viernes, 28 de septiembre de 2012

El "acoso moral" también es un trabajo ...

En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes, algunos pasajes del libro “El acoso moral en el trabajo” – Distinguir lo verdadero de lo falso de Marie-France Irigoyen (psiquiatra, psicoanalista y psicoterapeuta familiar autora del libro titulado “El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana” quien también colabora con numerosas instituciones, participa en talleres de formación y ha formado parte de un grupo de estudio relativo al tema).

En esta etapa de nuestra evolución en donde el egocentrismo está a la orden del día, algunos de los aspectos más oscuros del alma humana, parecen multiplicarse en progresión geométrica. El “acoso moral”, es uno de ellos. Es así que, con la intención de tomar conciencia de este accionar al que me he permitido incluir dentro de la categoría de “trabajo” (considerando al mismo como sinónimo de “esfuerzo”), transcribo -a continuación- una serie de consideraciones vertidas por la autora más arriba citada.

“... Hasta hoy, las personas que se han aventurado a conclusiones en este terreno no han conseguido ponerse de acuerdo acerca de una definición suficientemente pertinente, pues el fenómeno puede abordarse de muchas maneras, según la perspectiva de la que uno parta, e implica además a distintos especialistas (médicos, sociólogos, juristas...) que utilizan lenguajes y maneras de pensar diferentes ...

... Pocas agresiones como ésta comportan trastornos psicosomáticos tan graves a corto plazo y consecuencias a largo plazo tan desestructurantes. De momento, los médicos de familia y los psiquiatras apenas reconocen la especificidad de este tipo de violencias y los síntomas que resultan de ellas. Los médicos de empresa, que llevan tiempo observando este tipo de situaciones, no siempre saben cómo proteger a las víctimas ...

... En cuanto a los juristas, intentan hallar una definición que connote el mínimo de subjetividad para poder calificar penalmente estas conductas violentas ...

... Personalmente, prefiero una definición que tenga en cuenta las consecuencias de este comportamiento sobre las personas. Así, propuse la siguiente definición a los grupos de trabajo en los que he participado ...: el acoso moral en el trabajo se define como toda conducta abusiva (gesto, palabra, comportamiento, actitud...) que atenta, por su repetición o sistematización, contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una persona, poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo (*). Sea cual sea la definición final, el acoso moral es una violencia en pequeñas dosis, que no se advierte y que, sin embargo, es muy destructiva ...

... En su inicio, el fenómeno es parecido al sentimiento de inseguridad en los barrios, descrito en términos de incivilidad. Como consecuencia, todas las personas que están en su punto de mira están profundamente desestabilizadas ...

... El modo específico de agresión varía según los medios socioculturales y los sectores profesionales. En los sectores de producción, la violencia es más directa, verbal o física. Cuanto más arriba subimos en la jerarquía y en la escala sociocultural, más sofisticadas, perversas y difíciles de advertir son las agresiones ...

... El miedo es el motor esencial que lleva al acoso moral, dado que, en términos generales, es lo que nos convierte en seres violentos: atacamos antes de ser atacados. Agredimos al otro para protegernos de un peligro ...

... Es el miedo a no estar a la altura, el miedo a no complacer al jefe, a que los colegas no le aprecien a uno, el miedo al cambio, también es el miedo a una sanción o a cometer un error profesional que pueda conllevar el despido. Actualmente, dicho miedo es mucho más indirecto que en el pasado. Cada vez es menos habitual ver a un jefe que exija abiertamente la sumisión de sus colaboradores, pero, cuando se elogia la autonomía y el espíritu de iniciativa de los asalariados, lo que se pretende más bien es culpabilizarles. Se les da a entender que sus dificultades se las crean ellos mismos y que son los responsables de los quebraderos de cabeza que puedan tener si no están en conformidad con el sistema. De ese modo, el miedo contribuye a la uniformización y constituye una forma solapada de poner al empleado en vereda ...

... En algunas empresas, la estrategia de gestión del personal descansa completamente sobre el miedo. Los asalariados están siempre a la defensiva y eso repercute de uno al otro extremo de la jerarquía. Es muy difícil hablar de ello porque les da vergüenza expresar un miedo propio de los niños. Los menos sólidos caerán entonces en la tentación de hacer que sus inferiores jerárquicos paguen por la violencia que les infringen a ellos ...

