reduce a aquello que produce y a aquello que consume”

“Francisco de Asís: Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación”

“Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar”

“Dios nos espera siempre, aún cuando nos hayamos alejado. El no está nunca lejos, y si volvemos a él, está preparado para abrazarnos”

“La cristiano no es la alegría que viene de motivos conyunturales, sino que es un don del Señor que colma el interior”

“El cristiano ha de ser un hombre o una mujer alegre. Esto nos enseña Jesús, esto nos enseña la Iglesia, en este tiempo de forma especial”

“Los pobres, los abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de Cristo”

“Cuánto daño hace una vida cómoda, el bienestar, el aburguesamiento del corazón nos paraliza”

“Los cristianos no estamos hechos para las medias tintas, y tenemos que compartir el mensaje de Dios con coraje y valentía apoyándonos en la oración”

“Cristo ha vencido el mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en nuestras realidades concretas de la historia y de la sociedad”

“¡No tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida!”

“La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos hacemos o consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la Verdad, que se ha hecho carne”

“La alegría es un don del Señor. Nos colma interiormente. Es como una unción del Espíritu Santo. Y esta alegría está en la seguridad de que Jesús está con nosotros y con el Padre”

“El que ama da su vida como don, mientras que el egoísta cuida su vida y crece en este egoísmo hasta volverse un traidor, pero siempre solo”

“El que da su vida por amor, nunca está solo: siempre está en la comunidad, está en familia”

 

Bendiciones

martes, 19 de agosto de 2014

HONRAR LA VIDA: algo más que el título de una canción ...

Era un día cálido, soleado y podría definirse como de primavera aunque la estación que aún estaba transcurriendo era el invierno. Me encontraba en el jardín de mi casa absorta en labores de jardinería -vale aclarar que estoy lejos de ser una experta en esta materia pero que me siento especialmente atraída por plantas y flores- cuando de repente, tuve una experiencia absolutamente enriquecedora.

Mi padre -quien también se encontraba compartiendo conmigo las mismas labores- había padecido algunos meses atrás, un accidente cerebro vascular que -merced a la milagrosa intervención de Dios- no le había dejado secuela alguna, a pesar de sus 84 años. Para mí ello ha sido un “verdadero milagro”: más allá de haberlo diagnosticado al momento y de haber contado con la asistencia médica necesaria, lo más asombroso es que “este episodio se manifestó en el preciso instante en que yo llegaba a casa”. Es bien sabido que en este tipo de casos, actuar con suma rapidez, es decisivo para que el paciente evolucione satisfactoriamente. ¿Quién tuvo la “magnífica visión” de coordinar los tiempos de todos los seres humanos que participamos en este hecho, a los fines de que sus intervenciones dieran origen a un óptimo desenlace, sino Dios?.

Debo confesar que si bien ha sido un padre atento a las necesidades materiales de la familia, aplicar todas sus energías a este aspecto le ha quitado la posibilidad de satisfacer otras necesidades -tanto propias como ajenas- relacionadas con las emociones y los sentimientos; motivo por el cual muchas veces relacionarme con él me ha llevado a crecer en el “Amor al Prójimo”. Ha resultado bastante cuesta arriba para mí con el correr de los años, poder zanjar la diferencia que -entre ambos- era cada vez más notoria. Esa “gran diferencia” radica en la creencia en la existencia de Dios. Para mi padre, Dios no existe. Para mí, en Dios vivimos, nos movemos y existimos. El desarrollar nuestra “espiritualidad en forma consciente”, es para mí tan natural como levantarse, alimentarse, asearse, trabajar, etc.. En este aspecto coincido ampliamente con Teilhard de Chardin cuando dice que: “No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual sino seres espirituales viviendo una experiencia humana”. Tal vez haya quien nombra a Dios de otra forma: Universo, Ser Superior, etc.. Para mí ello es irrelevante. Después de todo, cualquier nombre con el cual intentemos designar a Dios, será sólo una mera aproximación a su verdadera naturaleza.

Me ha parecido conveniente explayarme sobre el particular, porque la experiencia que he vivido tiene relación directa con lo que acabo de contarles. Ese día, en medio de mis labores, me sorprendí agradeciendo a Dios por todo lo que tenía; en ese momento me sentí “absolutamente Rica, Plena, Feliz”. Reflexionaba diciéndome que nada había cambiado en mis circunstancias: no había adquirido un auto de alta gama; no había ganado la lotería; no había logrado un ascenso en mi trabajo o verme favorecida con un mayor ingreso; no había mudado mi hábitat a uno lujoso; no había obtenido mayor belleza física y juventud; etc. y sin embargo la experiencia de “ser totalmente consciente de lo que significaba estar compartiendo la <VIDA> con mi padre que aún transitaba los caminos de este bendito planeta Tierra -más allá de nuestras diferencias-, me transportaban a un mundo de INFINITA GRATITUD A DIOS: me elevaba al Cielo”. En esos momentos me daba cuenta de que “habitaba en el Paraíso”.

¿Acaso esto no implica que “somos responsables directos de lo que hacemos, de cómo pensamos, de cómo sentimos; en definitiva de “cómo vivimos”? ¿Por qué entonces “responsabilizamos a los demás de nuestros propios errores, fracasos y desventuras”? ¿Sería posible “vivir armoniosamente los unos con los otros a pesar de nuestras diferencias” si asumiera cada Ser Humano la parte de responsabilidad que le corresponde y obrara en consecuencia? ¿Qué pasaría si en lugar de sentir miedo, vergüenza y culpa utilizáramos toda esa energía -que se desperdicia por esas vías- para “mirar en nuestro interior, para ahondar en nuestros sentimientos y emociones más profundas”? ¿Qué tal si empezáramos a disponer de unos pocos minutos al día para “escuchar” lo que “nuestro Corazón” y “nuestra Alma” tienen para revelarnos? Yo creo que con intentarlo, nada se pierde ... a lo sumo, se transforma.

Creo -también- que la Humanidad está transitando por una “crisis sumamente profunda” que nos invita a darle un giro de ciento ochenta grados a nuestra forma de concebir la Vida. Poco importa -desde mi punto de vista- el idioma, la raza, la nacionalidad, las creencias políticas o religiosas que intentan definirnos: lo “importante” -en mi opinión- es “reconocer nuestra hermandad”, una hermandad llamada “Humanidad” que desconoce fronteras y divisiones porque “TODO ES UNO”, “TODOS SOMOS UNO”.

Antes de finalizar, quiero invitarlos a que dediquen unos minutos -al inicio o al final- de su día, a re-encontrarse con su “VERDADERO Y UNICO SER, CON SU VERDADERA Y UNICA ESENCIA”, y que de ese modo puedan allanarse los caminos que los conduzcan a un renacer en la ESPERANZA, la FE y el AMOR. Es mi deseo, que la PAZ sea con todos ustedes.


Bendiciones.