En
este compartir, quiero abordar un tema que -a mi criterio- merece toda nuestra
atención en estos tiempos. Bajo el título “Daño psíquico y trabajo”,
Luis A. Raffaghelli desarrolla un tema harto complejo. Merced a la edición de
la Revista Doctrina Laboral y Previsional Nº 352 – Diciembre 2014 de Editorial
Errepar, tuve oportunidad de tomar contacto con este -en mi opinión- excelente
trabajo de doctrina. Como bien dice en la enumeración de la temática contenida
en dicha edición: “... Uno de los grandes temas que aborda la medicina del
trabajo es el de las consecuencias que el trabajo enajenado, aquel que con tal
de conseguir los objetivos de la productividad no repara en los sufrimientos y
consecuencias para la salud del trabajador que ejecuta las tareas. Profundizar
la investigación sobre los efectos del trabajo degradado, riesgoso, penoso o
insalubre, como del no trabajo, es necesario aunque las sucesivas crisis lo
tornen casi imposible. ...”
Debido
a la importancia del mismo, me remito a las páginas 1325 a 1328, donde
textualmente dice:
“..
4. El estrés y el trabajo como fenómeno contemporáneo
El
creador de la teoría del estrés fue Hans Hugo Bruno Selye, científico de origen
austrohúngaro que publicó en Canadá, en 1950, sus investigaciones realizadas
sobre el estrés, la ansiedad y el trastorno de adaptación, tarea que desarrolló
como Director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de la
Universidad de Montreal.
Definió
el estrés como la velocidad del desgaste
vital,
buscando los mecanismos biológicos por los cuales el organismo se enfrenta a
agresiones y problemas que debe enfrentar.
Nos interesa lo que se vincula con los
estresores que la organización del trabajo coloca e introduce en las personas
que cumplen tareas en las mismas, ya que el estrés es un fenómeno mucho más
general que abarca a todos los aspectos de la vida y de la sociedad.
El estrés laboral distingue los estresores internos o <intra-organizacionales> y externos o <extra-organizacionales>.
Los primeros se manifiestan en el puesto de
trabajo, la estructura organizacional, el denominado sistema de recursos
humanos y todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de la labor,
específicamente la subordinada, mientras que los segundos se refieren a la vida
familiar, económica, legal del trabajador fuera de la empresa.
El estrés ocupacional no influye en la
misma medida en las personas, por cuanto depende de la personalidad y se
vincula con enfermedades como las coronarias, existiendo estudios que califican
a aquellas según su propensión a la sobrecarga laboral o empleando tiempo de
ocio y los que ponen límites a esa demanda.
También distinguen estímulos de corta
duración con
una sobrecarga de trabajo en una fracción temporal limitada y los de larga
duración,
como el temor a perder el trabajo o una organización que afecte al trabajador
por el ritmo laboral, los controles, el trabajo a destajo o por premios y
calidad, el extraordinario, etc.
El estrés negativo o denominado
<distrés> lleva a una baja del sistema inmunológico y así ha sido
señalado por la Medicina del Trabajo, aumentando las
intoxicaciones, infartos, enfermedades psicosomáticas originadas en el trabajo,
trastornos gastrointestinales, tuberculosis como consecuencia de ese déficit
inmunológico.
El estrés y el riesgo a sufrir problemas en
la salud se entronca con aquella línea que argumenta que aparecen <cuando
las exigencias del trabajo no se ajustan a las necesidades, expectativas o
capacidades del trabajador> (Enciclopedia OIT, 2001: 34.2).
Cuando los factores de riesgo superan los
recursos que a manera de defensa sostienen los trabajadores, se crean las
condiciones para que el estrés entre en escena.
El estrés en el trabajo ha sido definido
como <un conjunto de reacciones emocionales,
cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o
nocivos del contenido, organización o entorno de trabajo. Es un estado que se
caracteriza por altos niveles de excitación y de angustia, con la frecuente
sensación de no poder hacer frente a la situación> (Comisión Europea, 200: 1).
