jueves, 19 de diciembre de 2013

Cartas y Talismanes ...

En esta oportunidad, quiero compartir con todos ustedes, un texto que pueden encontrar en el libro titulado “Las cartas secretas del Monje que vendió su Ferrari”, cuya autoría lleva el sello inconfundible de Robin Sharma (profesor de derecho con una distinguida carrera como abogado en Estados Unidos; autoridad mundial en autoliderazgo, también autor de “MegaLiving!”, “The Gandhi Factor”, “Descubre tu destino con el monje que vendió su Ferrari” -entre otras publicaciones-; conferenciante y director de seminarios y -hoy en día- uno de los autores más leído en el mundo). Robin, significa -para mi- una personalidad que se ha convertido en un referente válido. A través de la lectura de sus obras se descubre, frente a nuestros sentidos, toda una “Filosofía de Vida” que aporta una “bocanada de aire fresco” en los actuales tiempos de crisis. La Humanidad está llamada a dar un paso decisivo en su evolución. Para ello es menester que cada uno de los individuos que la conforman, también se encaminen hacia una transformación personal; evolución que se traducirá en un incremento en el nivel de Consciencia. Debemos aceptar esto como una llamada de atención que requiere “urgente respuesta” de nuestra parte.

Para que podamos ir transitando este camino que -a veces- se presenta ante nuestras percepciones como escarpado y tortuoso, unos cuantos Maestros nos alientan a perseverar pacientemente hasta lograr alcanzar la meta. A tal fin, Robin (en las páginas 283 a 287 y bajo el título de “Las cartas que acompañan a los talismanes”) nos dice que:

El poder de la autenticidad
El regalo más importante que podemos hacernos a nosotros mismos es el compromiso de vivir nuestra auténtica vida. Ser sinceros con nosotros mismos. No obstante, no es una tarea fácil. Debemos romper con aquello con lo que la sociedad intenta seducirnos y vivir la vida según nuestros principios, con nuestros propios valores y en consonancia con nuestros sueños primigenios. Debemos despertar a ese yo oculto; explorar los anhelos más profundos, más invisibles, las habilidades y debilidades que nos hacen ser quienes somos. Debemos entender dónde hemos estado y adónde vamos. Cada decisión que tomemos, cada paso que demos, debe estar investido de ese compromiso de vivir la vida siendo sinceros y coherentes con nuestro yo auténtico y solo con ese yo. Y, a medida que avancemos, tendremos la certeza de experimentar una fortuna que irá más allá de cualquier riqueza jamás imaginada.

 Acoge tus miedos
Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura invisible del miedo. Nos hace permanecer en nuestras zonas de bienestar, que son, en realidad, los lugares menos seguros en los que vivir. De hecho, el mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos Sin embargo, cada vez que hacemos aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo, porque nuestra fuerza reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber concesiones. Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la evolución, nos volvemos más libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no solo valientes, sino poderosos, y logramos vivir la vida de nuestros sueños.

Vive con amabilidad
Es importante recordar que, al igual que nuestras palabras son la expresión verbal de nuestros pensamientos, nuestras acciones son la manifestación de nuestras creencias. Ninguna acción, sin importar lo pequeña que sea, es insignificante. La forma en que tratamos a una sola persona define cómo tratamos a todo el mundo, incluidos nosotros mismos. Si no respetamos a los demás, no nos respetamos a nosotros mismos. Si somos desconfiados con los demás, somos desconfiados con nosotros mismos. Si somos crueles con los demás, seremos crueles con nosotros mismos. Si no podemos apreciar a quienes nos rodean, no nos apreciaremos a nosotros mismos. Con cada una de las personas que nos relacionamos, con todo lo que hacemos, debemos ser más amables de lo que se espera que seamos, más generosos de lo que se prevé, más positivos de lo que nosotros mismos creemos posible. Cada instante experimentado frente a otro ser humano es una oportunidad de expresar nuestros más elevados valores y de influir en alguien con nuestra humanidad. Podemos lograr que el mundo sea mejor, persona a persona.