... El miedo que uno le tiene al otro también induce a desconfiar de todo el mundo. Hay que ocultar las propias debilidades por temor a que el otro les saque partido. Hay que atacar antes de ser atacado y, de cualquier modo, considerar al otro como un rival peligroso o un enemigo potencial. Como en estado de legítima defensa, pretendemos desembarazarnos del otro para salvarnos. Los perversos narcisistas son los que más miedo les tienen a los demás. Para ellos, todas las personas a las que no consiguen seducir o someter son potencialmente peligrosas. El miedo nos lleva a demonizar al otro, le atribuimos sentimientos agresivos porque creemos estar en una posición inestable y nos sentimos amenazados. Ello nos puede llevar a acosar a una persona, no tanto por lo que es, sino por lo que imaginamos que es ...

... En ocasiones el miedo engendra la cobardía: es el caso de los perversos narcisistas en sus conductas irrespetuosas por miedo a ser acosados a su vez. El miedo puede nacer sin que existan necesariamente presiones por parte de la jerarquía y suele ser causa de conductas infantiles : miedo a que le riñan a uno, miedo a que le reprendan por una conducta reprochable, miedo a que se descubra una malversación. Cuando se teme que se descubra una falta o una irregularidad , se puede caer en la tentación de deshacerse de los testigos ...”

(*) el resaltado es de mi autoría

Tal vez sea hora de poner en práctica las palabras de Jesús: “No tengas miedo, sólo ten FE”. Pero ¿dónde se compra, se consigue, se encuentra o se halla la FE? ¿Es gratis o cuesta adquirirla? ¿Es para todos o sólo para unos pocos privilegiados? Por mi experiencia, puedo decirles que la FE es un bien común a todos los seres humanos cualquiera sea la creencia o el nombre con el cual se la pueda identificar. Es un atributo del Universo al alcance de quien quiera se anime a Vivir en plenitud, a vivir al calor de las inspiraciones del Corazón, a decidirse por Amar, a elegir el camino de la Unidad más allá de lo que nuestro intelecto pueda conocer o nuestros ojos puedan ver. Es confiar en que la Vida actúa de acuerdo a un orden perfecto que nos incluye. Es, simplemente, sentir en lo más profundo de nuestro SER que “en Dios vivimos, nos movemos y existimos” ...


  
Bendiciones.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cupido es un "putto" ...

A veces, la vida nos da sorpresas ... sorpresas nos da la vida. Una de ellas es la que me ha dado años atrás cuando, mientras cursaba estudios superiores del idioma italiano (llámese literatura, pintura, escultura y geografía del país de mis ancestros), me encontré con la novedad de que nuestro tan querido y admirado “Cupido” era -ni más ni menos- que un "putto". Lo cierto es que quien me estaba anoticiando del tema era la profesora a cargo del curso, por lo cual, no existiendo motivos para dudar de los conocimientos que ella poseía (muy amplios por cierto) tomé nota de ello. Nunca hubiera imaginado semejante conexión. ¡Quien lo hubiera dicho!. En aquél entonces me decía: ¡Cuántas cosas me quedan por aprender todavía! ¡Qué bueno que la vida siempre me tenga reservada una sorpresa!. Y a decir verdad, aún continúo afirmándolo.

Seguramente, algunos de ustedes también -a esta altura del compartir- estarán sorprendidos. Tal vez, se pregunten: ¿porqué “Cupido” es un “putto”?. Para todos aquellos que deseen incorporar un conocimiento más a los que ya poseen, les comento que para el idioma italiano “putto” (ensayando una suerte de definición personal) es sinónimo de “niño angelado”. Los “putti” (tal el plural de “putto” en italiano) son diseños ornamentales con forma o figura de niños, que aparecen -en general- desnudos y con alas. Muy famosos en la época del Renacimiento italiano (período comprendido desde fines del año 1400 hasta el 1600 aproximadamente, durante el cual se produjeron grandes cambios culturales en Italia) se los puede admirar -por ejemplo- en un sinnúmero de pinturas que perduran, a través del tiempo, como el legado que los grandes artistas de aquél entonces, le ha dejado a las generaciones venideras.

