viernes, 31 de octubre de 2014

Estados de Conciencia y Sincrodestino ...


En mi condición de asidua lectora, una vez más, siento suficiente motivación para compartir con todos ustedes, parte de la “exquisita experiencia de conciencia divina” que he descubierto en -lo que considero- un “Gran Maestro” de nuestro tiempo. En esta ocasión, se trata de conceptos que podrán encontrar en el libro de su autoría titulado “SincroDestino”. Llegó a mi conocimiento hace unos cuantos años atrás cuando me encontraba iniciando mi despertar espiritual. Por aquél entonces, alguien me habló de la existencia del Dr. Deepak Chopra(guía renombrado en todo el mundo en los campos de la salud integral y el potencial humano. Sus libros han sido traducidos a más de cincuenta idiomas, y viaja frecuentemente por todo el mundo promoviendo la paz, la salud y el bienestar) y me recomendó leer una obra de su autoría titulada “Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo”. Quedé fascinada. Desde ese momento, mi biblioteca comenzó a verse integrada por numerosas obras suyas. Al hablarnos con lenguaje claro y preciso, nos facilita el entendimiento; es por ello que recomiendo la lectura de cualquiera de sus obras.



En la contratapa del libro “SincroDestino” se formula una pregunta de muy profunda significación: “Si supieras que los milagros pueden ocurrir, ¿cuáles pedirías?” . Al mismo tiempo, nos informa que: “[...]El autor revela que si entendemos las fuerzas que dan forma a las coincidencias, podemos aprender a vivir en un nivel más profundo y lograr el acceso al flujo de la sincronicidad que yace en el núcleo de nuestra existencia. Al sintonizar con la presencia de los milagros, tu vida se transformará en una experiencia deslumbrante y todo lo que deseas estará a tu alcance. [...] La semilla de un destino perfecto yace en ti. Esta obra excepcional te enseña cómo liberar ese potencial y alcanzar la vida que has soñado.”



Dice el refrán que “para muestra basta un botón”; ello me lleva a remitirlos a las páginas 213 a 219, donde podrán descubrir:


“ [...] Cómo vivir el sincrodestino

La mayoría de las personas piensa, primero, en tener dinero suficiente. Poseer un billón de dólares en el banco reduciría, sin duda, nuestra ansiedad económica. Tendemos a pensar que una vez que tengamos esa clase de seguridad seremos libres de elegir la vida que nos hace más felices, que satisface nuestras necesidades interiores, que corrobora nuestra estancia en la Tierra como valiosa. Si supieras que puedes tener todo eso y hacer todo lo que quieras, ¿qué elegirías tener?, ¿qué elegirías hacer? 


El sincrodetino te permite que hagas que estos milagros ocurran, sin límites, sin fin. Y lo hace empujándote, suave y progresivamente, del ámbito circunscrito al no circunscrito. Cuando vivimos únicamente en el ámbito circunscrito, estamos empobrecidos. Nuestras cuentas bancarias espirituales están vacías. En el ámbito circunscrito, donde la mayoría residimos todo el tiempo, nunca sabemos qué va a pasar a continuación. ¿Vamos a llegar al final del día, de la semana, del mes? Aquí tus actos llevan la carga de la ansiedad. Tus pensamientos serán enturbiados por la duda y tus intenciones serán obstaculizadas por las preocupaciones del ego.


La utilización del sincrodestino para ponerte en contacto con el ámbito no circunscrito te permite entrar a un reino de creatividad y correlación infinitas. En éste tienes seguridad, estás libre de ansiedad y eres libre de ser la persona que estás destinada a ser. Tienes el equivalente espiritual de un billón de dólares en el banco. En el ámbito no circunscrito, posees una reserva ilimitada de conocimiento, inspiración, creatividad y potencial. Tienes acceso a una reserva infinita de todo lo que el Universo puede ofrecer. Independientemente de lo que ocurra en tu vida, tu estás tranquilo, seguro e infinitamente bendecido.


