viernes, 28 de agosto de 2015

La Incompetencia también tiene su Principio ... ¿tendrá su Fin?


En un mundo que enfrenta una crisis -que yo diría es "existencial"- seguramente nos resulta habitual encontrarnos con una "Humanidad" que está dando manotazos de ahogado en su alocada carrera por ascender hacia un mayor "nivel de consciencia". Y como no podía ser de otra manera, dentro de este "caos existencial", la incompetencia -en general- ocupa un lugar preponderante. Tal vez, sea por ello que he sentido la necesidad de compartir con todos ustedes y gracias a un ejemplar de la Revista Profesional & Empresaria D&G - Agosto 2015 - Tomo XVI Nº 191 de la Editorial Errepar que ha llegado a mis manos recientemente,  una magnífica -desde mi punto de vista- exposición  titulada "Management: El principo de incompetencia" cuya autoría es obra del Dr. Armando M. Casal. 

En las páginas 771 a 775, el autor efectúa un análisis sumamente interesante de una cuestión que -entiendo- puede llegar a resultarnos mucho más que hurticante: "la incompetencia". 

Considerando la importancia de este tema, los invito a que lean con suma atención, el texto que a continuación les acerco:

" ... ¿QUE ES EL NIVEL DE INCOMPETENCIA?

El catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad del Sur de California, el doctor Laurence J. Peter, afirmaba que <en una jerarquía toda persona tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse> (<The Peter Principle> - 1a. ed. - Plaza & Janes SA Editores - 1969).

El término <jerarquía> fue utilizado originariamente para describir el sistema de gobierno de la Iglesia por medio de sacerdotes escalonados en grados. El significado actual incluye a toda organización cuyos miembros se hallan dispuestos por orden de rango, grado o clase. 

Fernando Trias de Bers, escritor, economista y profesor de Esade, propone la ausencia de jerarquías. <Si alguien no resuelve bien una tarea se le asignan otro tipo de tareas donde sea solvente>. Entonces las tareas no se asignan a cargos, sino a personas. Además, plantea que se busque un indicador de incompetencia directiva considerando que pueden haber personas válidas ubicadas en los puestos equivocados.

El <Principio de Incompetencia de Peter> fue creado por Laurence J. Peter y Raymond Hull [...] y presenta la idea de que los ascensos acabarán por estancar a las personas competentes en puestos donde ya no podrán serlo. Es un clásico en la literatura del Management y pone de realce que muchas posiciones de alta dirección suelen ser ocupadas por gente sin la suficiente cualificación o aptitudes. Fue inferido del análisis de cientos de casos de incompetencia en las organizaciones. Si bien fue editado por primera vez hace unos 45 años, sigue vigente hoy en día.

[...]  En muchos casos, el incremento de personal suele hacerse para intentar la superación de la incompetencia de los superiores jerárquicos. Incompetentes hay por todas partes, hemos aprendido a coexistir y convivir con ellos. La ambición de estas personas puede haberlas llevado directamente a la incompetencia.

<El Principio de Peter es, en las empresas, más conocido que el Principio de Arquímedes que pertence a otro campo, la física. Sin embargo, tienen puntos en común ... Las organizaciones jerárquicas y piramidales, traídas desde antaño, conservan ese talón de Aquiles, con difícil solución en tanto se mantengan vigentes. Esto último invita a repensar las estructuras, diseñarlas de otra manera, totalmente distintas ...> (Jorge Mosqueira: <Cuando la persona está en el puesto equivocado> - La Nación - 22/3/2015).

Como conclusión de su principio, Laurence J. Peter dedujo los dos siguientes:
  1. Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por una persona que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
  2. El trabajo es realizado por aquellas personas que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.
En una estructura jerárquica de mérito-recompensa, los integrantes de la organización pueden progresar en forma indefinida en la escala hasta que el mérito o la capacidad se estanca y les impide ascender más. Quizás ese sea el punto de inflexión al que no se debería llegar jamás, puesto que la persona podría ser mucho más eficaz en el puesto inmediatamente inferior, según se puede inferir del Principio de Peter.

La incompetencia ocupacional se halla presente en todas partes. Quizás todos nos hemos dado cuenta. El Principio de Peter está considerado por muchos como una gran verdad que se puede comprobar con solamente echar un vistazo al mundo que nos rodea. Para otros, es entendido como simplista.

<Como individuos, tendemos a trepar hacia nuestros niveles de incompetencia ... El hombre debe examinar sus objetivos y comprender que el verdadero progreso se logra moviéndose hacia delante en busca de una mejor forma de vida, en vez de hacerlo hacia arriba, hacia la incompetencia total de la vida ... Ocasionalmente, el hombre capta un destello de su imagen en un espejo ... Y en tales momentos es cuando se produce el verdadero progreso hacia el entendimiento ...> (Laurence J. Peter).
  
¿QUE ES EL NIVEL DE COMPETENCIA?