Un “putto” nos invita al deleite, nos invita a conectarnos con nuestro “niño” interior, nos invita a vincularnos con la ternura que habita en lo más profundo de nuestro “Yo Superior”, nos invita a conectarnos con la inocencia de nuestra verdadera esencia, nos invita al encuentro con nuestro “SER”. Y como nuestra verdadera naturaleza es la del “AMOR”, nos invita a “AMAR”. Es por ello que cuando queremos representar este sentimiento entre dos personas enamoradas, recurrimos a la imagen de un “Cupido” (un “putto”) que lleva en sus manos las herramientas que ha utilizado para inspirarlos.

Antes de finalizar, quiero invitarlos a que por algunos minutos se permitan hacer una pausa en sus actividades y dediquen ese tiempo a admirar dos maravillosas creaciones -que encontrarán a continuación-, ambas del pintor italiano Raffaello Santi (más conocido como Rafael). Una caricia para el alma que bien sabe gozar de las cosas más sencillas ...





 
Es hora, entonces, de dar por concluído este compartir no sin antes dejarlos en una muy buena compañía: la de un simpático “putto”.





Bendiciones.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Pasa todo ... el "dolor" también

En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes una reflexión, cuya autoría corresponde al sacerdote benedictino Mamerto Menapace (monje del monasterio de Santa María de Los Toldos -del que fuera abad durante dos períodos-, escritor de cuentos, poesías, ensayos bíblicos, narraciones y reflexiones, que cuenta en su haber con la publicación de más de cuarenta libros inspirados en temas varios, vinculados al encuentro con Dios  y al crecimiento en la fe), extraído del libro (también de su autoría) titulado “Sufrir: pasa” “Reflexiones para la cuaresma”. Si bien nos encontramos fuera del tiempo litúrgico así llamado de acuerdo a la tradición católica, me pareció interesante abordar un tema que -a mi criterio- merece nuestra atención, en momentos en los que la Humanidad se encuentra atravesando una profunda crisis, producto de sus permanentes ciclos evolutivos. El sufrimiento -a veces- parece ser un eterno compañero de ruta. Y -en mi opinión- es una “muletilla” a la que acudimos cuando no contamos con el valor suficiente para atravesar las “crisis” que se nos presentan como sinónimo de “oportunidades para crecer”, para “evolucionar como personas”, como “seres humanos que transitan un camino de aprendizaje llamado “vida”.

Los invito a que abran sus corazones a las inspiraciones que Dios (o como quieran llamarlo de acuerdo con sus creencias) pueda suscitar en cada uno de ustedes, a través de la lectura de esta magnífica reflexión.

“El propio dolor”

