Retomando la lectura del libro “El silencio habla”, cuya autoría
corresponde a Eckhart Tolle (profesor espiritual contemporáneo que no se halla
alineado con religión o tradición alguna. Su libro “El poder del ahora” lleva vendidos más de un millón de ejemplares;
lo que ubica a dicha obra en la categoría de bestseller. En sus escritos y
seminarios transmite el mensaje de los antiguos maestros espirituales: “hay un camino para salir del sufrimiento y
sentirse en paz”), me sentí motivada -una vez más- a compartir con todos
ustedes, algunas reflexiones y/o conceptos que me han conmovido profundamente.
En el capítulo tres, que se encuentra
desarrollado en las páginas 27 a 36, bajo el título de “El Yo
Separado”, Eckhart se expresa con un lenguaje muy elocuente al describir perfectamente
bien a nuestro “ego”. Desde mi punto de vista, una explicación contundente que
no deja lugar a dudas de “quiénes somos”. Con un vocabulario claro y sencillo,
nos hace amena la lectura. Una verdadera radiografía que revela el aspecto más
oculto de nuestra personalidad, accediendo a lo más profundo de nuestra
“naturaleza humana”.
Los invito -a continuación- a que lo
comprueben por ustedes mismos:
“… La
mente busca alimento incesantemente, y no sólo para el pensamiento; está
buscando alimento para su identidad, para su sentido del yo. Así es como el ego
(el yo separado) viene a la existencia y se recrea a sí mismo.
*******
Cuando
piensas o hablas sobre ti, cuando dices <yo>, sueles referirte a <yo y
mi historia>. Este es el <yo> de lo que te gusta y de lo que te
disgusta, de tus miedos y deseos, el <yo> que nunca está satisfecho por
mucho tiempo. Es un sentido de quien eres creado por la mente, condicionado por
el pasado y que trata de encontrar su realización en el futuro.
¿Puedes
ver que este <yo> es pasajero, que es una formación temporal, como una
onda que recorre la superficie del agua?
¿Quién
ve que esto es así? ¿Quién es consciente de que tus formas física y psicológica son pasajeras? Yo
soy. Este es el <yo> profundo que no tiene nada que ver con el pasado y
el futuro.
*******
¿Qué
quedará de todos los temores y deseos asociados con tu problemática situación
existencial, que consumen cada día la mayor parte de tu atención? Un guión de
varios centímetros de largo entre la fecha de tu nacimiento y la fecha de tu
muerte inscritas en tu lápida.
Para el
ego, éste es un pensamiento deprimente. Para ti es liberador.
*******
Cuando cada pensamiento absorbe tu atención
completamente significa que te identificas con la voz que suena en tu cabeza.
Entonces los pensamientos quedan investidos de un sentido de yo. Esto es el
ego, el <yo> creado por la mente. Este yo fabricado por la mente se
siente incompleto y precario. Por eso el temor y el deseo son sus emociones
predominantes y sus fuerzas motivadoras.
Cuando reconoces que hay una voz en tu cabeza
que pretende ser tú y que nunca deja de hablar, estás saliendo de la
identificación inconsciente con la corriente de pensamientos.
Cuando notas esa voz, te das cuenta de que tú
no eres la voz -el pensador-, sino quien es consciente de ella.
La libertad estriba en conocerte a ti mismo
como la conciencia que está detrás de la voz.
*******
El ego siempre está buscando. Busca añadirse
algo más de esto o de lo otro para completarse. Esto explica su preocupación
compulsiva por el futuro.
Cuando te des cuenta de que estás viviendo
<para el momento siguiente>, ya has salido del patrón mental del ego, con
lo que surge la posibilidad de elegir prestar toda tu atención a este momento.
Prestando toda tu atención a este momento,
una inteligencia mucho mayor que la inteligencia de la mente egótica entra en
tu vida.
*******
Cuando vives a través del ego, siempre
reduces el momento presente a un medio para un fin. Vives para el futuro, y
cuando consigues tus objetivos, no te satisfacen, o al menos no por mucho
tiempo.
Cuando prestas más atención a lo que haces
que al resultado futuro que quieres conseguir con ello, rompes el viejo
condicionamiento del ego.
Entonces tu hacer no sólo es mucho más
eficaz, sino infinitamente más alegre y satisfactorio.
*******
Casi cada ego contiene algún elemento de lo
que podríamos llamar <identidad de víctima>. La imagen de víctimas que
algunas personas tienen de sí mismas es tan fuerte que se convierte en el
núcleo central de su ego. El resentimiento y los agravios forman parte esencial
de su sentido del yo.
Aunque tus agravios estén completamente
<justificados>, te has construido una identidad de víctima que se parece
mucho a una prisión cuyos barrotes están hechos de formas mentales. Mira lo que
te estás haciendo a ti mismo o, más bien, lo que te está haciendo tu mente.
Siente tu apego emocional por tu historia de víctima y date cuenta de la
tendencia compulsiva a pensar o hablar de ella. Mantente presente como testigo
de tu estado interno. No tienes que hacer nada. Con la conciencia vienen la transformación y la libertad.
