Esta
vez quiero compartir con todos ustedes, algunos conceptos por demás novedosos y
muy interesantes -al menos para mí- de un autor al que he tenido acceso hace
muy poco tiempo. Se trata, nada más y nada menos, de P. D. Ouspensky. Nacido en
Moscú en 1878, fallece en Londres en 1947; trabajó durante tres años con G. I.
Gurdjieff -desde 1915 a 1918- bajo las difíciles condiciones de la guerra y la
revolución. En el libro titulado “La Consciencia” – una búsqueda de la
Verdad podemos leer -páginas 30 a 33- que:
"... La memoria es una cosa extraña. Cada cual tiene su propia combinación de capacidades de memoria. Hay quien recuerda más algunas cosas; otros recuerdan otras cosas mejor. No se puede decir que unos sean mejores que otros. La memoria puede desaparecer; hay también grados muy diferentes de la misma. Algo puede ser olvidado y luego ser hecho surgir de nuevo por métodos especiales, o bien puede desaparecer definitivamente.
<¿Por
qué unos tienen más facilidad para los juegos de pelota que otros?>
Hay
diferentes tipos de centros móviles con diferentes tipos de memoria. No hay un
solo hombre que sea igual a otro. Uno puede hacer mejor una cosa; otro, hará
otra. Hay miles de impresiones, de modo que las combinaciones son siempre
diferentes. He hablado varias veces sobre los diferentes tipos de hombre:
número uno, número dos, número tres, y así sucesivamente. Uno recuerda mejor un
tipo de impresiones; otro al contrario.
<¿Consiste
la vida en memorias de momento en momento?>
No,
eso es demasiado complicado. Usted sabe que hay diferentes tipos de memoria. Y
la memoria es pasiva; uno no la usa. Puede decirse que la vida es un proceso.
<¿Qué
se puede hacer para aumentar la propia memoria?>
Si
usted se recuerda más a sí mismo, su memoria será mejor.
<Hasta
que me integré en el sistema, yo tenía una memoria muy clara de algo que había
ocurrido hacía tiempo. Ahora, si me pongo a recordarlo, resulta ser la memoria
de una memoria. ¿Es esto debido a que ahora estoy un poco más despierto?>
Seguramente
estaba conectado con una fuerte identificación. Si ahora usted mira hacia ello
sin identificación, se torna más débil y puede desaparecer.
<¿Es
la autoconciencia una completa no-identificación?>
Identificación
y autoconciencia son dos diferentes caras de la misma cosa.
<¿Resulta
de alguna utilidad práctica pensar en los sucesos pasados de la propia vida
cuando uno intenta recordarse a uno mismo? Quiero decir, en orden a fijarlos
para cualquier futuro retorno.>
No,
no resulta práctico. Primero es necesario que esté seguro de que el retorno
existe. Segundo, es necesario que esté seguro de recordarse a usted mismo. Si
usted se lo plantea a sí mismo tal como lo hizo en su pregunta, se convertirá
en imaginación, nada más. Pero si lo primero de todo intenta recordarse
simplemente, sin añadir nada, y luego -cuando pueda- intenta también recordar
sobre su vida pasada e intenta encontrar encrucijadas, entonces, en
combinación, sí que resultarán útiles. Sólo que no piense que puede hacerlo;
usted no puede todavía.
<¿Qué
son las encrucijadas?>
Las
encrucijadas son aquellos momentos en los que uno puede <hacer>. Se
presenta una ocasión en la que uno puede ayudar o no en este trabajo. Si la
oportunidad viene y se deja pasar, la próxima puede tardar un año, o incluso
más. Hay períodos en condiciones ordinarias en las que nada sucede, y luego se
presentan las encrucijadas. Toda la vida se compone de calles y encrucijadas.
El
retorno puede ser útil si uno empieza a recordar y si empieza a cambiar y a no
seguir el mismo círculo cada vez, sino que empieza a hacer lo que quiere y lo
que piensa que es mejor. Pero una persona no sabe nada sobre el retorno, o
incluso si sabe pero no hace nada, entonces nada se saca en limpio de ello.
Así, son generalmente las mismas cosas repetidas y repetidas.
<¿Tengo
razón en suponer que es la esencia del hombre la que retorna?>
Completamente.