“Suele suceder que el sufrimiento prolongado de un pueblo va generando una determinada visión de las realidades, en la que terminan por confundirse los planos. Si es cierto que Dios es el defensor de los oprimidos, y uno se siente parte de estos, es fácil que se identifiquen los propios derechos con los de Dios. De esta manera se sacralizan muchas actitudes. Y hasta se puede llegar a desear la venganza que destruya al enemigo, identificándola con el triunfo de Dios y su proyecto. El opresor pierde así todas sus cualidades buenas, y pasa a ser el exponente mismo del mal, imposible ya de ser redimido, o de contar con la misericordia de Dios.
Su destrucción se identifica con la derrota del mal y con el triunfo del bien. En la conciencia orante de este pueblo (o de una persona) se va perdiendo poco a poco la proporción de Dios, y se va reduciendo sus intereses a las dimensiones de los propios. Dios tiene que sentir como yo siento. Pido y exijo que obre de acuerdo a los deseos y proyectos que me convienen a mí, y que, sin discusión, son los de Dios.
Y uno puede hasta llegar a caer en el escándalo de dudar de Dios y de su justicia, por el simple hecho de que se posterga o no se realiza el juicio que a nuestro parecer tendría que realizar, para volver las cosas a su lugar.
Ni remotamente se puede admitir que el enemigo y opresor, también pueda ser objeto de amor de Dios. Y menos aún , que sea el destinatario de su misericordia, y de esta manera ser llamado a la conversión, con los mismos derechos y oportunidades que nosotros. Eso sería el escándalo supremo. Sería la ausencia total de justicia. Y nos haría dudar del mismo Dios.
Sobre todo sentiríamos que se nos pone en ridículo, y que se ha estado jugando con nuestro sufrimiento, y abusando de nuestra esperanza y buena fe.
Tal vez olvidamos demasiado fácilmente todas nuestras propias infidelidades, y las veces que hemos tenido que suplicar humildemente la misericordia de Dios.
Aún admitiendo que, luego de un castigo ejemplar, algo del enemigo se pudiera rescatar y salvar, en ningún momento estaríamos dispuestos a ser los instrumentos salvadores. Más bien nos sentimos con el derecho de que Dios realice por intermedio nuestro el castigo. De esta manera, podríamos añadir a la alegría de ver realizada la justicia, la secreta gratificación de satisfacer nuestra venganza. Y por si esto no entrara en los planes de Dios, al menos nos sentiríamos merecedores del derecho de ser espectadores de su castigo ejemplar y fulminante.
¡Qué embromado es el dolor! ¡Cuántas cosas feas puede llegar a hacer brotar en nuestro pequeño y mezquino corazón! Porque si el corazón no crece en el dolor, el dolor hace crecer las sombras en el corazón del hombre.
Y en definitiva, lo que Tata Dios quiere, es que crezcamos, tanto los pueblos, como las personas. Quizás para eso utilice el instrumento del dolor.
Pero solo, no basta. No es suficiente podar un frutal , para que el frutal florezca. Tiene que intervenir la primavera. No basta con hacer sufrir un corazón, para salvarlo. Tiene que intervenir la gracia.
Pero el Señor Dios no acostumbra regalarnos las cosas ya hechas. Es tan respetuoso, que acepta la espera de verlos nacer y crecer en nosotros. En medio de toda la frondosa vegetación salvaje que brota en nuestro corazón al calor de nuestro deseo de justicia, suele sembrar, como al descuido, una experiencia que puede ser semilla de una realidad más plena. Algo nuevo, y sobre todo más de acuerdo con su propio corazón. Más conforme a su plan de salvación, que es para todos.
Es posible que un día llegue a pedirnos algo que a nosotros nos parecerá absurdo. Nos puede invitar a que seamos su instrumento de salvación, sacrificándonos precisamente por aquellos a quienes nosotros hubiéramos querido ver destruidos.
Entonces, nuestra lucha interior se volverá contra el mismo Dios. Y como nos sentiremos impotentes y con bronca, tal vez apelemos a la huida. Optaremos por disparar de las exigencias de ese Dios incomprensible. Y buscaremos alejarnos de su territorio para escapar a su mirada”.

Espero que hayan disfrutado de esta lectura tanto como yo disfruto con cada uno de los cuentos y reflexiones que este sacerdote benedictino comparte a través de sus libros, los cuales -considero- son un más que recomendable alimento espiritual.

Bendiciones.



martes, 11 de septiembre de 2012

Psicopatía o cuando Dios juega a las escondidas ...


En esta ocasión voy a abordar una temática que -a simple vista- puede resultar carente de sentido para la mayor parte de la gente. Voy a compartir el resultado de investigaciones y experiencias en torno a “una persona psicópata”. Muchos de ustedes llegarán -seguramente- a sorprenderse como alguna vez también yo he resultado sorprendida.

Me parece importante comenzar con una descripción de este tipo de personalidad. Para ello, me remito al más que ilustrativo libro titulado “El complementario y su psicópata” del experto en la materia, Dr. Hugo Marietan, quien se ha dedicado -desde hace más de quince años- al estudio de esta particular relación, y que es reconocido como una autoridad mundial en este tema. Una lectura que nos ayuda a descubrir -como bien dice en la contratapa- que “... El psicópata, del que se habla aquí, no es el asesino serial, ni el violador, ni aquellos cuyos actos figuren en la sección policial de los periódicos, sino que se investiga el mundo de los psicópatas cotidianos, aquellos que sin estridencias, están a nuestro alrededor. Marietan los llama cotidianos porque puede ser una pareja, un padre, un hijo, un jefe o cualquier personaje allegado del espectro social...”.

En las páginas 87 a 94, podemos encontrarnos con un resumen de los rasgos que presenta una persona “psicópata”:

“... A) Satisfacción de necesidades distintas

* Vivencia de expansión de la libertad interior: El rango de libertad interior del “normal” es acotado, por presión social o por inhibición propia. El psicópata tiene un rango mucho más amplio, a tal punto que muchas veces da la impresión de que su lema es: <todo es posible>. Un rango de libertad acotado no le permitiría satisfacer sus necesidades especiales ... Todo límite que se le imponga en oposición de sus propósitos será vivenciado como una traba “injusta”, que generará una intensa frustración. La frustración es el punto débil del psicópata, es donde pierde el control de sus acciones y, en consecuencia, comete errores.