Definiciones

Competencia: es la capacidad de poner en práctica de forma integrada, en contextos diferentes, los conocimientos, habilidades y características de la personalidad adquirida. Incluye saberes teóricos, habilidades, prácticas aplicativas y actitudes (compromisos personales).

Nivel: es una base de referencia.

Niveles de competencia profesional o laboral

Se conocen niveles de competencia profesional o laboral que están confeccionados para reflejar las condiciones reales de trabajo que se presentan en diferentes grados de complejidad, variedad y autonomía. Tales grados generan diferentes niveles de competencia requeridos para el desempeño.

Dichos niveles se hallan estructurados a partir del análisis de las funciones productivas. Su intención fue la de crear un marco de referencia amplio para conservar un sentido de flexibilidad, y también para mantener las posibilidades de las personas a los efectos de transferir sus competencias a nuevos contextos profesionales o laborales.

Las definiciones de niveles de competencia y su utilización permiten visualizar las posibilidades de ascenso y transferencia entre diferentes calificaciones en los distintos puestos de trabajo.

Teniendo en cuenta criterios de conocimiento, iniciativa, autonomía, responsabilidad y complejidad, entre otros, de la actividad a desarrollar en el nivel de competencia profesional o laboral, se conocen cinco niveles de competencia, siendo el nivel 1 el de menor cualificación y el nivel 5 el mayor (fuentes varias) [...]

CONCLUSIONES

A veces resulta complicado, en el descubrimiento de un principio, identificar correctamente el momento en que se produce la revelación. Al respecto, el Principio de Peter no entró en la conciencia del autor como un relámpago de intuición, sino que llegó al mismo gradualmente, tras varios años de observación de la incompetencia del ser humano.

Aunque hay lógicamente hombres y mujeres que trabajan de una manera competente y excepciones que confirma la regla, existen puestos importantes que son ocupados por individuos incompetentes para desempeñar los deberes y responsabilidades de sus respectivas ocupaciones. 

[...] Es el gran problema de las promociones internas puesto que algunos de sus escalones pueden ser defectuosos. Si uno o varios de los cargos de responsabilidad están ocupados por personas con un alto nivel de incompetencia, las decisiones que tomarán serán equivocadas, negtivas e incluso catastróficas para cualquier negocio. Ello se extiende a cualquier decisión de gobierno. Puede ser posible que los propios ascensos sean decididos por personas incompetentes, por lo que se crea una especie de <círculo vicioso>.

<Se llega al nivel de incompetencia y se continúa subiendo ... Lo peor es el no reconocimiento de la incompetencia ... No es fácil que una organización detecto su incompetencia ... En entornos de poder jerárquico, la incompetencia no sale, porque nadie le dice al rey que está desnudo ... El principio de Peter, que ya usaban los romanos, es de una lógica inapelable...> (Ginebra, Gabril: <Gestión de la incompetencia> - enero/2014).

 Ese fenómeno de la incompetencia fue estudiado y encuadrado en una disciplina llamada <Jerarquiología> (estudio de las jerarquías) y, como expresara William Shakespeare:

<Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien>

<[...] He observado que, con raras excepciones, los hombres manejan imperfectamente sus asuntos. Por todas partes veo incompetencia pujante, incompetencia triunfante ...

El Principio de Peter, una vez conocido, no puede ser olvidado...> (Raymond Hull).

El Principio de Peter integra la denominada <Literatura P>, que comprende los obras de Peter, Parkinson, Potter y Putt y que intenta explicar cómo funcionan las jerarquías sociales. Dicho principio fue deducido del análisis  de muchos casos de incompetencia en las organizaciones.

<La crisis hace que la incompetencia flote y que se descubra que hay otros recursos y otras maneras de hacer las cosas ... A veces encuentras empresarios que piden que les digas cuáles son sus deficiencias. Un elemento externo puede ser una ayuda ... Se hacen muchos discursos sobre la excelencia, pero una parte del problema es que cuando planificamos exageramos. Se crean unos objetivos demasiados atrevidos, se exige demasiado a las personas, y acaban estrellándose> (Ginebra, Gabriel: <Gestión de incompetencia> - enero/2014.

[...]  <Cuando el hombre piensa en sus monumentales desatinos, en contraste con sus espectaculares logros, comprende que puede convertirse en víctima de su propia incompetencia o de la ajena ... Mis investigaciones sobre este fenómeno de competencia-incompetencia condujeron a mi formulación del Principio de Peter ... Mientras investigaba sobre el Principio de Peter, descubrí que había fundado una nueva disciplina, la <jerarquiología>, el estudio de las jerarquías. El hombre ordena sus asuntos en jerarquías. Sus escuelas están ordenadas en grados desde el jardín de infantes hasta la Universidad. Sus negocios funcionan con empleados dispuestos por orden de categorías. Su Gobierno está organizado como una pirámide cuya base la forman los contribuyentes y cuyo vértice es un jefe nacional. De manera similar, el Ejército, las hermandades, la seguridad social, los deportes y la Mafia, están estructuradas en jerarquías ... Cada jerarquía se compone de una disposición de categorías, grados o clases, a los cuales puede ser adscrito el individuo. Si es competente puede contribuir a la realización positiva de la Humanidad. A lo largo de la escala puede alejarle de este nivel de competencia y situarle en su nivel de incompetencia ... El verdadero progreso se logra avanzando, no ascendiendo hacia la incompetencia...> (<Las fórmulas de Peter. Cómo hacer que las cosas vayan bien.> - Introducción - 1a. ed. - Plaza & Janes SA Editores - 1973).