Sabemos muy poco sobre el retorno. Algún día podríamos intentar reunir todo lo
que se puede considerar como sólido en todo lo que se ha dicho sobre el
retorno, y ver entonces lo que podemos pensar sobre ella. Pero es sólo teoría.
El
retorno sucede en la eternidad; no es la vida misma. Esta vida termina y el
tiempo termina. Hay una teoría, y este sistema la admite, de que el tiempo
puede ser prolongado. Yo no tengo evidencia. Piense en cuántos intentos se han
hecho, por parte de espiritistas y de otros, para averiguar cosas sobre el
tiempo. Pero no hay evidencia.
El
modo más fácil de estudiar el retorno es estudiar a los niños. Si tuviéramos
suficiente material podríamos contestar a muchas preguntas. ¿Por qué, por
ejemplo, aparecen tendencias inesperadas en los niños, completamente opuestas a
sus circunstancias ambientales y bien nuevas para la gente que les rodea? Esto
sucede a veces de diferentes modos. Y puede tratarse de tendencias muy fuertes
que cambian la vida y van en direcciones inesperadas, sin que haya nada en la
herencia que pueda explicarlas.
Como
he dicho a menudo, la idea de la herencia no funciona para el hombre. Es una idea
fantástica. Funciona para los perros y los caballos, pero no para el hombre.
<¿Tiene
que ver con todo esto la idea de los tipos?>
Sí,
pero no sabemos nada sobre los tipos. Al menos no lo suficiente como para poder
hablar sobre ellos. Esta es la razón por la que en la mayoría de los casos
sucede que los padres no entienden a los hijos, y viceversa. En realidad, no
pueden llegar nunca a entenderse correcta o suficientemente porque son personas
muy distintas, extraños entre sí, que simplemente ha sucedido que se encuentran
por accidente en cierta estación y que luego parten de nuevo en diferentes
direcciones.
El
estudio del retorno debe empezar con el estudio de las mentes de los niños;
particularmente antes de que empiecen a hablar. Si los niños pudieran acordarse
de esta época recordarían cosas muy interesantes. Pero, desgraciadamente, una
vez que empiezan a hablar se convierten en verdaderos niños y olvidan después
de los seis meses o del año. Es muy poco corriente que la gente se acuerde de
lo que pensaba antes de ese punto, en una edad tan temprana. Si pudieran
hacerlo, se recordarían a sí mismos tal como son en estado adulto. No eran
niños en absoluto, sino que después se convirtieron en niños. Si pudieran
recordar su primera mentalidad, se encontrarían con que tenían la misma de un
adulto. Esto es lo interesante.
<¿Sabe
usted por qué un niño debe recordar su mente adulta y no su mente infantil
previa?>
Tenemos
muy poco material para juzgar. Hablo sólo del modo en que puede ser estudiado.
Supongamos que intentamos recordar cómo eran nuestras mentes a una edad muy
temprana, procurando que la imaginación no se inmiscuya. Supongamos que
intentáramos averiguar si eran de un tipo o de otro. Cualquier cosa que
halláramos serviría como material. En la literatura se encuentra muy poco
porque la gente no sabe cómo estudiar el retorno, pero, dentro de mi propia
experiencia, me he encontrado con cosas
muy interesantes. He conocido a gente que tenía recuerdos de los primeros años
de sus vidas y todos tenían la misma impresión de que su mentalidad no era una
mentalidad de niño. El modo en que consideraban a la gente, el modo en que la
reconocían..., no era una psicología infantil. Tenían mentes completamente
formadas con reacciones bien de personas mayores como no se puede imaginar que
se hubieran podido formar en seis meses de vida inconsciente. Tales mentes
tenían que haber existido antes si sus memorias eran de verdad correctas. Pero,
como digo, es muy difícil encontrar material, y la mayoría de la gente no recuerda
en absoluto. ....”
Absolutamente
asombroso. Una nueva concepción -desde mi punto de vista- en la forma de
entender y, por ende, de definir al “Ser Humano”. Una perspectiva diferente que
nos brinda un enfoque totalmente renovado. Una lectura entretenida y profunda,
plena de significado. Saber descubrirlo, es el desafío ... ¡Anímense!.
Bendiciones.
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