* Creación de códigos propios: Los códigos son los andamiajes donde se construyen los valores. Valoramos de acuerdo a nuestros códigos, nuestra ética. El psicópata comparte la mayoría de los códigos con el “normal”, por eso es que se mueve adaptadamente en una comunidad y no es fácil detectarlo mientras no accione psicopáticamente. Pero, a su vez, genera códigos propios que le permiten justificar sus acciones tendientes a satisfacer sus necesidades especiales ... El psicópata conoce la normativa general y se comporta de acuerdo con ella mientras no lo obstaculice en sus planes. Si esto ocurre, busca la manera de sortear las normas “inconvenientes” según su criterio ... Al actuar de acuerdo a sus códigos, es decir, justificadamente a su criterio, no siente ese displacer interno por sus acciones que se llama culpa. Lo que está muy lejos del concepto falaz de “no sienten culpa”, ya que se sienten culpables cuando transgreden sus propios códigos ... Defensa aloplástica: implica colocar la responsabilidad de los resultados desfavorables en los otros y el entorno, para evitar las consecuencias y el asumir su participación ... Cuando el psicópata transgrede sus propios códigos se siente culpable, convirtiéndose en acusador, juez y verdugo de sí mismo. Y el castigo que se inflige suele ser muy superior al que le administrarían los no psicópatas. Puede llegar a la autosupresión o a colocarse en una situación en la que sabe que será atrapado o ultimado.

* Repetición de patrones conductuales: La necesidad recurrente lleva a la repetición de las mismas acciones tendientes a satisfacerla. No se repite porque si. El observar la repetición sin analizar lo anterior, llevó a la creación de uno de los mitos de la psicopatía: <no aprenden con la experiencia>. En la consumación del acto psicopático hay un estilo, una forma, un “cómo hacer”. No es algo improvisado, impulsivo o azaroso. La mayoría de estas acciones son pensadas, planeadas y permanecen en latencia hasta que se den las condiciones del “cómo hacer” para consumarlas. El mito del acto psicopático impulsivo es más cliché que una realidad. Sello psicopático: Es el estilo, la manera de la acción psicopática, que determina el “perfil psicopático” y que, bien estudiado, permite prever las acciones futuras del psicópata.

* Necesidad de estímulos intensos: ...  En función de las necesidades especiales el psicópata puede involucrarse en acciones de alto riesgo. También su megalomanía y su omnipotencia, al creer que nada peligroso le puede ocurrir ... Se aburren con facilidad, y necesitan estímulos intensos ... Los psicópatas viven el “hoy”, con desprecio del pasado e indiferencia hacia el futuro. Esto no impide que se fijen metas a largo plazo, y vayan paso a paso en pos de ella, neutralizando todo escollo que se le interponga, de manera astuta o violenta, según las circunstancias. Uso de drogas: El psicópata frustrado, resentido, puede tomar este camino para intentar un re-equilibrio interno. Otros se estimulan con drogas para impulsarse a la acción ... Aspecto lúdico: Este es uno de los rasgos menos citados en la literatura; sin embargo, en muchas de las acciones psicopáticas se lo observa. El apostar; el creer (apelación a lo mágico) que el resultado de sus acciones psicopáticas saldrán de acuerdo a sus deseos, o que podrá zafar de situaciones riesgosas. Este toque de ingenuidad es otro de sus puntos débiles ... En algunos psicópatas existen rasgos perversos o francas parafilias, y pueden llegar al incesto, pero en otros estos rasgos no están presentes. Otros le otorgan al sexo un rol muy secundario.