<La aprensión por el futuro va corroyendo de modo creciente la vida moderna ...

La insensata escalada del uso del poder ha incitado al hombre moderno a creer que está por encima de la Naturaleza y que puede dictar su ley al mundo natural sin atención a las consecuencias ecológicas ...

El progreso tecnológico no es intrínsecamente malo, pero cuando se desarrolla sin correlativos progresos sociales, educacionales y humanistas, el sistema queda estrangulado. Las fórmulas de Peter presentan un medio por el que cada uno de nosotros puede iniciar el planteamiento reconstructivo de la sociedad. El hombre no puede vivir a solas con la incompetencia> (Ibid).

Alentamos a opinar, discutir, debatir, controvertir, acordar o disentir con el mensaje contenido en este ensayo. Podríamos pensar en los casos resonantes de incompetencia del contexto, político, económico y social, que nos hubieran llamado más la atención. <El verdadero objeto de los libros es obligar a la mente a pensar por sí misma>. (C. Morley).

<El espacio disponible no permite insistir sobre el particular. Usted, como lector reflexivo, podrá ver la aplicación de la prescripción de Peter en su vida y en su trabajo, y en la vida y el trabajo de su ciudad, su país y su planeta.

Convendrá usted en que el hombre no puede conseguir su mayor realización buscando la cantidad por la cantidad: la conseguirá mejorando la calidad de la vida; en otras palabras, evitando la incompetencia vital...> (Laurence L. Peter).

BIBLIOGRAFIA  
(1) Peter, Laurence J. y Hull, Raymond: <El principio de Peter> - Plaza & Janes SA Editores - febrero/1969.
(2) Peter, Laurence J.: <Las fórmulas de Peter> - Plaza & Janes SA Editores - eenro/1973."       

Un excelente aporte sin duda. Para la Editorial y su autor, mis más sinceras felicitaciones: ¡chapeau!.

 
Bendiciones.

miércoles, 26 de agosto de 2015

El Alma también tiene su Inteligencia ...

En esta ocasión, quiero compartir con todos ustedes, un texto extraído del libro titulado "Inteligencia del Alma" - 144 avenidas neuronales hacia el Yo profundo. Su autoría corresponde a José María Doria (Licenciado en Derecho y máster en Alta Dirección de Empresas y en Psicología. Fundador de la Escuela de Terapia Transpersonal y formador activo de futuros terapeutas. Organiza viajes a Nepal, Tibet e India, y su labor de investigación le ha llevado a conviivir con los indios huicholes, en México, y con los lamas del monasterio Kopun, en Nepal. Es autor de numerosas obras, tanto de libros como de obras audiovisuales).

Como verán, por ser -desde mi punto de vista- un "Gran Maestro" de nuestro tiempo, la lectura de este libro, nos garantiza que accederemos a un "auténtico y verdadero manantial de Sabiduría". 

El azar me ha llevado a elegir un texto que van a poder leer en las páginas 265 y 266.

Como bien dice en la contratapa: "... Inteligencia del Alma se yergue como una síntesis de sabiduría que inspira al lector de manera no casual sobre la mejor actitud para recorrer <<el día de hoy>> y dar sentido a su vida. Es una obra que alberga lúcidos pensamientos de muchos de los sabios que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, y los pone al alcance del lector con el fin de aportar claridad para caminar en este convulso mundo y para saber salir de la actual consufión de creencias y valores contradictorios. Nos hallamos ante una obra creada para explorar el yo profundo y descubrir el arte de ser. ..."

Es hora entonces, de pasar a dar lectura al mencionado texto:

"... SANACION

120  El dolor es inevitable pero el sufrimiento se puede  superar - Néor

El río de la vida fluye entre las orillas del dolor y del placer. El dolor forma parte de la vida y sirve de contrapunto al placer. Y de la misma forma que la respiración y el propio latido del corazón están sometidos a ritmos de alternancia, de igual manera el dolor y el placer oscilan en los ritmos del vivir. Mientras la actual condición humana no realice el salto evolutivo, viviremos el juego de opuestos que teje la vida en su ritmo y polaridad.

Investigaciones recientes con mamíferos del doctor Olds, en París, revelan que existe un lugar en el cerebro que su descubridor denominó como <Infierno Cerebral>, cuya estimulación activa el dolor más angustioso que se pueda experimentar. Sin embargo, cerca del mismo, existe otra área especializada cuya estimulación desencadena un gran placer y éxtasis, que dicho doctor denominó <Paraíso Cerebral>. Afortunadamente, la naturaleza ha sido generosa: el espacio físico del Paraíso ocupa siete veces más espaacio que el Infierno. Hemos sido dotados de una capacidad para gozar siete veces mayor que para sufrir.