Los principios del sincrodestino ofrecen una ruta directa hacia el desarrollo de tu conexión con el ámbito no circunscrito. [...] Al igual que todo viaje que valga la pena, vivir el sincrodestino requerirá algún sacrificio de tu parte. Debes sacrificar tus ideas equivocadas de que el mundo funciona como una maquinaria bien aceitada, pero sin conciencia. Debes sacrificar tu noción de que estás solo en el mundo. Debes sacrificar el mito de que una vida mágica es imposible. Algunas personas viven vidas mágicas todo el tiempo. Han aprendido a restablecer el contacto con la energía ilimitada que yace en la raíz del Universo. Han aprendido a buscar pistas de la intención del ámbito no circunscrito que se manifiestan en las coincidencias, y a inferir significados de ellas para saber qué necesitan hacer para aumentar las posibilidades de que ocurran cosas maravillosas. [...]

Sincrodestino y estados de conciencia


[...] Cada uno de los siete estados de conciencia representa un incremento en nuestra experiencia de la sincronicidad; cada estado sucesivo nos acerca al ideal de la iluminación. Todos experimentamos los primeros tres estados básicos, pero por desgracia la mayoría nunca va más allá de ellos.


El primer nivel de conciencia es el sueño profundo. En el sueño profundo tenemos cierta conciencia: respondemos a estímulos como sonido, luz brillante o sensaciones táctiles, pero en general nuestros sentidos están embotados y hay muy poca cognición o percepción.


El segundo estado de conciencia es el onírico. Durante la experiencia onírica estamos un poco más despiertos y un poco más alertas que durante el sueño profundo. Cuando soñamos tenemos experiencias: vemos imágenes, escuchamos sonidos, incluso pensamos. Mientras soñamos, el mundo de nuestros sueños parece real, importante y pertinente. Es sólo cuando despertamos que reconocemos al sueño como una realidad confinada, al momento en el que estábamos soñando y quizá no directamente relevante como nuestra vida de vigilia.


El tercer estado de conciencia es la vigilia. Es en el que estamos casi todo el tiempo. La actividad cerebral mensurable del estado de vigilia es muy diferente a la de los estados de sueño profundo y onirismo.


El cuarto estado de conciencia ocurre cuando logramos echar un vistazo al alma, cuando trascendemos, cuando estamos absolutamente quietos y tranquilos, aunque sea por una fracción de segundo, y tomamos conciencia del observador que está dentro de nosotros. Este estado de conciencia se presenta durante la meditación, cuando percibimos los huecos, esos tranquilos momentos que están entre nuestros pensamientos. Las personas que meditan regularmente tienen esta experiencia cada vez que meditan. Como resultado, su estado del yo se expande. 


El cuarto estado de conciencia también produce sus propios efectos fisiológicos. Los niveles de cortisol y adrenalina descienden, el estrés se reduce, la presión sanguínea disminuye y las funciones inmunológicas se agudizan. Los investigadores han demostrado que cuando percibimos el hueco que está entre los pensamientos, la actividad cerebral es muy distinta a la que tenemos cuando simplemente estamos despiertos y alertas. Esto significa que el hecho de atisbar el alma produce cambios fisiológicos en el cerebro y el cuerpo. En este cuarto estado de conciencia, así como podemos echar un vistazo al alma, también podemos ver los inicios de la sincronicidad. 


El quinto estado de conciencia recibe el nombre de conciencia cósmica. En este estado tu espíritu puede observar tu cuerpo material. Tu conciencia va más allá de la vigilia de tu cuerpo y del atisbo del alma; tiene conocimiento cabal de tu lugar como parte del espíritu infinito. Aun cuando tu cuerpo está dormido, tu espíritu, el observador silencioso, mira al cuerpo en sueño profundo, casi como una experiencia fuera del cuerpo. Cuando eso ocurre hay una conciencia atenta y observadora, no sólo cuando duermes y sueñas, sino también cuando estás completamente despierto. El espíritu observa y tú eres el espíritu. El observador puede ver el cuerpo que sueña y el sueño, en forma simultánea. La misma experiencia ocurre en la conciencia de vigilia. Tu cuerpo puede esta jugando un partido de tenis, hablar por teléfono o ver la televisión. Mientras tanto, tu espíritu está observando al cuerpo-mente realizar estas actividades.