B) Cosificación de otras personas

Cosificar consiste en quitarle al otro la jerarquía de persona. El otro es considerado un objeto. La cosificación permite explicar varias de las acciones de los psicópatas. Son egocéntricos, manipuladores, utilizan a los demás para conseguir sus propios objetivos ... Todo psicópata trabaja, siempre, para sí mismo. Cuando da es porque está manipulando o espera recuperar esa “inversión” ... Suelen hiper valorar su potencialidad para conseguir objetivos. Los hay francamente megalómanos, donde el <todo es posible> se les aparece sin impedimentos ... Tienen una habilidad especial para captar la necesidad del otro. Es una mirada en el interior de “la cosa” para saber sus debilidades y obrar a partir de ellas para manipularlo ... Poseen una gran habilidad para el manejo de la otra persona, para lograr que actúe de acuerdo a su voluntad. Aquí el psicópata puede distinguir entre lo que manifiesta lógicamente la otra persona y lo que irracionalmente desea hacer. Una de las capacidades del atípico es la captación de las necesidades del otro. Seducción: Es una relación bidireccional entre el psicópata y el otro, donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro. Es decir, el psicópata propone el contrato y el otro lo firma. Mentiras: La mentira es una herramienta más en el arsenal psicopático para conseguir sus fines. Es cualitativamente distinta a la mentira de un “normal”. Actuación: Actuar es mentir con el cuerpo. Los psicópatas son actores natos. Fascinación: Alteración de la conciencia ligeramente inferior a la sofrológica, producida por el psicópata a determinadas personas. Coerción: Relación unidireccional entre el psicópata y el otro, donde intervienen presiones instrumentales, físicas o psicológicas que impiden optar al otro ... Utilización del otro como medio de subsistencia. Aquí el psicópata realiza la manipulación necesaria para conseguir sus fines, pero sin presionar demasiado, como actúa un parásito en su relación con el huésped ... El psicópata establece un tipo de relación para captar al otro y conseguir un objetivo. Y una vez logrado, se desprende del otro sin el menor miramiento o consideración. Como una herramienta que no usa más ... Poseen escasa o nula repercusión emocional ante el daño causado al otro por los hechos psicopáticos. Permanecer indiferente ante el dolor ajeno, no implica que, fuera de las acciones psicopáticas, no se muestre sensible hacia mascotas y objetos ... Pueden ser impiadosos, hacer padecer, dañar severamente a otros, sin repercusión emocional displacentera ... Permanecen impasibles u obran fríamente ante situaciones de alta tensión en las que un “normal” se paralizaría, descontrolaría o accionaría inadecuadamente.

C) Acto psicopático grave

Estos actos son lo suficientemente contundentes como para que cualquiera, sin tener conocimientos especiales sobre el tema, los califique con un término equiparable al de psicópata aquí utilizado. Tormenta psicopática. Homicidio brutal. Masacre. Violaciones y asesinatos en serie. Otros actos asociales graves. Perversiones sexuales. Parafilias. Incesto....”

En mi experiencia personal de encuentro con personas psicópatas, perversas, esquizoides (separan la forma del contenido), egocéntricas narcisistas -entre otras personalidades afines- descubrí que hay una forma de “autocuración” para los "complementarios" (sin descartar la consulta médica y/o posterior tratamiento, que cada uno pueda efectuar, con un especialista en la materia) que radica en buscar la “unión de los opuestos” o “el orden implicado en el caos”, es decir: traspasar la oscuridad que habita en toda personalidad con escasez de luminosidad, hasta llegar a ese punto diminuto de luz (prácticamente imperceptible) que se encuentra en su interior y desde allí expandir mi luz, en unión con la suya. De ese modo, como nada escapa a la acción de Dios (o como quieras llamarlo de acuerdo con tus creencias), busco la Divinidad que se encuentra en cada persona. Ese oasis en el que estoy totalmente a salvo. Ese paraíso que se llama “AMOR”. Dios es “AMOR” y bien sabemos que “EL AMOR ES MAS FUERTE”. La única forma de vencer a la oscuridad es a través de la Luz Divina. Esa que habita en cada uno de nosotros. Esa que habita en lo más profundo de nuestro SER.

Espero, de corazón, que este compartir sea de ayuda para todos aquellos que necesiten ser rescatados, para todos aquellos que necesiten vencer a la oscuridad, para todos aquellos que -como el ave fénix- deseen renacer de entre sus cenizas ...