Pero aunque el dolor tenga una finalidad funcional, si no se acepta, y además se trabaja eficazmente para resolverlo, es experimentado como una cruz que puede tentar a la persona a sentirse víctima. El victimismo es un virus que estanca el alma y convierte cualquier brizna de dolor y frustración en verdadero sufrimiento. Se trata de una actitud de resistencia y parálisis que no enfrenta ni indaga. El sufrimiento es no sólo dolor no aceptado, sino también resignación que no resuelve y bloquea. Cuando no aceptamos el dolor, nos estamos resistiendo a comprender el mensaje que éste nos revela.

Si, por ejemplo nos duele la rodilla, examinémosla. Más tarde, y gracias a la llamada que el dolor nos ha hecho, nos habremos enterado de la existencia de una herida y, por ella, también habremos aplicado soluciones inmediatas. El dolor cuida de nuestro cuerpo, avisándonos de aquellos puntos que merecen atención y supervivencia. De igual manera, cuando el dolor se disfraza de confusión y angustia, en realidad es nuestro mundo emocional el que nos llama. Cuando esto sucede, algo profundo quiere avanzar en nostoros y proporcionar hondura a una vida, a menudo de mirada pequeña y plana. A través de la ansiedad y del desencanto, nuestro Ser esencial se hace presente señalándonos la necesidad de cultivar el alma y expandir la consciencia. 

Como dijo Einstein: <<Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia que lo creó>>. A diferencia del dolor, el sufrimiento es una actitud mental. Un nivel de conciencia e interpretación de las cosas que nos bloquea. Para salir del sufrimiento, conviene darse cuenta de la intencionalidad sutil que el proceso nos trae y proceder a un trabajo interno que posibilite el crecimiento hacia un nivel superior de consciencia. Todo comienza por aceptar nuestro dolor e indagar las salidas más cabales y duraderas. Más tarde, uno acepta que el dolor ayuda a comprender las leyes de la vida y los principios que conforman nuestra maduración interna.

Cuando el dolor pasa, nos deja el corazón más sensible. Sentimos compasión hacia las personas que lo llevan en su cara. Gozamos de una mayor empatía y hasta somos más aptos par animar a los que todavía viven atrapados en sus propias desgracias. El dolor nos presiona para buscar salidas que, a menudo, nos llevan de la mano hasta la profundidad del alma. En realidad, el dolor nos torna más sencillos, más humildes, con el corazón más abierto y sin corazas. ..."  
 

Bendiciones. 
  

viernes, 14 de agosto de 2015

Amistad: un "Divino Tesoro" ...

"Mis amigos son mi fortuna.
Ruego perdonen mi avaricia por acapararlos."

Emily Dickinson


"Compañera
 usted sabe
 que puede contar
 conmigo
no hasta dos
 o hasta tres
sino contar 
conmigo."

Mario Benedetti


"Deja al amigo libre
como una mariposa que, con las alas livianas,
vuela de un corazón a otro.
Si encierras a una mariposa, no puede volar.
Si encierras a un amigo, se asfixia."

Phil Bosmans


"La apertura del alma a un amigo
produce dos efectos contrarios,
pues redobla las alegrías y divide las penas
por la mitad; ya que no hay hombre
que al compartir sus alegrías no las goce más,
ni que al compartir sus penas con el amigo
no las lamente menos." 

Francis Bacon


"Lo más importante que hay en el mundo
es el gesto de tu mano apretando la mía.
Esto significa mucho más que la compasión, 
el hospedaje o el pan y el vino ofrecidos.
Porque el hospedaje termina
cuando la noche se va
y el pan sólo dura un día.
Pero el roce de una mano
y el sonido de una voz
viven para siempre en el alma."

Spencer M. Free


"Que la tierra se haga camino
ante tus pasos,
que el viento sople siempre
a tus espaldas,
que el sol brille tibio
sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suavemente
en tus campos
y, hasta que volvamos
a encontrarnos,
que Dios te guarde
en la palma de su mano."

Bendición irlandesa


 "Y un adolescente le dijo al profeta:
Háblanos de la amistad. Y él respondió, diciendo:
Que no haya otra finalidad en la amistad
que no sea la profundización del espíritu.
Pues el amor que procura otra cosa que no sea
la revelación de su propio misterio no es amor,
sino una red tendida en la que sólo se atrapará
lo inútil. Y que lo mejor de vosotros mismos
sea para vuestro amigo.
Si él conoce vuestra bajamar,
que conozca también vuestra pleamar.
Pues, ¿qué será de vuestro amigo
si solo le buscáis para matar el tiempo?
Buscadle siempre para las horas vivas.
El satisfará vuestras necesidades
y no vuestro vacío. En la dulzura de la amistad,
que haya risas y placeres compartidos.
Porque el corazón encuentra su amanecer
y se refresca en el rocío de las pequeñas cosas."