El quinto estado se llama conciencia cósmica porque tu conciencia es circunscrita y no circunscrita al mismo tiempo. En este quinto estado, cuando percibes tu conexión con la inteligencia no circunscrita, es cuando la sincronicidad empieza a manifestarse con toda su fuerza. En ese estado, te das cuenta de que una parte de ti está circunscrita y que otra, por ser no circunscrita, está vinculada con todo. Experimentas plenamente tu unidad con todo lo que existe. Tu intuición, tu creatividad y tu conciencia aumentan. Las investigaciones muestran que cuando alguien ha alcanzado un estado de conciencia cósmica tal que tiene esta experiencia de obsetvación, aun cuando esté ocupado en otras actividades, sus ondas cerebrales semejan a las que se producen durante la meditación. Estas personas pueden estar jugando fútbol, pero sus ondas cerebrales son idénticas a las de una persona que está meditando.


El sexto estado de conciencia se llama conciencia divina. En éste, el observador está cada vez más y más alerta. En la conciencia divina no sólo sientes la presencia del espíritu en ti, sino que empiezas a sentir ese espíritu en todos los seres. Ves la presencia del espíritu en las plantas. En últimas instancias, sientes la presencia del espíritu en las piedras. Reconoces que la fuerza que anima la vida se expresa en todos los objetos del Universo, tanto en el observador como en lo observado, tanto en el espectador como en el escenario. Esta conciencia divina nos permite ver la presencia de Dios en todas las cosas. Las personas que están en un estado de conciencia divina son capaces de comunicarse, incluso, con los animales y las plantas.


Este no es un estado de conciencia constante para la mayoría. Entramos y salimos de él. Sin embargo, los grandes profetas y videntes, entre ellos Jesucristo, Buda, muchos yoguis y muchos santos, vivieron en la conciencia divina.


El séptimo y último estado de conciencia, el objetivo final, se llama conciencia de unidad. También puede llamársele iluminación. En la conciencia de unidad, el espíritu de quien percibe y el de lo percibido se funden y se convierten en uno. Cuando esto ocurre, vemos el mundo como una extensión de nuestro propio ser. No sólo nos identificamos con nuestra conciencia personal sino que vemos que el mundo entero es una proyección de nuestro ser. Hay una transformación completa del yo personal al yo universal. En este estado, los milagros son comunes pero no son necesarios porque el reino infinito de posibilidades está a nuestro alcance en todo momento. Trascendemos la vida. Trascendemos la muerte. Somos el espíritu que siempre fue y siempre será. [...]”



Creo que está todo dicho. No obstante ello, quiero recordarles una vez más que “TODOS ES UNO Y QUE TODOS SOMOS UNO”. Y expresarle al Universo mi gratitud con las palabras: ¡Gracias por existir, Deepak Chopra!.





Bendiciones.

martes, 28 de octubre de 2014

¡Y habrá Boda! ...


Hace ya unos cuantos años, me sentí inspirada a escribir estos versos. Por aquél entonces, había sido invitada a una boda y me pareció que esta composición era un obsequio bastante original para regalarle a los novios. Fue pasando el tiempo y me olvidé del tema. Por fortuna, la pareja continúa felizmente casada. Hoy, por esas circunstancias de la Vida, aflora el recuerdo en mi mente. Sabe Dios por qué será ... Por ello mismo, he decidido compartir con todos ustedes, estos sentidos versos que llevan por título:  Una cosa seria ...



Es por todos bien sabido
que el Amor es cosa seria;
hasta hoy no es conocido
un mega experto en la materia.

Bien comienza con un beso,
un abrazo, una caricia,
o miradas en exceso
si la ocasión es bien propicia.

Va creciendo día a día
sustentado en la verdad,
va tornando su valía
al cambiar su intensidad.

De un fin mortal y certero
el que es fiel bien lo custodia;
y a cualquier buen embustero
no lo sigue en su parodia.

No destiñe, no se gasta,
ni jamás pasa de moda;
y si nunca dice basta
¡Prepárate... que habrá boda!

Resplandece hoy en la Dama
que del Caballero es su reflejo,
con deseos de un mañana
que perdure hasta muy lejos.

Y así es como se comparte
con familia, con testigos,
aunque nunca formen parte
de este Amor, ni los amigos.

Sólo resta saludar
ya llegados a este punto;
la Felicidad desear
y olvidarnos de este asunto.




Bendiciones.

Leyes Espirituales ...


