En esta oportunidad quiero abordar un tema
que, en mi opinión, resulta de interés común. Es sabido que una de las
patologías más extendidas a nivel mundial es la del “sobrepeso”. Creo que poco
importa el haber pasado por una situación de sobrepeso o no; nadie está exento
de padecerla alguna vez en su vida. Para quienes no saben de qué se trata como
para aquellos que poseen conocimientos al respecto -ya sean profundos o no-,
entiendo que les será sumamente interesante conocer el enfoque que en el
capítulo 21 del libro “Manifestación
radical” – El arte de crear la vida que quieres, nos presenta su autor,
Colin Tipping (reconocido autor, docente y conferenciante de fama
internacional. Es una autoridad mundial en la aplicación de la terapia del
Perdón Radical y de la Manifestación Radical, métodos enfocados a sanar y
potenciar a las personas, las empresas, los pueblos y las comunidades).
Como dije anteriormente, en el capítulo 21
-más precisamente en las páginas 133 a 141- tomamos conocimiento acerca de:
“…EL SOBREPESO
De un
informe de 2002 en la revista Journal of the American Medical
Asociation se desprende que dos
tercios de la población adulta estadounidense padece sobrepeso. Cientos de
miles de personas se gastan millones de dólares cada año intentando perder peso
con dietas, ejercicios, medicamentos, suplementos, hipnosis y otros medios de
control de peso. La mayoría de ellos fracasan a largo plazo. Quizás produzcan
una pérdida de peso a corto plazo, pero éste vuelve invariablemente. Los únicos programas que
parecen tener un modesto grado de éxito son los que como Weight Watchers
proporcionan apoyo comunitario importante y continuado, de naturaleza
psicológica y relacionado con al estilo de vida.
La gran mayoría de los programas se concentran en los
factores físicos de la ganancia de sobrepeso e ignoran prácticamente o, en el
mejor de los casos, reconocen de pasada los factores emocionales.
Por eso mi intención en esta sección es tratar algunos
de los temas emocionales que parecen explicar por qué la gente acumula peso y
adopta patrones de comportamientos que no hacen más que acentuar el problema.
Lo físico y lo
emocional
En mi experiencia ayudando a la gente a tratar sus
temas emocionales mediante el Perdón
radical, he notado que
los temas emocionales de una persona se reflejan a menudo en su cuerpo físico
de una manera u otra.
Pueden manifestarse como enfermedad, destrucción de
tejidos, etc., no obstante, para la mayoría de la gente es como exceso de peso.
La proporción entre factores físicos y emocionales
determinantes en la ganancia de peso es difícil de precisar, pero me atrevería
a estimar que la mayoría de los problemas de peso se basan aproximadamente en
un 75 por 100 en factores de naturaleza física y el estilo de vida y un 25 por
100 en factores emocionales. Obviamente, estas cifras pueden variar según las
personas. He conocido personas para las que dicha proporción era inversa. No
obstante, es una falsa diferenciación puesto que muchos de los factores físicos
tienen una causa emocional, o como mínimo un componente emocional.
Los factores físicos
Los factores físicos incluyen más o menos elementos
con los que las personas nacieron, como el tipo de cuerpo, el metabolismo, la
inapetencia por cierta comida, el grupo sanguíneo, la genética y en general la
predisposición a retener kilos.
Factores de estilo de
vida
Estos incluyen cosas como el ejercicio, el estrés,
preferencias adquiridas por cierta comida, adicciones, hábitos de comida, abuso
de sustancias, comer demasiado, etc. La presión de los demás, las normas
culturales, la influencia de los medios de comunicación e incluso la mismísima
industria de las dietas contribuyen al problema con su constante obsesión por
las modas alimenarias y de estilo de vida.
No diré mucho más acerca de los factores físicos y de
estilo de vida en esta sección. Existen cientos de libros que tratan de ellos y
tengo poco o nada que añadir al respecto. Lo que sí quiero subrayar es que
dichos factores, y en particular los de estilo de vida, pueden ser modificados
energéticamente usando el proceso de Manifestación radical. En tal caso, estaríamos usando la ley de atracción para atraer el tipo de
apoyo necesario para manifestar el cuerpo que queremos.
Dicho esto, sin embargo, he dejado claro que para que
podamos manifestar lo que sea, nuestro campo energético debe estar
relativamente despejado y nuestra vibración debe ser alta. Los temas del cuerpo
no son una excepción. Si tenemos asuntos emocionales subyacentes a nuestros problemas
de peso, es preciso despejarlos primero a fin de poder hacer ese tipo de
cambios. Esto significa utilizar la técnica del Perdón radical antes de hacer el proceso de manifestar el <cuerpo ideal>.
De nuevo <¡Son las
emociones, estúpido!>
Tengo claro que nuestros cuerpos reflejan nuestra
salud emocional. Mucha gente se las arregla con sus emociones suprimiendo y
reprimiendo sus sentimientos, lo cual es una estrategia sumamente insana. El
bagaje emocional suprimido puede manifestarse como enfermedad o literalmente
como bagaje en forma de exceso de peso.
Ninguna dieta acabará con el exceso de grasa física si
ésta sirve a un propósito emocional. Su función más común es la de proteger.
Puede ser protección de una herida generalizada y del rechazo, pero a menudo es
para protegerse de un ataque sexual imaginario o real.
Protección
El abuso sexual sufrido por los niños a manos de
padres, abuelos, familiares políticos, el novio de la madre, hermanos, canguros
y otros es galopante en nuestra sociedad. La estimación es que un adulto de
cada cinco fue agredido sexualmente en su infancia.
El único medio que un niño indefenso tiene para
gestionar ese tipo de cosas es con los mecanismos de negación, represión y
desvinculación. No obstante, tales agresiones dejan una poderosa marca
energética en el cuerpo, generada y sostenida por una potente mezcla de miedo y
culpa. La culpa viene de que casi siempre el niño piensa que es culpa suya. A
menudo, esto empeora mucho las cosas porque su propia madre se niega a creerle
si llega a juntar suficiente valor para contárselo. El resultado es que termina
simplemente aún más condenado y castigado.
El cuerpo se acuerda
Aunque la mente lo bloquee todo, la estructura celular
del cuerpo recuerda todo demasiado bien y procura protegerse apilando grasa en
aquellas partes del cuerpo antes más afectadas y que considera más vulnerables.
Esto no sólo proporciona un muro de protección física contra la agresión, sino
además protección psíquica.
Ser atractivo es
peligroso
La mente llega a la conclusión que ser atractivo
físicamente es un ofrecimiento arriesgado; así, la mejor manera de resguardarse
de insinuaciones físicas es volverse indudablemente repelente. ¿Qué mejor
manera de volverse sexualmente no atractivo que siendo obeso?
El autoodio
El cuerpo también puede acumular exceso de peso como
una manera de reforzar los sentimientos de insuficiencia y de no ser amado. Se
autocumple entonces una profecía que se alimenta de sí misma. Cuanto peor me
sienta conmigo mismo, más gordo me vuelvo. Cuanto más engordo, peor me siento
conmigo mismo. Y así cada vez más y más.
No es fácil saberlo con certeza, pero me atrevo a
estimar que más de la mitad de los obesos lo están por haber sepultado
profundamente un dolor emocional del que no son conscientes o con el que no
quieren tratar.
La solución
La respuesta evidente es el Perdón radical. Es la técnica que cientos de víctimas de abuso
sexual y de otras formas de abuso han utilizado para neutralizar y disolver
patrones de energía que mantenía la culpa, la vergüenza y el miedo congelados
en sus cuerpos y envueltos en grasa.
La gran ventaja del planteamiento del Perdón radical es que no necesita que la persona recuerde lo que
pasó ni vuelva a atravesar el dolor de revivir la experiencia. Sorprendentemente,
el proceso basta.
Terapia para
terapeutas
Es bien conocido que las personas que ejercen una
profesión de ayuda tienden a elegir esa línea de trabajo para tratar el dolor
de los demás en lugar de ocuparse del suyo. Muchos profesionales ahí fuera que
se <especializan> en trabajar con víctimas de abuso sexual, son en gran
parte ellos mismos <supervivientes> que no han sanado su propio dolor.
Como se niegan a enfrentarlo, lo mantienen sepultado y alejado de su plena
consciencia.
El problema es que proyectan inconscientemente su
propia rabia reprimida en sus pacientes y los animan a participar en toda clase
de actividades que parecen algo sano de llevar a cabo pero en realidad sólo son
formas de revancha disfrazada. El resultado es que la gente se queda atrapada
en Victimlandia y no sana. Siguen viéndose como <víctimas de abuso> o
como <supervivientes de abuso> y siguen acumulando grasa funcional a modo
de protección.
Por ejemplo, es una moda que los terapeutas insistan
en que la persona se enfrente a su acosador y lo acuse de su crimen. Aún estoy
esperando algún tipo de resultado sanador. Eso empeora drásticamente la
relación e incrementa el dolor para ambas partes. Lo que sí parece es que el terapeuta ¡se siente mucho mejor!
Con el Perdón
radical, el enfrentamiento no es necesario. De hecho, es contraproducente. Es mejor que la
tarea se realice de modo energético y, al menos de entrada, sólo en la
consciencia de la persona que está perdonando. Se extenderá luego naturalmente
a todos los demás involucrados.
Una experiencia
energética
El volumen de dolor que la persona siente es
directamente proporcional a la energía emocional invertida en torno al hecho,
no tanto en el hecho mismo sino en la <historia> acerca de lo que
ocurrió. (La historia se compone de todos los pensamientos, supuestos,
creencias, sentimientos, recuerdos y miedos conectados con el abuso. La mayor
parte se encuentra reprimida y por consiguiente en el inconsciente).
Esto no quiere decir que el dolor no sea real, pero
evidente es que la energía emocional invertida en la historia es responsable de
un volumen desproporcionado de sufrimiento. (El dolor es lo que sentimos
directamente frente a un acontecimiento. El sufrimiento es una consecuencia de
los pensamientos y las creencias que creamos a partir del evento).
Por ejemplo, es típico que las víctimas de abusos
hayan creado creencias tan autodespreciativas e hirientes como: <Soy
defectuoso; no soy bueno; no merezco respeto; no cuento; mis necesidades no
importan; estoy estropeado; estoy sucio; no puedo decir que no; nunca me
valorarán por lo que soy, etc.>. Esto es lo que crea el sufrimiento.
La energía emocional invertida acaba cristalizando en
un campo de energía sumamente integrado y localizado en el cuerpo. Es ese campo
energético el que ancla la historia y mantiene vivo el sufrimiento. […]
Entonces, el modo de sanar el
dolor y el sufrimiento es sencillamente disolver ese campo energético que al
colapsarse hace que la historia misma pierda su poder y empiece a marchitarse.
Para nada es necesario escarbar en el pasado, revivir la experiencia o
enfrentarse al acosador. […]
El proceso de Perdón radical no sólo consigue que la persona que perdona se sienta
mejor y que se colapse el campo energético ligado con su propia historia
personal, sino que se empieza a colapsar el campo energético que envuelve la
situación de abuso y todos los involucrados, incluido el acosador. Porque todos
pertenecen al mismo <campo morfo-genético>, todos lo sienten y usan su
libre albedrío para responder de la manera que mejor les sirva espiritualmente.
Salvo la persona que perdona,
ninguna de las personas involucradas es consciente de que algo cambia porque
todo ocurre a nivel energético. Sin embargo, pueden empezar a sentirse de otra
manera y quizás espontáneamente hagan algo como comunicarse o tomar alguna
iniciativa que conduzca a algún tipo de autentica sananción. Por experiencia
sabemos que ese tipo de cosas ocurre y la probabilidad de que se opere de esta
manera es mucho mayor que a través de la confrontación.
También resuelve el dilema de si
el abuso tuvo o no lugar. Numerosas personas tienen lo que llamamos
reminiscencias o recuerdos espontáneos de episodios de abusos en su tierna
infancia, y a menudo se sienten inseguros acerca de la fiabilidad de esos
recuerdos. Por ejemplo, existe la teoría de que un terapeuta con temas de
abusos no resueltos pueda transferir su energía al cliente. Incluso podría ser
el recuerdo de vidas anteriores o un goteo proviniendo del inconsciente
colectivo.
Cuando nos ocupamos de ello con el
Perdón radical, ninguna de esas posibilidades es
determinante. Sea cual sea el origen del campo energético, éste se disuelve. La
persona es libre de seguir adelante con su vida, nadie es acusado, con o sin
motivo, y las probabilidades de sanar las relaciones son buenas. Todo el mundo
sale ganando.
Modificar hábitos
El hecho de soltar las razones
emocionales de mantener sobrepeso es un gran paso hacia delante, no obstante,
quien desee perder peso tendrá que prestar cierta atención a ajustar algunos de
los hábitos físicos y de estilo de vida que ha adoptado a lo largo de los años
y le han apoyado en la utilización del peso como protección.
Herramientas para sanar las causas de la acumulación de peso
A quien tenga temas de sobrepeso y perciba que éste
pueda estar relacionado con experiencias y traumatismos pasados, le recomiendo
que considere seguir el programa de pérdida de peso (info@perdonradical.es) A lo único que tendrás que renunciar en ese
programa es a las historias que te hicieron engordar. …”
Desde mi punto de vista, un enfoque absolutamente innovador. Un método que
brinda respuestas y soluciones que pueden ser puestas en práctica por cualquier
lector. Una obra increíblemente esclarecedora en este aspecto y en otros tantos
que en ella se plantean. En mi opinión: ¡imperdible!
Ustedes, ¿están dispuestos a crear la vida que quieren? …
Bendiciones.