Khalil Gibrán


"El canto del río brota desde su cauce
y desde allí se desparrama.
El fuego brota del corazón de la leña
y desde allí se comunica y se comparte.
Si no hay fuego en los troncos,
no hay llamarada entre ellos.
De la misma manera, es del corazón
de donde brotan las realidades
que se comparten entre los corazones.
La paz y la alegría estarán entre los amigos
si previamente están en el corazón
de cada uno de ellos."

 Mamerto Menapace


"Es un abrazo de perdón,
un aplauso que te estimula,
un encuentro que te regocija.
Un favor sin recompensa,
un dar sin exigir,
una entrega sin calcular
y un esperar... sin cansancio." 

Cecilia Prezioso


"Si tienes un amigo
afectuoso, amable,
cordial y comprensivo,
cultívalo con esmero y atención
porque es un fruto dulce,
muy dulce, en un mundo
amargo, muy amargo."

M. Sarmiento Vargas


Como bien dice en la contratapa del libro titulado "Por nuestra amistad", edición de Lidia María Riba, y del cual extraje algunas frases -en esta oportunidad- para compartir con todos ustedes: "Compartimos con los amigos tantos momentos de la vida... Nos ayudan, nos sostienen, nos dan ánimo. Cerrando un círculo de afecto, nosotros también somos para ellos la fuerza vital donde encuentran apoyo y consuelo. ..."

Antes de finalizar, quiero agradecerle muy especialmente a una "Gran Amiga y Compañera del Alma", Laura, por haberme obsequiado este libro hace ya unos cuantos años; y, tanto a ella como a todos aquellos "Amigos y Amigas" con los que comparto la Vida, por honrarme cada día, con el inmenso regalo de su valiosísima "Amistad".


Bendiciones.

martes, 4 de agosto de 2015

Enemigos en la vida política: una construcción cimentada en las sombras ..

Hace unos cuantos años, tuve la oportunidad de adquirir un libro cuyo título me cautivó "a primera vista". Comencé leyendo las palabras escritas en la contratapa: "Cada uno de nosotros lleva consigo un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde, una persona afable y una entidad tenebrosa. Bajo la máscara del Yo consciente se ocultan todo tipo de emociones y conductas negativas: rabia, celos, resentimiento, codicia, lujuria, mentira, tendencias asesinas y suicidas... Este territorio inexplorado de nosotros mismos es conocido en psicología como la sombra personal. Todo el mundo tiene una sombra, contrapartida de su ego. Una sombra que comienza ya a desarrollarse en la infancia, a través de la educación, cuando negamos la parte oscura de nosotros mismos y finjimos identificarnos con nuestros ideales; una sombra que permanece siempre al acecho y que emerge con fuerza en cualquier momento. Así, por ejemplo, cuando sentimos un inexplicable sentimiento de antipatía hacia alguien, o cuando descubrimos un rasgo inaceptable en nosotros mismos, o cuando repentinamente nos invade el odio, la envidia, la vergüenza. Encontrar la propia sombra, enfrentarse con ella, aprovechar su poderosa energía, todo ello pertenece a la autorrealización más profunda del ser humano. Ya dijo Jung que uno no  alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad. Encuentro con la sombra ofrece una visión panorámica del lado oscuro de la naturaleza humana, tal y como surge de las relaciones, en el trabajo, en la familia, en la sexualidad, en la política, en la terapia, en el crecimiento personal... Encuentro con la sombra nos enseña a alcanzar una genuina auto-aceptación, a aprovechar las emociones negativas, a superar la culpa, a reconocer nuestras <proyecciones>, a usar diversas actividades -tales como la escritura, el dibujo, los sueños- para recuperar la parte rechazada de nosotros mismos. Porque en la oscuridad de la sombra está también nuestra plenitud".   Y quedé absoluta y totalmente encantada con la deslumbrante idea -desde mi punto de vista- de tener un "verdadero y genuino encuentro con mi propia sombra".

El libro al cual me refiero -y como ya habrán podido adivinar- se titula "Encuentro con la sombra" - El poder del lado oscuro de la naturaleza humana, y cuenta con intervenciones de la talla de Carl G. Jung, Larry Dossey, Ken Wilber, John Bradshaw, Joseph Campbell y muchos otros (Edición a cargo de C. Zweig y J. Abrams).

Absolutamente convencida de la importancia del tema que -en esta oportunidad- concita mi atención,  he sentido la moción de compartir con ustedes, algunas reflexiones que van a poder encontrar en las páginas 283 a 298:

"... La construcción del enemigo: ellos y nosotros en la vida política

Introducción

Por más desagradable que pueda parecernos la idea, todos nosotros necesitamos enemigos. Nuestra existencia parece depender e incluso, en ocasiones, progresar gracias a ellos. [...] 