Hace algunos años, llegó a mis manos un libro de incalculable valor. Por aquel entonces no conocía a su autor que -en mi opinión- es una muestra viviente de “Genio Divino”; su nombre es Deepak Chopra (líder de talla mundial en el campo de la medicina de la mente y el cuerpo y del potencial humano. Autor de numerosos libros que se han traducido a más de veinticinco idiomas; sus innovadoras conferencias y libros mezclan la física y la filosofía, lo práctico y lo espiritual, la venerable sabiduría de Oriente y la vanguardia científica de Occidente, con espléndidos y valiosos resultados). En resumidas palabras y desde mi punto de vista, un verdadero y auténtico “Maestro de Vida”.  El libro en cuestión se titula “Las siete leyes espirituales del éxito”  - Guía práctica para la realización de los sueños . Un libro que recomiendo. Un libro que debería integrar -en mi opinión- cualquier biblioteca. Un libro para el deleite. Un libro que nos eleva al Paraíso terrenal.

Es tiempo, entonces, de compartirles que según nos cuenta Deepak, estas leyes se definen como:

  • LA LEY DE LA POTENCIALIDAD PURA: La fuente de toda creación es la consciencia pura... la potencialidad pura que busca expresarse para pasar de lo inmanifiesto a lo manifiesto. Y cuando nos damos cuenta de que nuestro verdadero yo es la potencialidad pura, nos alineamos con el poder que lo expresa todo en el universo. (página 1)
  • LA LEY DEL DAR: El universo opera por medio de un intercambio dinámico... Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. (página 21)
  • LA LEY DEL “KARMA” O DE CAUSA Y EFECTO: Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera... Cosechamos lo que sembramos. Y cuando optamos por acciones que les producen alegría y éxito a los demás, el fruto de nuestro karma es también alegría y éxito. (página 35)
  • LA LEY DEL MENOR ESFUERZO:  La inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad... con despreocupación, con armonía y con amor. Y cuando aprovechamos las fuerzas de la armonía, la alegría y el amor, creamos éxito y buena fortuna con gran facilidad. (página 51)
  • LA LEY DE LA INTENCIÓN Y EL DESEO: Inmanente en toda intención y en todo deseo está el mecanismo para su realización... la intención y el deseo en el campo de la potencialidad pura tienen un infinito poder organizador. Y cuando introducimos una intención en el suelo fértil de la potencialidad pura, ponemos a trabajar para nosotros ese infinito poder organizador. (página 67)
  • LA LEY DEL DESAPEGO: La sabiduría de la incertidumbre reside en el desapego... en la sabiduría de la incertidumbre reside la liberación del pasado, de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento anterior. Y en nuestro deseo de ir hacia lo desconocido, el campo de todas las posibilidades, nos entregamos a la mente creativa, que orquesta la danza del universo. (página 85)
  • LA LEY DEL “DHARMA” O PROPÓSITO EN LA VIDA: Todo el mundo tiene un propósito en la vida... un don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es la meta última de todas las metas. (página 99)
Me parece oportuno, en función a lo recientemente expuesto, indagar en la implicancia que cada una de estas leyes tiene en nuestras vidas. Opino, por lo tanto, que lo mejor es remitirnos -acto seguido- a las enseñanzas que Deepak nos transmite cuando dice:

  • Cómo aplicar la ley de la potencialidad pura: Pondré a funcionar la ley de la potencialidad pura comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome sólo a ser. También me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día, aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.
  2. Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente. Me sentaré en silencio a observar una puesta del sol, o a escuchar el ruido del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma de una flor. En el éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza, disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.
  3. Practicaré el hábito de no juzgar. Comenzando cada día diciéndome: “Hoy no juzgaré nada de lo que suceda”, y durante todo el día me repetiré que no debo juzgar. (página 18 y 19)
  •  Cómo aplicar la ley del dar: Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya y para cualquier persona con quien me encuentre. Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración. Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre, para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.
  2. Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno. También estaré abierto a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.
  3.  Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar. (página 32 y 33)
  • Cómo aplicar la ley de “karma” o de causa y efecto: pondré a funcionar la ley del karma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Hoy observaré las decisiones que tome en cada momento. Y con el simple hecho de observar esas decisiones, las traeré a mi consciencia. Sabré que la mejor manera de prepararme para cualquier momento en el futuro es estar totalmente consciente en el presente.
  2.  Siempre que haga una elección me formularé dos preguntas: “¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión?” y “¿Traerá esta decisión felicidad y realización tanto para mi como para aquellos a quienes afectará?”
  3. Después le pediré orientación a mi corazón, y me dejaré guiar por su mensaje de bienestar o de malestar. Si me siento a gusto con la decisión, seguiré adelante sin temor. Si la decisión me produce malestar, me detendré a mirar las consecuencias de mi acción con mi visión interior. Esta orientación me permitirá tomar espontáneamente decisiones correctas tanto para mí como para todos los que me rodean. (página 48 y 49)
  • Cómo aplicar la ley del menor esfuerzo: Pondré a funcionar la ley del menor esfuerzo comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1.  Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Sabré que este momento es como deber ser, porque todo el universo es como debe ser. No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento, no como me gustaría que fueran. 
  2.  Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y eso me incluye a mi). También sé que todo problema es una oportunidad disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.
  3. Hoy mi consciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista. Permaneceré abierto a todas las opiniones sin aferrarme rígidamente a ninguna de ellas. (página 64 y 65)
  • Cómo aplicar la ley del deseo y la intención: Pondré a funcionar la ley de la intención comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Haré una lista de todos mis deseos, y la llevaré a donde quiera que vaya. Miraré la lista antes de entrar en mi silencio y mi meditación. La miraré antes de dormir por la noche. La miraré al despertar por la mañana.
  2. Liberaré esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación, confiando en que cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay una razón, y en que el plan cósmico tiene para mí unos designios mucho más importantes que los que yo he concebido.
  3. Recordaré practicar la consciencia del momento presente en todos mis actos. No permitiré que los obstáculos consuman o disipen la concentración de mi atención en el momento presente. Aceptaré el presente tal como es, y proyectaré el futuro a través de mis intenciones y mis deseos más profundos y queridos. (página 83 y 84)
  • Cómo aplicar la ley del desapego:  Pondré a funcionar la ley del desapego comprometiéndome a hacer lo siguiente: 
  1. Hoy me comprometeré con el despego. Me permitiré y les permitiré a los que me rodean la libertad de ser como somos. No impondré tercamente mi opinión de cómo deben ser las cosas. No forzaré las soluciones de los problemas, y, por tanto, no crearé con eso otros nuevos. Participaré en todo con absoluto desprendimiento.
  2. Hoy convertiré a la incertidumbre en un elemento esencial de mi experiencia. Y gracias a esa disponibilidad para aceptar la incertidumbre, las soluciones surgirán espontáneamente de los problemas, de la confusión, del desorden y del caos. Cuanto más inciertas parezcan las cosas, más seguro me sentiré porque la incertidumbre es el camino hacia la libertad. Por medio de la sabiduría de la incertidumbre, encontraré mi seguridad.
  3. Penetraré en el campo de todas las posibilidades y esperaré la emoción que tiene lugar cuando me mantengo abierto a una infinidad de alternativas. Cuando entre en el campo de todas las posibilidades, experimentaré todo el regocijo, la aventura, la magia y el misterio de la vida. (página 96 y 97)
  • Cómo aplicar la ley del “dharma” o propósito en la vida: Pondré a funcionar la ley del dharma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Hoy cultivaré con amor al dios en embrión que reside en el fondo de mi alma. Prestaré atención al espíritu interior que anima tanto a mi cuerpo como a mi mente. Despertaré a esa quietud profunda del interior de mi corazón. Mantendré la consciencia del ser atemporal y eterno, en medio de la experiencia limitada por el tiempo.
  2. Haré una lista de mis talentos únicos. Después haré una lista de las cosas que me encanta hacer cuando estoy expresando mis talentos únicos. Cuando expreso mis talentos únicos y los utilizo en servicio de la humanidad, pierdo la noción del tiempo y produzco abundancia tanto en mi vida como en la vida de los demás.
  3. Todos los días preguntaré: “¿Cómo puedo servir?” y “¿Cómo puedo ayudar?” Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a los demás seres humanos. (página 109 y 110)
Qué más podría agregarse a semejante talento único. Sólo se me ocurre decir: Deepak Chopra ¡Gracias por existir!


Bendiciones.

martes, 7 de octubre de 2014

Perdón: si es auténtico, es Radical ...


Mientras me encontraba meditando, surgió en mi mente -hace un par de días- la idea de trabajar sobre el Perdón. Tal vez, este compartir, resulte una forma de plasmarlo en palabras. Es por ello, que hoy quiero hacer referencia al “Perdón”.

