En esta oportunidad, quiero compartir con
ustedes algunos pasajes más del libro “El alma del liderazgo” de ese
“gran maestro de la Humanidad” llamado Deepak Chopra (el Doctor Chopra es autor
de más de 50 libros traducidos a casi 40 idiomas; es una autoridad
internacional en las disciplinas de superación, espiritualidad, medicina
cuerpo-mente y desarrollo humano). Teniendo muy en clara su misión que -como él
mismo la define en la página 36 del mencionado libro- es la de “servir”,
una vez más no escatima en su tarea de transmitirnos -merced a sus escritos-,
toda la sabiduría que ha podido conquistar a través de los años y siempre a los
fines de seguir cumpliendo -al pie de la letra- con su misión.
A modo de índice, los remito a la página 150
para aquellos que quieran saber, entre otras opciones posibles:
“...
QUE HACER HOY
El poder se convierte en un problema cuando
el ego trata de coparlo. Debes darte cuenta de que el poder no tiene que ver
con ‘yo’, ‘mi’ y ‘mío’. Cultiva el desapego en tu rol como líder. La gente
confunde la sensación de emoción adrenalínica con ser poderoso, pero el poder
derivado del alma es una combinación de quietud y dinamismo. Nunca se agota,
aunque la emoción haya pasado. En el desapego puedes experimentar el influjo
del poder sin perderte en él. Puedes enfrentar cada situación con la sensación
de que todo lo que quieres se encuentra ya dentro de ti: un estado relajado,
seguro, un lugar de poder.
Hoy puedes comenzar a practicar el desapego
mientras aún estás completamente involucrado -en eso consiste el truco, pues,
si no estás involucrado, el frío desapego se parece más a la indiferencia.
Existe un modelo de desapego que nos viene naturalmente y que es opuesto a la
indiferencia: el juego. Cuando ves jugar a un niño, está completamente
concentrado e involucrado. El juego nos consume. Las distracciones no son un
problema. El niño no tiene preocupaciones y está lleno de energía siempre y
cuando el juego no se torne serio y se trate de una cuestión de ganar o perder.
El siguiente ejercicio puede ayudarte a acceder a este estado lúdico siendo
adulto.
Cuando te despiertes por la mañana, bríndate
diez minutos acostado en la cama y con los ojos cerrados. Visualiza el día que
tienes por delante. Ve los momentos críticos en que deberás tomar decisiones
importantes o hacer elecciones críticas. Ve estas situaciones dando los mejores
resultados posibles. No te limites a un escenario fijo, sólo deja que tu mente
juegue con las posibilidades. Una vez que te sientas feliz con una escena,
regresa y vuélvela a mirar pero desde otra perspectiva. Mira cómo vuelven a
salir bien las cosas, pero por vías completamente diferentes. Repite el proceso
dos o tres veces, jugando con suficientes posibilidades y sin atascarte con
ninguna: debes estar tan cómodo como te sea posible con cualquier cosa que tu
alma te traiga.
Cuando termines, deja a un lado tus
visualizaciones y enfrenta el día con una mentalidad abierta.
Este ejercicio se trata de la lila (*)
o el ‘sentido lúdico de la creación’, como se conoce en sánscrito. Lila
(*) es la manera en que el alma opera al disfrutar el desenvolvimiento de cada
instante y convertir ‘lo que es’ en ‘lo que será’ sin seguir una línea recta o
curso predecible, sino dejando que cada elemento aporte algo nuevo. Lila (*)
es tu estado natural. Y lo abandonas cuando sucede cualquiera de las siguientes
cosas:
·
Cuando tu ego está
involucrado en ganar(*)
·
Cuando odias perder(*)
·
Cuando tienes que
controlar(*)
·
Cuando tienes que estar
en lo correcto(*)
·
Cuando te sientes tenso e
incómodo(*)
·
Cuando el estrés te
domina(*)
·
Cuando las cosas son
demasiado serias(*)
·
Cuando nada te divierte(*)
Para jugar de verdad, debes estar consciente
de estas señales de advertencia y hacer algo al respecto. Toda situación es diferente,
pero la situación del juego puede siempre recapturarse si se escucha al propio
interior y se respeta la verdad de que la creatividad ha de ser espontánea,
sin preocupaciones. No hablo de forzar alegría o picardía, ni de convertir todo
en un juego. Todos sabemos lo que significa ser inocentes y despreocupados, un
estado que el alma nunca deja atrás. Estamos ante la alegría lúdica del
espíritu.
Si das continuidad al ejercicio que acabo de
describir, estarás menos atascado en la necesidad de controlar, y los mejores
desenlaces posibles no serán tan estrechos. Cada día es un mundo nuevo, pero
lo habitamos como si fuéramos personas que no saben renovarse. El desapego en
su forma más pura, es el deseo de renovarte al dejar ir los viejos
condicionamientos. En una apertura completa, permites que un aire nuevo te
renueve, y luego te tornas tan juguetón como la creación misma. ...”
(*) el resaltado es de mi autoría
Antes de finalizar este compartir quiero dar:
1. Gracias
a la Vida que nos ha dado tanto.
2. Gracias
al Universo (o a Dios) que nos ha creado.
3. Gracias
a Deepak por existir.
4. Gracias
a todos y a todo.
Bendiciones.
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