El proceso de creación de enemigos parece cumplir con una función muy importante: la atribución incosciente y cruda a nuestros enemigos de aquellos rasgos que nos resultan escpecialmente intolerables de nostros mismos. Desde un punto de vista psicológico, el proceso de creación de un enemigo parece originarse en una proyección de nuestra sombra sobre aquellas personas que -debido a razones frecuentemente muy abstrusas- se adecuan a la imagen que tenemos de lo inferior. Basta simplemente con pensar en aquellas personas a quienes despreciamos o contra quienes albergamos algún tipo de prejuicio para caer presa de los aspectos más turbios de nuestra naturaleza.

En lo que concierne al ámbito de lo colectivo -nación, raza, religión- el proceso de creación de enemigos adquiere proporciones míticas, dramáticas y, frecuentemente, trágicas. Las guerras, las cruzadas y las persecuciones, por ejemplo, constituyen la expresión más terrible de esa sombra que forma parte de nuestro legado instintivo tribal. No es de extrañar, pues, que las mayores atrocidades de la historia de la humanidad se hayan perpetrado en nombre de causas justas cuando la sombra de toda una nación -o un grupo humano- se proyecta en la figura del enemigo y llega a convertir, de este modo, a otro grupo humano en infiel, cabeza de turco o chivo expiatorio de nuestras propias culpas.

En enfrentamiento con nuestros enemigos cumple pues con una función redentora. Según el sociólogo Ernest Becker: <Si hay algo que nos han enseñado las terribles guerras de nuestra época es que el enemigo cumple con la función ritual de redimirnos del mal. Por eso todas las guerras son consideradas "guerras santas", en el doble sentido de constituir, por una parte, una forma de librar al mundo de la maldad y, por la otra, una revelación de nuestro propio destino, una prueba de que Dios está de nuestra parte>.

Nuestra época ha derrochado una enorme cantidad de recursos humanos y materiales tratando de manterner vigente la figura del enemigo mediante la estrategia de la guerra fría. Y aunque ya hemos hipotecado el futuro de nuestros hijos armándonos hasta los dientes con todo tipo de tecnología bélica todavía podemos albergar, sin embargo, ciertas esperanzas de desmantelar toda la parnafernalia bélica obsoleta y sacar algo en limpio de toda esta sinrazón.

El mundo, no obstante, parece estar esperando una era de cooperación constructiva, un nuevo milenio en el que utilicemos nuestra energía en resolver los problemas en lugar de malgastarla en seguir creándonos enemigos. El verdadero adversario de nuestro tiempo -la contaminación ecológica, el efecto invernadero, la extinción de numerosas especies, el hambre y la pobreza de gran parte de la humanidad- está más allá de toda proyección y sólo podrán resolverse adecuadamente cuando asumamos y seamos los dueños de nuestra sombra colectiva. [...]

Si tenemos en cuenta la amplia panorámica que nos ofrece este cap¡tulo podremos comenzar a advertir que todos somos, al mismo tiempo, amigos y enemigos, aliados y adversarios. La elección depende de nosotros. [...]

El creador de enemigos

Primero creamos al enemigo. La imagen existe antes que el arma, la propaganda precede a la tecnología. Comenzamos pensando en otros a quienes matar y posteriormente inventamos el hacha de guerra o el misil intercontinental para acabar con ellos.

Sin embargo, los políticos de uno y otro signo creen exactamente lo contrario y proclaman a voz en grito que si abandonamos nuestra política armamentista el enemigo no desaprovechará la ocasión. Los conservadores, por su parte, opinan que el único modo de mantener en cintura al enemigo consiste en demostrarle que disponemos de armas más grandes y más poderosas que las suyas. Los liberales, por el contrario, piensan que el enemigo  dejaría de serlo si tuviéramos menos armas o si éstas fueran menos potentes. Ambas posturas, sin embargo, se basan en la creencia optimista y racional de que el ser humano es un animal pragmático que ha llegado a covertirse, con el correr de los años, en homo sapiens (<hombre racional>) y en homo faber (<hombre hábil>), y que, consecuentemente, es posible alcanzar la paz mediante la negociación y el control armamentístico.

Sin embargo, la realidad no parece ajustarse a esa creencia, ya que el problema no parece asentarse tanto en nuestra razón o en nuestra tecnología como en la dureza de nuestros corazones. Generación tras generación hemos inventado todo tipo de excusas para odiar y deshumanizar a nuestros semejantes. Nos negamos a admitir lo evidente y nos justificamos con la retórica política más sofisticada. El ser humano es un homo hostilis, una especie hostil, el único animal capaz de fabricarse enemigos para tratar de escapar de su propia hostilidad reprimida. De este modo, con los residuos inconscientes de nuestra hostilidad y con nuestros demonios privados creamos un objetivo, conjuramos un enemigo público y -lo que es peor- nos entregamos a rituales compulsivos, a dramas tenebrosos con los que tratamos de exorcisar aquellos aspectos que negamos y despreciamos de nosotros mismos.