Indagando en el Diccionario de la Real Academia Española (en consulta efectuada vía internet), pude obtener las siguientes acepciones de la palabra “Perdón”:

1.- Acción de perdonar.
2.- Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.
3.- Indulgencia (remisión de los pecados)
4.- Utilizada para pedir disculpas.
5.- Utilizada para interrumpir el discurso de otra persona y tomar la palabra.
6.- Utilizada en forma interrogativa para expresar que no se ha entendido algo.
7.- Utilizada en forma coloquial significa gota de aceite, cera o material similar que cae ardiendo.
8.- Utilizada en plural (perdones) significa obsequios que se traen de una romería, tales como frutas secas, dulces y otras golosinas.

Se me ocurre pensar que, teniendo en cuenta, el nivel generalizado de violencia mundial, quizás, nos hayamos olvidado de llevar a la práctica el uso del “Perdón” como expresión de la “acción de remisión de las ofensas recibidas, de las deudas u obligaciones pendientes y de los pecados cometidos”.  Y creo estar en lo cierto si digo que -en este aspecto- el “Perdón” bien entendido empieza por casa; es decir que tendremos que comenzar a perdonarnos a nosotros mismos, antes de poder llevar el “Perdón” a nuestros semejantes. Es menester reconocer que en nuestro interior es donde se origina todo nuestro mundo; aunque parezca mentira, ello es verdad. A fin de clarificar el concepto que intento transmitir, voy a contarles una historia que me fue contada hace un tiempo. Espero que el relato guarde fidelidad en su contenido, ya que voy a expresarlo con mis palabras. Aquí va:

“Había una vez un hombre que tenía dos hijas pequeñas, cuyas inquietas mentes hacían que, muchas veces, su progenitor no pudiera gozar de unos minutos de merecido descanso para poder leer el periódico. Por ese motivo decidió, un hermoso día de primavera, llevarlas a un parque cercano a fin de que las pequeñas pudieran retozar libremente.

Una vez llegados al parque, el joven padre se instaló en un banco a la sombra de un frondoso árbol; lugar éste que le permitía observar permanentemente a sus hijas.

Un sabio anciano y vecino de la familia que solía visitar el parque, se encontraba en esos precisos momentos en el lugar; razón por la cual el joven progenitor tuvo la brillante idea de indicarle a sus hijas que recurrieran a él ante cualquier pregunta que quisieran hacer. De este modo, el abnegado padre podría disfrutar de la lectura del periódico.

Inquietas niñas como eran, no tardaron en remitirse al sabio anciano a presentarle sus dudas y consultas sobre aspectos varios. Con mucho amor, él contestaba cada una de las preguntas que se le formulaban, no sin antes, esbozar una amplia sonrisa de complicidad. Adoraba a los niños y los niños lo adoraban a él.

En una ocasión, la más grande de las niñas capturó una hermosa mariposa de colores muy vivos y brillantes. Y tuvo una idea que comentó inmediatamente a su hermana. Irían donde el sabio anciano y le preguntarían: <Señor, entre mis manos tengo una mariposa: ¿está viva o está muerta?>. Si la respuesta del sabio era que estaba viva, apretando sus manitos le daría muerte y así al abrirlas, el anciano comprobaría que había fallado en su respuesta. Si por el contrario, la respuesta del sabio era que estaba muerta, abriría sus manitos inmediatamente para dejar a la mariposa volar en libertad, lo que implicaría que el anciano hubiera fallado en su contestación.

Acto seguido, se dirigieron al sabio y le efectuaron la pregunta. La respuesta no se hizo esperar y, como era de prever, resultó sumamente sabia: <mi querida niña, eso depende de ti, la respuesta está en tus manos>...”

Para una mayor comprensión del valor del “Perdón”, me parece oportuno acercarles algunos pasajes extraídos del libro “Perdón Radical”, cuya autoría corresponde a Colin Tipping (nacido en Inglaterra;  emigró a los Estados Unidos. Fundó junto a su esposa el Institute for Radical Forgiveness Therapy and Coaching. Actualmente se dedica a impartir cursos de formación de coaching y enseñanza de la terapia de Perdón Radical). Creo sinceramente que nadie  mejor que un experto en la materia como él, para aleccionarnos al respecto. Este conocimiento llegó hasta mi hace un par de años, merced a la oportunidad que tuve, por intermedio de Andrea Sydow (coach certificada), de conocer la técnica del Perdón Radical.

