viernes, 26 de octubre de 2012

Lila: el color del Alma ...


En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes algunos pasajes más del libro “El alma del liderazgo” de ese “gran maestro de la Humanidad” llamado Deepak Chopra (el Doctor Chopra es autor de más de 50 libros traducidos a casi 40 idiomas; es una autoridad internacional en las disciplinas de superación, espiritualidad, medicina cuerpo-mente y desarrollo humano). Teniendo muy en clara su misión que -como él mismo la define en la página 36 del mencionado libro- es la de “servir”, una vez más no escatima en su tarea de transmitirnos -merced a sus escritos-, toda la sabiduría que ha podido conquistar a través de los años y siempre a los fines de seguir cumpliendo -al pie de la letra- con su misión.

A modo de índice, los remito a la página 150 para aquellos que quieran saber, entre otras opciones posibles:

“... QUE HACER HOY
El poder se convierte en un problema cuando el ego trata de coparlo. Debes darte cuenta de que el poder no tiene que ver con ‘yo’, ‘mi’ y ‘mío’. Cultiva el desapego en tu rol como líder. La gente confunde la sensación de emoción adrenalínica con ser poderoso, pero el poder derivado del alma es una combinación de quietud y dinamismo. Nunca se agota, aunque la emoción haya pasado. En el desapego puedes experimentar el influjo del poder sin perderte en él. Puedes enfrentar cada situación con la sensación de que todo lo que quieres se encuentra ya dentro de ti: un estado relajado, seguro, un lugar de poder.
Hoy puedes comenzar a practicar el desapego mientras aún estás completamente involucrado -en eso consiste el truco, pues, si no estás involucrado, el frío desapego se parece más a la indiferencia. Existe un modelo de desapego que nos viene naturalmente y que es opuesto a la indiferencia: el juego. Cuando ves jugar a un niño, está completamente concentrado e involucrado. El juego nos consume. Las distracciones no son un problema. El niño no tiene preocupaciones y está lleno de energía siempre y cuando el juego no se torne serio y se trate de una cuestión de ganar o perder. El siguiente ejercicio puede ayudarte a acceder a este estado lúdico siendo adulto.
Cuando te despiertes por la mañana, bríndate diez minutos acostado en la cama y con los ojos cerrados. Visualiza el día que tienes por delante. Ve los momentos críticos en que deberás tomar decisiones importantes o hacer elecciones críticas. Ve estas situaciones dando los mejores resultados posibles. No te limites a un escenario fijo, sólo deja que tu mente juegue con las posibilidades. Una vez que te sientas feliz con una escena, regresa y vuélvela a mirar pero desde otra perspectiva. Mira cómo vuelven a salir bien las cosas, pero por vías completamente diferentes. Repite el proceso dos o tres veces, jugando con suficientes posibilidades y sin atascarte con ninguna: debes estar tan cómodo como te sea posible con cualquier cosa que tu alma te traiga.
Cuando termines, deja a un lado tus visualizaciones y enfrenta el día con una mentalidad abierta.
Este ejercicio se trata de la lila (*) o el ‘sentido lúdico de la creación’, como se conoce en sánscrito. Lila (*) es la manera en que el alma opera al disfrutar el desenvolvimiento de cada instante y convertir ‘lo que es’ en ‘lo que será’ sin seguir una línea recta o curso predecible, sino dejando que cada elemento aporte algo nuevo. Lila (*) es tu estado natural. Y lo abandonas cuando sucede cualquiera de las siguientes cosas:
·         Cuando tu ego está involucrado en ganar(*)
·         Cuando odias perder(*)
·         Cuando tienes que controlar(*)
·         Cuando tienes que estar en lo correcto(*)
·         Cuando te sientes tenso e incómodo(*)
·         Cuando el estrés te domina(*)
·         Cuando las cosas son demasiado serias(*)
·         Cuando nada te divierte(*)
Para jugar de verdad, debes estar consciente de estas señales de advertencia y hacer algo al respecto. Toda situación es diferente, pero la situación del juego puede siempre recapturarse si se escucha al propio interior y se respeta la verdad de que la creatividad ha de ser espontánea, sin preocupaciones. No hablo de forzar alegría o picardía, ni de convertir todo en un juego. Todos sabemos lo que significa ser inocentes y despreocupados, un estado que el alma nunca deja atrás. Estamos ante la alegría lúdica del espíritu.
Si das continuidad al ejercicio que acabo de describir, estarás menos atascado en la necesidad de controlar, y los mejores desenlaces posibles no serán tan estrechos. Cada día es un mundo nuevo, pero lo habitamos como si fuéramos personas que no saben renovarse. El desapego en su forma más pura, es el deseo de renovarte al dejar ir los viejos condicionamientos. En una apertura completa, permites que un aire nuevo te renueve, y luego te tornas tan juguetón como la creación misma. ...”

(*) el resaltado es de mi autoría

Antes de finalizar este compartir quiero dar:
1.      Gracias a la Vida que nos ha dado tanto.
2.      Gracias al Universo (o a Dios) que nos ha creado.
3.      Gracias a Deepak por existir.
4.      Gracias a todos y a todo.


Bendiciones.

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