Nuestra única esperanza de supervivencia radica en la capacidad de cambiar nuestra actitud hacia la guerra y la figura del enemigo. En lugar de seguir hipnotizados con la imagen del adversario debemos empezar a prestar atención a los ojos que ven al enemigo. Ya ha llegado el momento de explorar la mentalidad del homo hostilis (<humano hostil>) y de examinar minuciosamente la forma en que manufacturamos la figura del enemigo, creamos un plus de maldad y terminamos convirtiendo al mundo en un inmenso cementerio. Pero mientras sigamos ignorando la lógica de la paranoia política y el proceso propagandístico con el que tratamos de justificar nuestra violencia parece poco probable que lleguemos a tener ningún éxito sustancial en el control armamentístico. Para ello debemos tomar conciencia de lo que Carl Jung denominaba <la sombra>. Los héroes y los líderes de la paz de nuestro tiempo son aquellos hombres y mujeres que tienen el valor de sumergirse en las tinieblas de su propia personalidad y zambullirse en la oscuridad del psiquismo colectivo en busca de su enemigo interno. La psicología profunda nos ha proporcionado la evidencia incuestionable de que fabricamos al enemigo con las partes negadas de nuestro propio yo. Por tanto, el mandamiento <ama a tu enemigo como  a tí mismo> nos señala el camino que conduce al autoconocimiento y a la paz. De hecho, amamos y odiamos a nuestros enemigos en la misma medida que nos amamos y nos odiamos a nosotros mismos. En el rostro del enemigo encontramos pues el espejo en el que contemplar nítidamente nuestro verdadero semblante.

Pero ya escucho el clamor de objeciones de quienes detentan los poderes fácticos. Vayamos, pues, más despacio. <¿Qué significa eso de "crear enemigos"? Nosotros no inventamos a los enemigos. En el mundo real existen agresores, imperios malignos, hombres malvados y mujeres perversas que nos destruirían si no acabáramos antes con ellos. [...] No podemos psicologizar los acontecimientos políticos ni resolver el problema de la guerra tratando simplemente de comprender la forma de pensar del enemigo>. 

Efecivamente. Pero la causa de la paz no puede avanzar con verdades a medias, ya sean éstas de naturaleza política o psicológica. Ciertamente, debemos abstenernos de psicologizar los acontecimientos políticos pero también debemos evitar politizar los hechos psicológicos. La guerra es un problema sumamente complejo que no puede afrontarse desde un solo punto de vista. Para comprenderla deberíamos disponer, como mínimo, de una especie de teoría cuántica de la guerra. Así, de la misma manera que sólo podemos comprender la naturaleza de la luz considerándola simultáneamente como onda y como partícula, sólo podremos comprender la naturaleza de la guerra apelando a un enfoque pluridisciplinar que englobe sus diversos factores causales. Es por ello que necesitamos abordar el problema de la guerra considerando que se trata de un sistema sustentado, por igual, en:

  el psiquismo belicista    y  la polis violenta
  la paranoia                    y  la propaganda
  la imaginación              y los conflictos geopolíticos y 
                                         de valores entre naciones. 

Cualquier reflexión fructífera sobre la guerra deberá, pues, tener en consideración al psiquismo individual y a las instituciones sociales. La sociedad configura nuestro psiquismo y viceversa. Por consiguiente, debemos poner manos a la obra para acometer la ingente tarea de concebir alternativas políticas y psicológicas a la guerra, de cambiar la mentalidad del homo hostilis y de modificar la estructura de las relaciones internacionales. Esto supone, al mismo tiempo, la doble tarea de emprender un viaje heroico hacia el yo y ensayar un nuevo estilo más compasivo de hacer política. No será posible reducir la belicosidad mientras no tengamos en cuenta todos los factores que sostienen un sistema basado en la violencia. Debemos tener en consideración tanto a las raíces psicológicas de la paranoia, la proyección y la propaganda como a las prácticas contraproducentes en la educación de nuestros hijos, la injusticia, los intereses creados de las élites del poder, los conflictos religiosos, sociales, históricos, económicos, raciales y la presión de la opinión pública.

El problema de la psicología militar estriba en cómo llegar a convertir el asesinato en patriotismo, pero no suele examinarse en profundidad el proceso de deshumanización del enemigo. Cuando proyectamos nuestra sombra no nos damos cuenta de lo que hacemos. La masa genera odio y el cuerpo político debe insensibilizarse de su paranoia, proyección y propaganda. De este modo, el <enemigo> se convierte en algo tan real y objetivo como una piedra o un perro rabioso.  Nuestra primera tarea consiste, pues, en romper este tabú, tomar conciencia de los aspectos inconscientes del cuerpo político y examinar la forma en que creamos la figura del enemigo.

La paranoia consensual -la patología de una persona normal perteneciente a una sociedad belicista- nos proporciona un modelo útil para comprender este proceso. Si comprendemos la lógica de la paranoia podremos comprender la presencia recurrente -independientemente de las circunstancias históricas- del arquetipo del adversario.

