viernes, 31 de octubre de 2014

Estados de Conciencia y Sincrodestino ...


En mi condición de asidua lectora, una vez más, siento suficiente motivación para compartir con todos ustedes, parte de la “exquisita experiencia de conciencia divina” que he descubierto en -lo que considero- un “Gran Maestro” de nuestro tiempo. En esta ocasión, se trata de conceptos que podrán encontrar en el libro de su autoría titulado “SincroDestino”. Llegó a mi conocimiento hace unos cuantos años atrás cuando me encontraba iniciando mi despertar espiritual. Por aquél entonces, alguien me habló de la existencia del Dr. Deepak Chopra(guía renombrado en todo el mundo en los campos de la salud integral y el potencial humano. Sus libros han sido traducidos a más de cincuenta idiomas, y viaja frecuentemente por todo el mundo promoviendo la paz, la salud y el bienestar) y me recomendó leer una obra de su autoría titulada “Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo”. Quedé fascinada. Desde ese momento, mi biblioteca comenzó a verse integrada por numerosas obras suyas. Al hablarnos con lenguaje claro y preciso, nos facilita el entendimiento; es por ello que recomiendo la lectura de cualquiera de sus obras.



En la contratapa del libro “SincroDestino” se formula una pregunta de muy profunda significación: “Si supieras que los milagros pueden ocurrir, ¿cuáles pedirías?” . Al mismo tiempo, nos informa que: “[...]El autor revela que si entendemos las fuerzas que dan forma a las coincidencias, podemos aprender a vivir en un nivel más profundo y lograr el acceso al flujo de la sincronicidad que yace en el núcleo de nuestra existencia. Al sintonizar con la presencia de los milagros, tu vida se transformará en una experiencia deslumbrante y todo lo que deseas estará a tu alcance. [...] La semilla de un destino perfecto yace en ti. Esta obra excepcional te enseña cómo liberar ese potencial y alcanzar la vida que has soñado.”



Dice el refrán que “para muestra basta un botón”; ello me lleva a remitirlos a las páginas 213 a 219, donde podrán descubrir:


“ [...] Cómo vivir el sincrodestino

La mayoría de las personas piensa, primero, en tener dinero suficiente. Poseer un billón de dólares en el banco reduciría, sin duda, nuestra ansiedad económica. Tendemos a pensar que una vez que tengamos esa clase de seguridad seremos libres de elegir la vida que nos hace más felices, que satisface nuestras necesidades interiores, que corrobora nuestra estancia en la Tierra como valiosa. Si supieras que puedes tener todo eso y hacer todo lo que quieras, ¿qué elegirías tener?, ¿qué elegirías hacer? 


El sincrodetino te permite que hagas que estos milagros ocurran, sin límites, sin fin. Y lo hace empujándote, suave y progresivamente, del ámbito circunscrito al no circunscrito. Cuando vivimos únicamente en el ámbito circunscrito, estamos empobrecidos. Nuestras cuentas bancarias espirituales están vacías. En el ámbito circunscrito, donde la mayoría residimos todo el tiempo, nunca sabemos qué va a pasar a continuación. ¿Vamos a llegar al final del día, de la semana, del mes? Aquí tus actos llevan la carga de la ansiedad. Tus pensamientos serán enturbiados por la duda y tus intenciones serán obstaculizadas por las preocupaciones del ego.


La utilización del sincrodestino para ponerte en contacto con el ámbito no circunscrito te permite entrar a un reino de creatividad y correlación infinitas. En éste tienes seguridad, estás libre de ansiedad y eres libre de ser la persona que estás destinada a ser. Tienes el equivalente espiritual de un billón de dólares en el banco. En el ámbito no circunscrito, posees una reserva ilimitada de conocimiento, inspiración, creatividad y potencial. Tienes acceso a una reserva infinita de todo lo que el Universo puede ofrecer. Independientemente de lo que ocurra en tu vida, tu estás tranquilo, seguro e infinitamente bendecido.


Los principios del sincrodestino ofrecen una ruta directa hacia el desarrollo de tu conexión con el ámbito no circunscrito. [...] Al igual que todo viaje que valga la pena, vivir el sincrodestino requerirá algún sacrificio de tu parte. Debes sacrificar tus ideas equivocadas de que el mundo funciona como una maquinaria bien aceitada, pero sin conciencia. Debes sacrificar tu noción de que estás solo en el mundo. Debes sacrificar el mito de que una vida mágica es imposible. Algunas personas viven vidas mágicas todo el tiempo. Han aprendido a restablecer el contacto con la energía ilimitada que yace en la raíz del Universo. Han aprendido a buscar pistas de la intención del ámbito no circunscrito que se manifiestan en las coincidencias, y a inferir significados de ellas para saber qué necesitan hacer para aumentar las posibilidades de que ocurran cosas maravillosas. [...]

Sincrodestino y estados de conciencia


[...] Cada uno de los siete estados de conciencia representa un incremento en nuestra experiencia de la sincronicidad; cada estado sucesivo nos acerca al ideal de la iluminación. Todos experimentamos los primeros tres estados básicos, pero por desgracia la mayoría nunca va más allá de ellos.


El primer nivel de conciencia es el sueño profundo. En el sueño profundo tenemos cierta conciencia: respondemos a estímulos como sonido, luz brillante o sensaciones táctiles, pero en general nuestros sentidos están embotados y hay muy poca cognición o percepción.