Si bien el estrés es una reacción normal
frente a los cambios, si el mismo es muy frecuente y con secuencias cada vez
más cortas, conduce al distrés, provocando trastornos cerebrovasculares,
hipertensión arterial severa, úlcera gastroduodenal, colon irritable hasta
trastornos en la piel. A ello se suman las angustias por la falta de trabajo,
el temor a perderlo o por los cambios en el trabajo, y las actividades muy
predisponentes al distrés como la de choferes de corta, media o larga
distancia sin descanso apropiado, y por supuesto aquellos establecimientos
donde no se cumple a rajatabla las normas sobre seguridad y salud en el
trabajo, que son predisponentes de enfermedades profesionales o accidentes traumáticos,
aunque las primeras en muy pequeña proporción se las acepta como tales.
Y toda enfermedad o evento dañoso mal
llamado accidente, trae aparejado consecuencias emocionales, con mayor o menor
daño psíquico según su importancia y la persona.
Una combinación de estresores originados
por el entorno social, el laboral y en el propio sujeto pueden desencadenar en
el denominado burnout o síndrome del quemado.
El tipo de profesión , las disfunciones en
el desempeño laboral, el clima laboral, el contenido del puesto laboral y las
características de personalidad son estudiados como antecedentes o
facilitadores del síndrome.
Los desencadenantes son estresores de
carácter crónico en el ambiente laboral, mencionándose cuatro categorías(7):
a)
Ambientes físicos de trabajo y contenidos del puesto como fuente
de estrés laboral.
b)
Estrés por desempeño de roles, relaciones interpersonales y
desarrollo de la carrera.
c)
Estresores realcionados con las nuevas tecnologías y otros
aspectos organizacionales.
d)
Fuentes extra organizacionales de estrés laboral: relaciones
trabajo-familia.
Las consecuencias patológicas del distrés
laboral conducen a la despersonalización del trabajador, deja de ser por sí
mismo. Los valores sociales en boga reconocen por lo que se hace productivamente
y por lo que se tiene, no por lo que se es, convirtiendo al trabajador en
prisionero de las metas laborales, desafío permanente, obligación de ser
fuerte, de adaptabilidad y disponibilidad permanentes (8). Este modo de vida
produce enfermedades de adaptación y enfermedades del
alma
(crisis de la idealidad).
El burnout, para ser encuadrado como tal, debe
presentar estas características fundamentales(9):
a)
Desgaste psíquico. Aparición de agotamiento emocional.
b)
Indolencia. Actitudes de indiferencia.
c)
Ausencia de ilusión por el trabajo y presenta características emocionales (depresión), cognitivas (pérdida de significado), conductuales (evitar responsabilidades) y sociales (aislamiento).
El síndrome de burnout es frecuente entre los médicos jóvenes -residentes- cuyo agotamiento emocional los lleva a mostrar una reactividad
disminuida frente a la emoción, disminuyendo el compromiso médico paciente, y
crece la tendencia a las especialidades con un mayor distanciamiento de las
personas, como imágenes, hemodinamia, auditoría médica, anestesiología.(11)
Lo preocupante es nuestra mora en el
reconocimiento de esta patología, reconocida ya como enfermedad profesional
pero no incorporada al listado de nuestro sistema legal de riesgos del trabajo,
siendo que la propia Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) tiene
trabajado el tema.
Todo ello requiere sin duda prevención y
más prevención, y compromiso de todos los actores sociales vinculados al
trabajo como única forma de humanizarlo, sabiendo de antemano de lo harto
dificultoso que ello resulta.[...]
(7) Peiro, José M.: <Desencadenantes del
estrés laboral> - 1ª ed. – Eudeba – Madrid – 1992
(8) Redondo, Ana I.: <Delimitación
conceptual, diagnóstico y prevención del burnout> - Facultad de Psicología –
Universidad de Mar del Plata – 2004
(9) Macia, Guillermo G.: <Burnout. El síndrome del quemado. Un desafío en
salud ocupacional que nos quema> - Rev. Derecho Laboral y Seguridad Social –
marzo/2012 – pág. 483 y ss.
(10) Flichtentrei, Daniel: <Burnout
Research> - Rev. Española de Salud Pública – Instituto de Investigación de
la Universidad de Girona – España
(11) López Rosetti: <Servicio de
Medicina del Estrés> - Hospital de San Isidro. ...”
Bendiciones.
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