La paranoia presupone un complejo de mecanismos mentales, emocionales y sociales mediante los cuales una persona -o un grupo- se atribuyen toda la justicia y la pureza mientras asignan, al mismo tiempo, toda la hostilidad y la maldad a sus enemigos. Este proceso se inicia con la división -sancionada por los mitos y los medios de comunicación de masas- entre el <buen> Yo (con el que nos identificamos conscientemente) y el <mal> Yo (que reprimimos y proyectamos inconscientemente sobre nuestros enemigos). Mediante esta artimaña escamoteamos de la conciencia aquellos aspectos inaceptables de nuestro Yo que Jung denominaba <sombra> (la envidia, la crueldad, el sadismo, la hostilidad, etcétera) que, a partir de entonces, sólo reconocemos como cualidades de nuestros enemigos. De este modo, la paranoia cumple con la función de reducir la ansiedad y la culpabilidad que sentimos y de transferir a los demás aquellas características que no queremos reconocer en nosotros mismos. Este proceso, por otra parte, se mantiene mediante la percepción y la memoria selectiva que hace que sólo nos percatemos de aquellos aspectos negativos del enemigo que se ajustan a nuestro estereotipo. [...]

Una de las principales funciones de la mentalidad paranoica consiste en librarnos de la culpa y la responsabilidad atribuyéndosela a los demás. Esta inversión puede revestir, a veces, un carácter extremo.

Es inevitable que la mentalidad infantil paranoica vea en el enemigo algunas de las cualidades paradójicas del mal padre. La fórmula necesaria para poder destruir al enemigo con total impunidad moral siempre atribuye al enemigo un poder casi omnipotente y una degradación moral casi absoluta. [...]

Lo cierto es que la mentalidad paranoica no tolera la idea de igualdad. Un paranoico debe sentirse sádicamente superior -y dominar a los demás- o bien debe sentirse masoquistamente inferior -y sentirse amenazado por ellos. Los adultos, en cambio, pueden sentirse iguales y compartir, de este modo, su responsabilidad tanto por el bien como por el mal, pero en la mentalidad infantil, el gigante -el padre, el enemigo- es el único que detenta el poder, el único, por tanto, moralmente responsable de no eliminar el mal y el sufrimiento de su vida.

El homo sapiens  es irremediablemente dualista, un dualista maniqueo:

Nosotros somos inocentes.      Ellos son culpables.
Nosotros decimos la verdad.   Ellos mienten.
Nosotros informamos.            Ellos hacen propaganda.
Nosotros tenemos un              Ellos tienen un Ministerio
Departamento de Defensa.     de la Guerra.
Nuestros misiles y armas       Las suyas son ofensivas.
son defensivos.

La más terrible de todas las paradojas morales, sin embargo, el nudo gordiano que debe ser cortado para que la historia pueda seguir su curso, es el hecho de que creamos el mal a partir de nuestros ideales más elevados y de nuestras aspiraciones más nobles. Necesitamos héroes, estar del lado de Dios, eliminar el mal, purificar el mundo y vencer a la muerte aunque para ello tengamos que sembrar la destrucción y la muerte de todo lo que se interponga en nuestro camino hacia nuestro heroico destino. Necesitamos y creamos enemigos absolutos no porque seamos intrínsicamente crueles, sino porque proyectamos nuestro odio sobre un objetivo externo, agrediendo a los extraños, tratando de agrupar a nuestra tribu o nación y permitiéndonos entrar a formar parte de un grupo cerrado y exclusivo. Creamos un excedente de mal porque tenemos necesidades de pertenencia.

¿Cómo podemos crear psiconautas, exploradores de las alturas y profundidades del psiquismo? ¿Cómo llevar a cabo una cruzada interna contra la paranoia, la mentira, la autoindulgencia, la culpabilidad, la vergüenza, la pereza, la crueldad, la hostilidad, el miedo y el absurdo? ¿Cómo puede la sociedad reconocer y recompensar el coraje de quienes combaten las tentaciones diabólicas del yo, de quienes emprenden una guerra santa contra toda la maldad, la perversión y la crueldad que anida en su interior?

Si realmente deseamos la paz debemos empezar a desmitificar al enemigo, dejar de politizar los fenómenos psicológicos, recuperar nuestra sombra, dedicarnos a estudiar minuciosamente las mil y una formas en que negamos, enajenamos y proyectamos en los demás nuestro egoísmo, nuestra crueldad y nuestros celos y, finalmente, comprender en profundidad cómo hemos creado inconscientemente un psiquismo beligerante y cómo hemos perpetrado las innumerables variedades de la violencia. [...]"


En mi opinión, una recomendable lectura que merece extenderse al libro en su totalidad.


Desde mi punto de vista, la Humanidad está atravesando una gran "crisis de identidad" que la coloca cada vez más al borde de su propia destrucción. La violencia en sus distintas manifestaciones,  parece ser la moneda corriente hoy en día; una violencia que hace oídos sordos al clamor por la Paz que se eleva desde los Corazones más conmovidos. Una violencia que parece no conocer de límites, de fronteras ni de géneros. ¡Es tiempo de elevar nuestras consciencias: no sólo es necesario, es absoluta y totalmente imprescindible!.


 Bendiciones.