 Bendiciones.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Liderar desde el Alma

En esta ocasión, quiero compartir con ustedes algunos pasajes del libro “El alma del liderazgo” del genial Deepak Chopra (el Doctor Chopra es autor de más de 50 libros traducidos a casi 40 idiomas; es una autoridad internacional en las disciplinas de superación, espiritualidad, medicina cuerpo-mente y desarrollo humano). Siendo su visión la de “servir” (así  la define el propio Deepak en la página 36), como siempre, cada palabra suya rebosa una armonía que hace, a cualquiera, conectarse instantáneamente con el Universo en toda su expresión. Es una auténtica invitación que nos llega a través de las palabras “...Descubre tu potencial de grandeza ...” (encabezando la portada), a los fines de que podamos descubrir nuestra propia visión para poder así, convertirnos en verdaderos líderes de nuestra vida y en un testimonio real para todos aquellos que también deseen serlo.

En una suerte de anticipo, reproduzco algunas expresiones contenidas en la contratapa del libro: “La capacidad de liderazgo es la gran oportunidad que tenemos para alcanzar la cumbre más alta, es la llave que nos permitirá abrir todas las puertas, salir de la oscuridad y conocer la luz  ...  Al identificar el perfil de tu alma y los valores que quieres desarrollar, lograrás que emerja tu potencial de grandeza con todo su poderío, y con esta fuerza impulsarás las cualidades más importantes que un líder debe tener: creatividad, inteligencia, poder de convocatoria y amor. El alma del liderazgo se convertirá en el motor de cambio que requiere tu vida, el documento que hará de tu desarrollo humano una fuerza de espíritu y acción incontenible para que seas un triunfador”.

Y a continuación, transcribo algunos pasajes que -a mi entender y a modo de resumen- nos permiten conectar con el espíritu del libro (páginas 29 a 32):

“...Ver con los ojos es sólo el comienzo. Cuando vemos y escuchamos plenamente, involucramos el cuerpo, la mente, el corazón y el alma.
* Cuerpo (el resaltado es de mi autoría): la etapa de observación y reunión de información ... Comienza por ser tan abierto e imparcial como sea posible. Mira tanto como puedas y escucha a cualquiera que tenga algo que decir. En cierto sentido, tu funcionas como una cámara de video. Permite que las imágenes y los sonidos te lleguen de manera libre y objetiva.
* Mente (el resaltado es de mi autoría): la etapa de análisis y juicio ... En simultáneo, tu mente toma nota de la situación. Comienza a analizar y sopesar. Permite que todas y cada una de las ideas lleguen a ella. Analiza lo que sucede y nota los fragmentos o soplos de respuestas, las nuevas interpretaciones y las combinaciones novedosas. Otra vez, evita los juicios y los prejuicios. Sé neutral y abierto.
* Corazón (el resaltado es de mi autoría): la etapa del sentimiento ... Adéntrate en aquello que tu corazón siente que está bien. Sentir es más sutil y verdadero que el análisis puro. Este es el nivel en el que las intuiciones repentinas pueden llegarte. Estás incorporando la intuición a esta escena, permitiendo que suceda el momento en que decimos: “¡Eso es!”, el momento en que damos verdaderos saltos cuánticos de creatividad.
* Alma (el resaltado es de mi autoría): la etapa de incubación ... Ahora relájate y espera. Cuando se está incubando una visión, esta se encuentra en un lugar profundo e invisible. Una inteligencia honda e infinita nutre tu visión, adaptándola a tus necesidades y a las de quienes te rodean. Has tenido acceso a algo que es mayor que tú, ya sea que lo llames Yo superior, conciencia pura o conexión divina. Si ninguno de estos términos te funciona, podrías pensar en el alma como “aquello que soy en realidad...“.
“... Los líderes potenciales son enseñados a utilizar sus mentes para analizar varios escenarios hipotéticos. Al dejar de lado el sentimiento, la intuición, el espíritu visionario y la profunda sabiduría del alma, este entrenamiento termina por quedarse corto. Nadie puede negar el simple hecho de que los grandes líderes son también almas grandes ... Pero Nelson Mandela, Abraham Linclon y Mahatma Gandhi fueron más allá y se preguntaron desde lo más hondo de su ser cómo inducir una respuesta diferente, cómo convertir una nueva visión en realidad...”.

Deepak Chopra, es sinónimo de “Hombre Sabio”. “El alma del liderazgo” es un libro recomendado (como todos los de su autoría) para quienes, estén o no, convencidos de formar una “unidad” llamada “Humanidad” que transita por una infinita y constante evolución, deseen sumarse a los que ya hemos emprendido este camino de re-conocimiento, de re-encuentro con nuestro verdadero “SER” ...

Bendiciones.