El capítulo 11 (página 109) lleva el título “Transformar el arquetipo de víctima”, y nos dice que:

“Como vimos en el capítulo anterior, nuestra misión original es transformar el arquetipo de víctima y elevar la conciencia del planeta. Pero ¿qué significa transformar algo? ¿Y cómo eleva esto la conciencia?

Lo primero que hay que comprender es que podemos cambiar algo sólo cuando lo elegimos como misión espiritual. No decidimos nuestra misión en este mundo, lo hicimos en el mundo de la verdad divina antes de encarnarnos.

En segundo lugar, hemos de darnos cuenta que transformar algo de ninguna manera significa cambiarlo. De hecho, para transformar algo debemos experimentarlo plenamente y amarlo tal como es. Por ejemplo ¿y si tu misión individual implicaba nacer en una familia maltratadora para vivenciar el maltrato de primera mano y conocerlo como víctima o como perpetrador? Recuerda que al encarnarte olvidas haber aceptado la misión. Si recordaras tu misión no podrías experimentar la energía ni los sentimientos de víctima en su plenitud. La vivencia de ser victimizado es lo único que te permite darte cuenta de lo que subyace más allá de la ilusión de víctima y que es la proyección de tu sentimiento de auto-odio. Cuando se es capaz de ver más allá de la ilusión del maltratador, de reconocer en esas acciones una llamada al amor y de responder con amor total y aceptación, la energía de víctima se transforma y se eleva la conciencia de todos los involucrados. Además, la energía que mantiene el patrón de maltrato desaparece y el comportamiento cesa inmediatamente. En esto consiste la transformación.

Por otro lado, si no reconocemos la verdad en la situación o no vemos más allá de la ilusión e intentamos modificar las circunstancias físicas, encadenamos la energía que sostiene el patrón de maltrato en su lugar y nada cambia. Lo que resistes persiste.

Sólo el amor transforma

Sólo el amor tiene la capacidad de transformar energías como el maltrato a los niños, la especulación, el asesinato y el resto de los así llamados males del mundo. Ninguna otra cosa tiene efecto. Las medidas, de por sí humanas, que se tomen para cambiar esas situaciones como sacar a un niño de un entorno nocivo, no generan transformación. La razón es sencilla: en primer lugar derivan del miedo, no del amor. En segundo lugar, nuestra intervención y nuestros juicios mantienen los patrones energéticos del maltrato y los anclan todavía más.

 Esto explica por qué la decisión de transformar algo sólo puede tomarse desde el mundo de la verdad divina. Los seres humanos estamos tan aferrados a nuestras creencias acerca del dolor y el sufrimiento, el miedo y la muerte, que aunque lleguemos a considerar que el alma de cierto niño haya venido a este mundo para vivenciar el maltrato y realmente quiera sentirlo, resulta imposible quedarnos parados y presenciarlo. La misión parece fácil desde el mundo de la verdad divina, pero las cosas se presentan muy diferentes aquí abajo, en el plano físico. ¿A quién se le ocurriría dejar a un niño en un entorno que le maltrata? No podemos evitar intervenir; al fin y al cabo ¡hacerlo es humano!

Como vimos en un capítulo anterior es preciso rendirnos ante la idea de que el Espíritu sabe lo que hace. Si una intervención a su favor no sirviese al supremo interés del niño, las cosas estarían dispuestas pro el Espíritu de tal manera que nadie se enteraría. Si por el contrario, el Espíritu determina que una intervención sirve al bien supremo del alma del niño, la propiciará. No es nuestra decisión pero como seres humanos debemos siempre responder de la manera más humana, afectuosa y compasiva posible sabiendo al mismo tiempo que el amor está contenido en la situación ...”

Como habrán podido observar luego de la lectura efectuada, hay mucho trabajo por hacer dentro de uno mismo. Hoy  me permito sugerirles que una buena forma de comenzarlo es dando lectura completa al libro. Particularmente, lo considero una “Obra Maestra”. A mi me ha ayudado muchísimo en mi despertar espiritual y estoy convencida de que seguirá ayudándome en el futuro.

Quiero finalizar este compartir, recordándoles -una vez más- que “TODO ES UNO”, “TODOS SOMOS UNO”.

 

 Bendiciones.