El segundo estado de conciencia es el onírico. Durante la experiencia onírica estamos un poco más despiertos y un poco más alertas que durante el sueño profundo. Cuando soñamos tenemos experiencias: vemos imágenes, escuchamos sonidos, incluso pensamos. Mientras soñamos, el mundo de nuestros sueños parece real, importante y pertinente. Es sólo cuando despertamos que reconocemos al sueño como una realidad confinada, al momento en el que estábamos soñando y quizá no directamente relevante como nuestra vida de vigilia.


El tercer estado de conciencia es la vigilia. Es en el que estamos casi todo el tiempo. La actividad cerebral mensurable del estado de vigilia es muy diferente a la de los estados de sueño profundo y onirismo.


El cuarto estado de conciencia ocurre cuando logramos echar un vistazo al alma, cuando trascendemos, cuando estamos absolutamente quietos y tranquilos, aunque sea por una fracción de segundo, y tomamos conciencia del observador que está dentro de nosotros. Este estado de conciencia se presenta durante la meditación, cuando percibimos los huecos, esos tranquilos momentos que están entre nuestros pensamientos. Las personas que meditan regularmente tienen esta experiencia cada vez que meditan. Como resultado, su estado del yo se expande. 


El cuarto estado de conciencia también produce sus propios efectos fisiológicos. Los niveles de cortisol y adrenalina descienden, el estrés se reduce, la presión sanguínea disminuye y las funciones inmunológicas se agudizan. Los investigadores han demostrado que cuando percibimos el hueco que está entre los pensamientos, la actividad cerebral es muy distinta a la que tenemos cuando simplemente estamos despiertos y alertas. Esto significa que el hecho de atisbar el alma produce cambios fisiológicos en el cerebro y el cuerpo. En este cuarto estado de conciencia, así como podemos echar un vistazo al alma, también podemos ver los inicios de la sincronicidad. 


El quinto estado de conciencia recibe el nombre de conciencia cósmica. En este estado tu espíritu puede observar tu cuerpo material. Tu conciencia va más allá de la vigilia de tu cuerpo y del atisbo del alma; tiene conocimiento cabal de tu lugar como parte del espíritu infinito. Aun cuando tu cuerpo está dormido, tu espíritu, el observador silencioso, mira al cuerpo en sueño profundo, casi como una experiencia fuera del cuerpo. Cuando eso ocurre hay una conciencia atenta y observadora, no sólo cuando duermes y sueñas, sino también cuando estás completamente despierto. El espíritu observa y tú eres el espíritu. El observador puede ver el cuerpo que sueña y el sueño, en forma simultánea. La misma experiencia ocurre en la conciencia de vigilia. Tu cuerpo puede esta jugando un partido de tenis, hablar por teléfono o ver la televisión. Mientras tanto, tu espíritu está observando al cuerpo-mente realizar estas actividades.


El quinto estado se llama conciencia cósmica porque tu conciencia es circunscrita y no circunscrita al mismo tiempo. En este quinto estado, cuando percibes tu conexión con la inteligencia no circunscrita, es cuando la sincronicidad empieza a manifestarse con toda su fuerza. En ese estado, te das cuenta de que una parte de ti está circunscrita y que otra, por ser no circunscrita, está vinculada con todo. Experimentas plenamente tu unidad con todo lo que existe. Tu intuición, tu creatividad y tu conciencia aumentan. Las investigaciones muestran que cuando alguien ha alcanzado un estado de conciencia cósmica tal que tiene esta experiencia de obsetvación, aun cuando esté ocupado en otras actividades, sus ondas cerebrales semejan a las que se producen durante la meditación. Estas personas pueden estar jugando fútbol, pero sus ondas cerebrales son idénticas a las de una persona que está meditando.


El sexto estado de conciencia se llama conciencia divina. En éste, el observador está cada vez más y más alerta. En la conciencia divina no sólo sientes la presencia del espíritu en ti, sino que empiezas a sentir ese espíritu en todos los seres. Ves la presencia del espíritu en las plantas. En últimas instancias, sientes la presencia del espíritu en las piedras. Reconoces que la fuerza que anima la vida se expresa en todos los objetos del Universo, tanto en el observador como en lo observado, tanto en el espectador como en el escenario. Esta conciencia divina nos permite ver la presencia de Dios en todas las cosas. Las personas que están en un estado de conciencia divina son capaces de comunicarse, incluso, con los animales y las plantas.


Este no es un estado de conciencia constante para la mayoría. Entramos y salimos de él. Sin embargo, los grandes profetas y videntes, entre ellos Jesucristo, Buda, muchos yoguis y muchos santos, vivieron en la conciencia divina.


El séptimo y último estado de conciencia, el objetivo final, se llama conciencia de unidad. También puede llamársele iluminación. En la conciencia de unidad, el espíritu de quien percibe y el de lo percibido se funden y se convierten en uno. Cuando esto ocurre, vemos el mundo como una extensión de nuestro propio ser. No sólo nos identificamos con nuestra conciencia personal sino que vemos que el mundo entero es una proyección de nuestro ser. Hay una transformación completa del yo personal al yo universal. En este estado, los milagros son comunes pero no son necesarios porque el reino infinito de posibilidades está a nuestro alcance en todo momento. Trascendemos la vida. Trascendemos la muerte. Somos el espíritu que siempre fue y siempre será. [...]”



Creo que está todo dicho. No obstante ello, quiero recordarles una vez más que “TODOS ES UNO Y QUE TODOS SOMOS UNO”. Y expresarle al Universo mi gratitud con las palabras: ¡Gracias por existir, Deepak Chopra!.





Bendiciones.

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