Realiza pequeños progresos diarios
La manera en que hacemos las pequeñas cosas determina la manera en que hacemos todo. Si realizamos las tareas menores de modo correcto, también tendremos éxito en los esfuerzos más importantes. La maestría se convierte así en nuestra forma de ser. Pero más importante que esto es que cada pequeño esfuerzo sirve para realizar los siguientes, para que así, ladrillo a ladrillo, podamos construir verdaderas maravillas. Esto genera una gran confianza en uno mismo y se hacen realidad los sueños extraordinarios. Los verdaderos sabios reconocen que los pequeños progresos diarios siempre derivan en resultados excepcionales a largo plazo.

Vive lo mejor que puedas y trabaja de igual forma
No hay trabajos insignificantes en este mundo. Toda tarea es una oportunidad para expresar el talento personal, para crear una obra de arte y ser conscientes del genio que podemos llegar a ser. Debemos trabajar tal como pintaba Picasso: con devoción, pasión, energía y excelencia. Así, nuestra productividad no solo se convertirá en fuente de inspiración para los demás, sino que tendrá impacto, pues cambiará las vidas de quienes nos rodean. Uno de los mayores secretos para vivir la vida de forma hermosa es llevar a cabo trabajos importantes. Y hacerlo de un modo tan magistral que los demás no puedan dejar de fijarse en uno.

Escoge bien tus influencias
No vivimos el día a día solos ni al margen del mundo que nos rodea. Por ello debemos estar siempre atentos con las personas y las cosas a las que damos cabida en nuestra vida. Es señal de sabiduría el decidir pasar tiempo en aquellos lugares que nos inspiran y nos llenan de energía, y relacionarse con esas personas que elevan nuestro espíritu y nos animan. Tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida personal, esos amigos y conocidos más positivos nos ayudarán a ser la mejor versión de nosotros mismos y a llevar una vida más trascendental.

Los placeres más simples de nuestra vida son nuestras mayores alegrías
La mayoría de las personas no descubren qué es más importante en la vida hasta que son demasiado mayores para actuar en consecuencia. Pasan gran parte de sus mejores años persiguiendo objetivos que al final importan poco. Aunque la sociedad nos invita a llenar nuestras vidas de objetos materiales, la mejor parte de nosotros sabe que los placeres más simples son los que nos enriquecen y nos llenan. No importa que nuestra situación sea difícil o acomodada, todos poseemos una gran riqueza de sencillas bendiciones a nuestro alrededor, a la espera de que la valoremos. Si lo hacemos, nuestra felicidad aumenta. Nuestra gratitud se propaga. Y cada día se convierte en un asombroso regalo.

El propósito de la vida es amar
Lo bien que vivas depende de cómo ames. El corazón es más sabio que la razón. Hónralo. Confía en él. Síguelo.

Lucha por algo superior a ti mismo
No hay personas vivas que estén de más en este mundo. Cada uno de nosotros está aquí por un motivo, por un propósito especial, para cumplir una misión. Sí, construye una vida hermosa para ti y para quienes amas. Sí, sé feliz y pásalo muy bien. Y sí, ten éxito. Siempre siguiendo tus principios y no tanto los que te sugiere la sociedad. Pero, sobre todas las cosas, sé importante. Haz que tu vida trascienda, sé útil. Y sé de utilidad al máximo número de personas. Es la forma en que cada uno de nosotros puede pasar del reino de lo común a las alturas de lo extraordinario. Y caminar entre las mejores personas que han existido jamás.”

¡Chapeau! para un genial Robin que cautiva con cada palabra escrita. ¡Chapeau! para un Robin que exalta permanentemente la esencia de nuestro verdadero “SER”. ¡Chapeau! para un Robin que nos ilumina el Alma. ¡Gracias por existir!.


Bendiciones.

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