Hoy
quiero compartir con todos ustedes, algunas reflexiones y conocimientos
respecto de este producto de la madre Naturaleza, que el Ser Humano ha decidido
denominar “huevo”. Es por demás conocida esa duda existencial que nos
lleva a preguntarnos: ¿qué surgió primero: el “huevo” o la gallina?.
¡Qué misterio tan grande!. Algún día, tal vez, la Humanidad pueda llegar a
develarlo. Mientras tanto, podemos entretenernos en reflexionar acerca de sus
características, propiedades y usos. Ya que forma parte de nuestra vida
terrenal al servirnos de alimento, bien podríamos elevar una plegaria al cielo:
¡Que nunca nos falten huevos!. Al margen de ello, es oportuno tener en
cuenta que:
- El “huevo” ha servido de inspiración para dar pie a una leyenda que narra una supuesta respuesta de Colón, a unos comensales que minimizaban el intento de nuestro afamado Cristóbal de querer llegar a las Indias, argumentando que no resultaba una gran proeza el haber descubierto esas nuevas tierras (en referencia a las Américas).
- El “huevo” ha tenido la virtud de inspirar también a gustosos del arte culinario, dando origen al tan famoso huevo de Pascua. Recordemos que también suele formar parte de las roscas de Pascua. En mi condición de integrante de la feligresía Cristiana, le estoy muy agradecida por haberme dado la posibilidad de consumirlo en tan exquisita forma.
- El “huevo” ha servido de modelo para dar origen a un elemento muy utilizado por las modistas cuando deben zurcir -por ejemplo- medias. En este caso, dicho elemento (los que he conocido son de madera y de forma y tamaño similar al huevo) se introduce en la media y una vez ubicado en el lugar pertinente, se sujeta la prenda de modo que quede en condiciones -hilo y aguja mediante- de ser remendada.
- La palabra “huevo” ha permitido la aparición de un término -un tanto vulgar- merced al agregado de una “n” al final y una acentuación en la “o”; pasando a utilizarse de este modo, como un adjetivo calificativo.
Dejando
de lado los diversos usos que podemos darle al “huevo”, es también
importante -a mi criterio- explayarnos respecto a las propiedades que el mismo
posee en relación con la alimentación. A continuación, comparto con todos
ustedes, una reflexión contenida en la página 58 del libro titulado”Colesterol
– Ideas para controlarlo y prevenirlo”, cuya autoría corresponde a la Dra.
Guadalupe Blay Cortés (coordinadora del Grupo de Nutrición y Metabolismo de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia -SEMG-):
“... Pero ¿es tan malo el huevo?
Por término medio, dos huevos
proporcionan unos 400 mg de colesterol, una sustancia de la que, ... , las
recomendaciones actuales proponen no consumir más de 300 mg diarios. El huevo
contiene lecitina que impide la absorción del colesterol en el organismo. Por
ello, su consumo no eleva el colesterol en sangre. Pero, según los expertos,
para reducir el colesterol es más eficaz moderar el consumo de grasas saturadas
(embutidos, carnes, bollería...) que el colesterol de los alimentos. De ahí que
comer huevos no esté prohibido, sino limitado a tres unidades semanales en el
caso de sufrir enfermedades cardiovasculares o colesterol elevado. Algo que
también afecta a las personas diabéticas, con problemas circulatorios, obesidad
y dolencias hepáticas. Asimismo, habrá que vigilar cómo se prepara. En este
sentido es más saludable tomarlo cocido o pasado por agua que frito, en
tortilla o revuelto., pues aporta menos grasa. La clara, en cambio, carece de
colesterol y puede tomarse a diario. También es importante vigilar con qué se acompaña.
...”
Como podrán observar,
si bien consumir “huevo” no está contraindicado para nuestra salud, ello no implica
que sea saludable hacerlo en cantidades abundantes. De todos modos, quedará
a conciencia de cada uno encontrar la justa medida y disfrutar al consumirlo.
Una buena noticia es saber que el “huevo” no es malo; en realidad no es ni bueno ni malo:
sencillamente es ... lo demás corre por cuenta de los Seres Humanos que tenemos
la bendita costumbre de etiquetar a todo y a todos ...
Llegando ya al final
de este compartir y esperando que el mismo los haya instruido y entretenido al
mismo tiempo, me permito recordarles -una vez más- que: “TODO ES UNO”, “TODOS
SOMOS UNO”. Para “DIOS” todo es “PERFECTO”.
Bendiciones.
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