*******
Los hábitos mentales favoritos del ego, los
que le fortalecen, son la queja y la reactividad. Buena parte de la actividad
emocional-mental de muchas personas consiste en quejarse o reaccionar contra
esto o lo otro. Ello hace que los demás, o la situación, estén
<equivocados>, mientras que tú <tienes razón>. Teniendo razón te
sientes superior, y sintiéndote superior fortaleces tu sentido del yo. En
realidad sólo estás fortaleciendo la ilusión del ego.
¿Puedes observar estos hábitos dentro de ti
mismo y reconocer tu quejumbrosa voz interior por lo que es?
*******
El sentido del yo característico del ego necesita
el conflicto porque su identidad separada se fortalece al luchar contra esto o
lo otro, y al demostrar que esto soy <yo> y eso no soy <yo>.
Es frecuente que tribus, naciones y
religiones consigan fortalecer su sentido de identidad colectiva teniendo
enemigos. ¿Quién sería <creyente> sin el <infiel>?
*******
En tus tratos con otras personas, ¿puedes
detectar ligeros sentimientos de superioridad o inferioridad hacia ellas? Lo
que estás viendo es el ego, que vive de la comparación.
La envidia es un derivado del ego, que se
siente disminuido cuando a otra persona le pasa algo bueno, o cuando alguien
tiene más, sabe más o puede hacer más que tú. La identidad del ego depende de
la comparación y siempre quiere más.
Se agarra a cualquier cosa. Si todo lo demás fracasa, puede fortalecer tu
ficticio sentido del yo sientiéndote más maltratado
por la vida o más enfermo que
otras personas.
¿Cuáles son
las historias, las ficciones de las que derivas tu sentido del yo?
*******
La
necesidad de oponerse, de resistirse y de excluir está incorporada a la
estructura misma del ego, ya que esto le permite mantener el sentido de
separación del que depende su supervivencia. De modo que <yo> soy contra
el <otro>, <nosotros> contra <ellos>.
El ego
necesita estar en conflicto con alguien o algo. Eso explica por qué buscas la
paz, la alegría y el amor, pero no puedes tolerarlos por mucho tiempo. Dices
que quieres la felicidad, pero eres adicto a tu infelicidad.
El último
término, la infelicidad no surge de las circunstancias de tu vida, sino del
condicionamiento de tu mente.
*******
¿Albergas sentimientos de culpa respecto a algo que hiciste -o dejaste de
hacer- en el pasado?
Lo cierto es que actuaste de acuerdo a tu nivel de conciencia, o más bien
de inconsciencia, de aquel tiempo. Si hubieras estado más alerta, si hubieras
sido más consciente, habrías actuado de otra manera.
La culpa es otro intento del ego de crear una identidad, un sentido del yo.
Al ego no le importa que el sentido del yo sea positivo o negativo. Lo que
hiciste o dejaste de hacer fue una manifestación de inconsciencia, de la
inconsciencia humana. El ego, no obstante, lo personaliza y dice: <Yo hice
aquello>, y así te creas una imagen mental de ti mismo como persona
<mala>.
A lo largo de la historia, los seres humanos han cometido incontables actos
de agresión, crueldad y violencia hacia sus semejantes, y continúan
realizándolos. ¿Son todos ellos condenables? ¿Son todos culpables? ¿O dichos
actos son expresiones de la inconsciencia, de una etapa evolutiva que ahora
estamos dejando atrás?
Las
palabras de Jesús: <Perdónalos porque no saben lo que hacen>, también son
aplicables a ti.
Si con
el fin de liberarte te marcas metas egóticas que te potencian o te hacen
sentirte importante, aunque las consigas, no te sentirás satisfecho.
Márcate
metas, pero sabiendo que alcanzarlas no tienen la menor importancia. Cuando
algo surge de la presencia, significa que este instante no es un medio para un
fin: la acción es satisfactoria por sí misma en cada momento. Ya no reduces el
Ahora a un medio para un fin, que es lo que hace la conciencia del ego.
*******
<Cuando
el yo desaparece, desaparecen los problemas>, dijo el maestro budista cuando
le pidieron que explicara el significado profundo del budismo. …”
En mi opinión, queda perfectamente claro que
“somos precisamente aquello que no creemos y/o pensamos que somos”. Se me
ocurre que dos palabras podrían acercarnos a una definición al respecto:
“Consciencia Absoluta”. Entiendo que algunas religiones, tradiciones o
creencias espirituales encuentran en el término “Dios”, “Ser Superior” o
“Divinidad”, una forma de expresar aquello que “realmente somos” al situarnos
como “criaturas o creaciones divinas”.
Me parece oportuno que cada uno de nosotros,
que cada “Ser Humano” inicie una profunda re-visión de sí mismo; que nos
avoquemos a una “intensa búsqueda interior que nos lleve a comprender el
sentido de nuestra Vida”; que empecemos a “re-conectarnos” con nuestra
“Verdadera y única Esencia”; que demos rienda suelta a nuestra “Verdadera
Identidad”, que bien podría traducirse como la “Eternidad del Aquí y Ahora”.
Te invito a que te animes a “adentrarte en el
maravilloso mundo del Silencio que Habla” …
Bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario