En el libro
“Historias que hacen bien”, Daniel Colombo
(educador, comunicador profesional, co-autor de música publicitaria,
docente universitario entre otras muchas actividades) nos deleita con una serie
de anécdotas -para mi desconocidas hasta el momento en que su libro llegó a mis
manos- de unas cuantas personalidades famosas que son un verdadero ejemplo de
Perseverancia. Justamente ese es el título del capítulo en donde nos cuenta
que:
- En su primera audición para la Metro Goldwyn Mayer, Fred Astaire fue evaluado del siguiente modo: “es ligeramente calvo, no sabe actuar y baila muy poco”. El genial Astaire siempre conservó esa nota sobre la chimenea de su casa en Hollywood.
- El profesor de Ludwig van Beethoven creía que su discípulo no tenía futuro alguno como compositor. Pese a una vida plagada de sufrimientos físicos y morales, años después Beethoven compuso nueve incomparables sinfonías.
- Walt Disney fue despedido de un diario por falta de ideas. Antes de fundar su imperio, quebró cuatro veces.
- El notable físico Albert Einstein no habló hasta los cuatro años de edad y comenzó a escribir a los siete. Era un alumno de bajas calificaciones, especialmente en física. Su maestro decía que era mentalmente lento y soñador. Cuando quiso ingresar a la escuela politécnica de Zürich, fue rechazado por incapaz.
- Luis Pasteur fue un alumno mediocre en la universidad; por sus calificaciones se situaba en el decimoquinto lugar entre veintidós alumnos.
- Antes de ser publicado en 1970, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, fue rechazado por dieciocho editoriales.
- A Louise May Alcott, la autora de Mujercitas, su familia le pedía que buscara trabajo como costurera o ama de llaves.
- El padre del escultor Auguste Rodin decía que tenía un hijo idiota, mientras que su tío sostenía que no tenía sentido invertir en su educación. Además, fue suspendido tres veces en el examen de inscripción de la Escuela de Bellas Artes. Terminó esculpiendo obras de la talla de “El Pensador”.
- De León Tolstoi decían que no tenía capacidad para aprender. Es el autor de la monumental novela Guerra y Paz.
- King Camp Gillette soñaba con un osado invento que hacía que los inversores, los ingenieros metalúrgicos y otros expertos despreciaran su trabajo. Todos creían que no había manera de lograr que una maquinilla fuera lo bastante afilada y lo suficientemente económica como para poder deshacerse de ella cuando se gastara. Gillette trabajó cuatro años para producir la primera maquinilla desechable y tardó otros seis para verla en los estantes de las tiendas.
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